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- ¿Mi amiga? – repetí con asombro

- Si, hay que dejar el pasado de lado y continuar

Me quede perpleja.

- Solo éramos niñas impulsivas, no sabíamos nada

- Seguimos siendo niñas que no saben nada sobre el mundo – le respondí de mala gana y no mentía, no sabíamos nada de este mundo

- Solo quiero estar en paz contigo, siempre me intrigo el porqué de esa capa – hizo un ademan de tocarla – y ahora que lo sé, quisiera saber más

Por lo que pude procesar de sus palabras, ella solo quería ser mi amiga por lo que ocultaba, intenté buscar a Kinich o alguno de los chicos, ella seguía tan calmada mientras que yo tenía demasiados nervios. Seguimos caminando.

- Bueno... - la interrumpieron

- ¿Se puede saber qué demonios haces? – la sujeto

- Yo no hago nada, solo estoy hablando con ella, no le haré nada - le sonrió

- ¿Hablando? – enarco una ceja y volteo a verme

- Si, ahora si nos permites- le bloqueo el paso

- ¿Qué es lo que tramas?

- Nada, déjala en paz, ¿Qué tiene de malo que quiera hablar con ella?

- No, tu déjala en paz, ¿Es que acaso no te vasto con lo de hace dos años?

Ella se quedó callada, a unos pasos venían los chicos.

- Para tu información solo quiero hacer las paces, no eres su padre, déjala en paz siempre estas al pendiente de ella, siempre estas detrás, no eres su guarda espaldas, ella tiene una vida y puede decidir por sí sola, solo eres su amigo – soltó enojada

Los chicos detrás de él solo se miraban entre sí, Kinich bajo la mirada y su mandíbula se tensó, al ver que él no decía nada, ella prosiguió con mi brazo enganchado al de ella.

- Puedes seguir detrás como un perro fiel, pero algún día ella podría marcharse – susurro en su oreja, eso no detuvo el que yo escuchara

Sus puños se apretaron más, intercambie miradas confusas con los chicos, volvimos a caminar.

- ¿En qué me quede? – dijo con una sonrisa

- Este...

- Ahh si, bueno fue por estos mismos días y sé que eso fue malo, te pido perdón por el daño que hice, lo bueno es que el mundo lo ha olvidado o parte de él, quiero ser tu amiga, si me lo permites- sonó tan sincera

Estaba a punto de contestarle cuando fui arrebatada de su lado, me quedé perpleja, de reojo vi a Claud a lado de Cedrik, estaban molestos, quien me sujetaba era Alejandro, enfrente vi a los dos discutiendo. Sé que Natasha estuvo mal en el pasado, pero ahora quería disculparse y mantener paz, no le veía lo malo, Kinich solo quiere que este bien, lo entiendo, él se sintió mal cuando todo eso sucedió, me separe de él y no quiere que vuelva a ocurrir.

- No de nuevo – oí decirle

- Está bien me voy, pero – volteo a verme mientras lo quitaba de su camino – primero termino la conversación

Se paró frente a mi

- No tienes que contestarme ahora – se acercó más y susurro – es mejor ser amigas a que sea tu enemiga, piénsalo – se retiró con una sonrisa

Me quede helada, por unos instantes me había tragado sus palabras, de querer disculparse y empezar desde cero, ¿Qué sucedería si me negaba a ser su amiga? ¿Volvería hablar?, no quiero y quería que el mundo se enterara de nuevo de mi simple existencia, no de nuevo.

Se marchó. Kinich volvió a mí, aún se podía ver lo enojado que estaba, volteé a ver a Alejandro, el solo me sonrió y soltó; no volví a ver a los chicos hasta la salida, apenas iba saliendo cuando una mano me sujeto del hombro, que tenía hoy la gente con sostenerme sin previo aviso, al ver quien era me quede sin palabras, ¿Cómo podía estar ahí?, parece que intenta encajar, pero con su estatura no lo logra, ¿No tiene alas?

Intenté formular una pregunta, pero él ya me sujetaba de la mano y me llevaba lejos de la multitud, si, solo lo seguí como una niña pequeña. Rayos me olvide de ellos, los busque con la mirada, pero nada.

- ¿A dónde vamos?

- Al mundo divino – me sonrió y mis ojos se iluminaron

¡Al fin iba a ir al otro lado!, mi emoción era tan grande, como si le hubieran dado un dulce a un niño, seguí caminando con él, la verdad no había pasado tanto tiempo desde que nos alejamos de la escuela cuando de nuevo me sujetaban, pero esta vez un poco más fuerte que hasta Damián se detuvo de golpe, el seguía agarrando mi mano. No necesite voltear para saber quién era, su voz ya hacía eco.

Ángel...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora