Ángel...

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Todo iba bien, pareciese que el mundo me había olvidado y lo agradecía, mi vida regresaba a la normalidad, pero no podía quitarme la capa por más que quisiese.

Complete mi último año, los doctores me dieron la noticia de que ya no tendrían que seguir los estudios, la psicóloga informo a mis padres que ya estaba bien, que no necesitaba seguir con esto, por fin era libre.

Mis padres no me contaron a que escuela iría ahora, solo pedía que nadie me conociese. Estaba en medio del patio contemplando el edificio y el jardín, todo estaba tan bonito, si tan solamente hubiera durado un poco más...

- Metzin- me toco el hombro, cosa que me asusto

- ¡Oye! ¿Estás loco? - reclame

- Calma solo venía a saludar

- ¿Saludar? Pero si casi me da un infarto- dije exagerando un poco

- Me da gusto que estés aquí- dijo sonriendo

Su sonrisa me trae calma.

Lo abrasé y él me respondió igual, no esperaba que él estuviera aquí, digo, pensé que mis padres me inscribirían en una donde no estuviera nadie que conociéramos, pero si él está aquí es únicamente por una cosa, cuidarme y vigilarme, claro él estuvo primero aquí, en fin, me separe de él en cuanto sonó la campana, antes de darme la vuelta le señale con la mano hacia donde me dirigía a lo que él asintió y susurro "Ten cuidado".

Llegue a mi respectiva aula, esta estaba en la parte superior del edificio, al final del pasillo, este era grande, todo estaba muy bien cuidado. Camine hasta dar con la banca del rincón, a lado de la ventana, en un pestañeo todos entraron y se sentaron; todos los maestros eran amables, ninguno fue tan pesado al dar a conocer su manera de trabajo, y cuando fue la hora del receso muchos salieron, me quede ahí, en mi lugar contemplando la vista hacia afuera, era tan relajante, de reojo pude notar a una chica acercándose a mí, tenía muchos nervios.

-Hola- su voz sonaba apenada

Le respondí de la misma manera.

-Eres Metzin ¿verdad?

-Si ¿y tú eres? - me siento mal de no saber su nombre

-Soy Olivia