17.2

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 -Kinich!!

- ¿Quién eres? – ocupo el lugar de Mateo

Damián no volteo, pero yo sí, no quería que nada terminara mal así que intente calmarlo con la mirada.

- ¡¿Quién eres y adonde te la llevas?¡ - dijo totalmente alterado levantando la voz

Cedrick me tomo por sorpresa e intento agarrarme, pero Damián no lo permitió, se dio la vuelta y me atrajo hacia su pecho agarrándome de la mano derecha, quede justamente enfrente de Kinich, el me miraba buscando una explicación, la cual no le puede dar.

- ¿Qué es lo que quieres de ella? – reprocho Michell, poniéndose a la altura de Kinich

- Yo de ella no quiero nada – su voz provoco que los chicos se mantuvieran más concentrados en todos sus movimientos

- Entonces déjala en paz – le espeto Claud

La sombra que provocaba su cuerpo era inmensa e intimidante, trague un poco de saliva, buscando las palabras para calmarlos; pero alguien se me adelanto.

- Sera mejor que la sueltes – exclamo Mateo

- ¿O qué? – eso no sonó tan poco amigable

- Cálmense, tampoco es para tanto –lo dije tan tranquila, que creo que empeoro las cosas

- ¿Qué no es para tanto? – protesto bruscamente Kinich – es un desconocido Metzin, no sabemos que es lo que quiere hacer contigo, ¿Qué tal que te quiere hacer daño?

- Él no me hará daño – solo había estado con él en tres veces, no sabía realmente si quería herirme

- ¿Cómo es que estás tan segura? – pregunto Alejandro

- Metzin ven con nosotros – se acercó Servando cuidadosamente, quedo a dos pasos de nosotros y me extendió la mano

Dirige mi mirada a su mano, no estaba segura de querer irme con ellos, sentí como Damián me apretaba más a su pecho y daba un paso atrás conmigo, Claud se erizo y apretaba la mandíbula al igual que Kinich.

- Ella no se ira – Declaro el con su fría voz

- Tú no puedes decidir eso – escuche a Cedric

- Pues no veo que tu amiga quiera irse

- Metzin por favor – insistió Servando

- No – solté totalmente decidida, apreté su brazo como señal de que podíamos irnos

Pero claro que él no podía quedarse con el no.

- ¿Te has vuelto loca? – murmuro, su expresión era confusa

- No le cuentes a nadie, perdón

Damián comenzó a caminar hacia atrás junto conmigo, sin perderlos a todos de vista.

- ¡¡¡¡Metzin!!!!

- Por favor – dije en un susurro

Al llegar a la esquina, me sujeto de la mano y se echó acorrer, lo seguí, a pesar de que diera cinco pasos mientras el solo daba uno.

Todo se tornó blanco y deslumbrante, al abrir los ojos él estaba frente a mi sujetando mi mano con tanta precaución de no herirme, al principio no entendía nada; se aseguró de que estuviera bien.

- Bienvenida al Mundo Divino

Observé a mi alrededor y...todo era tan hermoso, tan colorido, era un bosque lleno de vida y magia, me detuve al sentir que me observaban y él pareció darse cuenta.

- Tranquila, son inofensivos, supongo que estarás mejor sin esto – me quito la capa

Poco a poco varias criaturas empezaban a acercarse, algunas eran casi diminutas otras eran gigantes, mi impresión era tanta que me había quedado sin palabras, entre todas esas caras curiosas dos personas se acercaban, madre mía, aquí todos eran tan altos ¿O yo era demasiado pequeña?

- Ahí la tienen – su mirada era de orgullo 

Ángel...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora