Estaba sentada en una silla de madera con los pies colgando ya que no me llegaban al suelo mientras mi madre me hacía dos trenzas boxeadoras. Cuando terminó me pinto la cara de forma que pareciera peligrosa ya que era un ritual propio de la semana de las pruebas.
- Mama, tengo miedo - le dije mirándome al espejo atentamente observando el maravilloso trabajo que había echo mi madre.
- No tengas miedo no va a pasar nada malo, has estado toda tu vida entrenando para esto lo harás genial.
- No tengo miedo a perder tengo miedo a decepcionaros - susurré agachando la cabeza con lágrimas en los ojos.
- No vas ha hacer eso, eres una guerrera y las guerreras no lloran - dijo mi padre entrando en la habitación con una expresión seria en el rostro.
Me obligué a tragarme las lágrimas y levanté la cabeza segura poniendo la espalda firme y las piernas rectas.
- Si ya estáis listas vámonos no quiero hacer esperar a los calificadores - dijo mi padre mientras mi madre le echaba una mirada amenazadora pero él solo la miró sin hacer ninguna expresión en la cara.Salí de mi habitación con zancadas intentando alcanzar a mis padres. Tenía doce años pero no había pegado el estirón y era más bajita de lo normal cosa que era bastante raro ya que los dos eran bastante altos pero eso no me preocupaba, siendo más baja que los demás podía ser una estrategia para la última prueba depende de con quién me tocará mis defectos los podía cambiar haciéndolos más fuertes así es como me habían enseñado pero no tenía duda de que en un futuro mi cuerpo cambiaría y tendrá que buscar otras habilidades pero hasta entonces mi punto fuerte era ser ágil y escurridiza.
- La primera prueba es la inteligencia así que en esta no tienes problema has estado estudiando mucho - me dice mi madre con una sonrisa tranquilizadora.
- No le digas eso, no quiero que se relaje tiene que dar el cien por cien en todas las pruebas no podemos permitir que quede de las últimas tienes que ser la mejor en todo para algo te hemos entrenado.
- Será así papa no te preocupes - le susurró mientras se me hacía un nudo en el estómago.
- Tu grupo es el tercero así que ya puedes ir mentalizandote.No pude evitar mirar a mí padre desde el asiento de atrás por el espejo, él se dio cuenta y me devolvió la mirada desafiante y fría como si nunca sintiera nada pero yo había aprendido a devolverle la mirada con una sonrisa pícara. Podía ser todo lo duro que quisiera conmigo pero al fin y al cabo era su hija y algo tendría que haber sacado de él y una de ellas era fingir y ocultar los sentimientos. Eso solo lo podía haber sacado de él ya que mi madre era todo lo contrario tanto emocionalmente como físicamente. Mi padre tenía el pelo negro como yo y los ojos oscuros expresión seria y controladora en cambio mi madre era rubia con los ojos azules cosa que había sacado de ella mientras que ella era pura alegría y transmitía ternura y confianza. Mi padre me decía que era peligrosa ya que mi aspecto no concordaba con mi carácter y que podría tener lo que yo quiera en la vida pero lo único que yo quería era ganar y derrotar a todos los que se cruzarán en mi camino podría ser un poco egoísta y despiadado pero me daba igual los demás no pensaban nunca en mis sentimientos y yo no tenía que pensar en los sentimientos de los demás, pero tenía dos debilidades mi madre y mi mejor amigo algo que no me podía permitir tener debilidades y confiar en las personas era una cosa de débiles y yo tenía que ser fuerte o fingir que lo era y no puedo negar que lo hago bastante bien.
- Ya hemos llegado suerte cariño nos vemos cuando salgas.
- Venga ves - me dice mi padre con una última mirada.Salgo del coche y me voy sin mirar hacia atrás para expresar seguridad, mire a mi alrededor ya que había mucha gente algunos me sonaban ya que he ido a clase con ellos pero no me importaban mucho no los consideraba un rival, todos iban con sus padres pero teníamos que entrar solos ya que era debilidad entrar con alguien más.
- Hola ¿ Estás nerviosa ? - me dijo Ángel detrás mía y sin avisar.
- No no estoy nerviosa no sirve de nada estarlo tenemos que estar concentrados - le contesto mientras me giraba hacia él - Veo que sigues despeinado como siempre - le digo mirando su pelo rizado y rubio.
- Eso no vale el pelo rizado siempre queda así por mucho que me peine - me dice poniendo los ojos en blanco - Oye estás muy guapa ¿ En qué grupo estás ?
- En el grupo tres - le digo colocando las manos en mi espalda para que no se notara que estaba temblando por los nervios.
- Yo estoy en el cinco - contesta con una mueca de desagrado.
- Mejor, así no nos distraemos - le digo mirando su rostro ya que se notaba que tenía ganas de llorar - Tranquilo todo va ha salir bien.
- Eso espero esto dirige nuestro futuro si perdemos sabes donde vamos y estaremos solos sin familia sin amigos sin nadie sin saber si comeras o si esa noche dormiremos en una casa.
- Somos de los mejores y lo sabes eso no va ha pasar además movería hilos para que tú no te fueras si hiciera falta me iría yo por ti no durarías ni dos días fuera - le contesto muy seria.
- Si en verdad te importo ya lo sabía yo por muy dura que te hagas tienes el corazón de tu madre y no puedes engañar te conozco muy bien.
- Tú crees que me conoces pero todos tenemos una cara oculta y tú también la tienes solo espera y la descubrirás - le digo manteniendo su mirada mientras él se ponía serio.- Guerreros y guerreras pasar todos a vuestras salas los números están en la puerta espero que nadie tenga ninguna duda las reglas son sencillas, no se permite hablar entre vosotros cuando entréis por esta puerta, tampoco se toleran las trampas y mucho menos la estupidez. Una vez estéis dentro os sentís donde ponga vuestro nombre y hasta que el tribunal no toque la campana no podéis darle la vuelta al examen si alguien lo hace quedará expulsado ¿ Alguna pregunta ? - dice un hombre en lo alto de las escaleras principales con una voz potente, todos se quedaron en silencio y al ver que nadie preguntaba nada abrió las puertas principales quitando el cerrojo.
Todos se miraron asustados entre sí mientras yo analizaba la situación sonreí al ver que algunos ya se habían puesto a llorar mi padre siempre decía que la debilidad de unas personas era nuestra fortaleza. Mire a Ángel de reojo y le cogí del brazo para que entraramos los primero y así fue me dirigí con él hacia la puerta con paso firme y seguro con mi amigo detrás mirando a los demás asustado, notaba la mirada de todos en la espalda así que continúe andando. Cuando entre vi una sala muy amplia con muebles muy elegantes toda la sala era de mármol blanco y estaba fría subí las escaleras anchas que dirigían a la sala de arriba busqué mi número y antes de entrar miré por última vez a Ángel deseándole suerte con la mirada y una sonrisa tranquilizadora.
Cuando entre mi tribunal se quedo mirándome y observando mis movimientos con cuidado, los mire de la misma forma que hacían ellos y me senté donde ponía mi nombre, tuve que esperar diez minutos a que entraran los demás a las doce y punto del mediodía se cerraron las puertas mientras un señor bastante mayor tocaba la campana una vez rompiendo el incómodo silencio de la sala. Respire profundamente y di media vuelta al examen le di un vistazo rápido y sonreí era más fácil de lo que me esperaba habían algunas preguntas trampas pero nada que no se pudiera resolver. Comencé a escribir casi al instante pensando y analizando las respuestas y las preguntas, no podía negar que estaba nerviosa y que las tripas se me habían revuelto pero los sentimientos era algo que se podía controlar y yo sabía hacerlo así que dejé eso aparte.
Cuando terminé me levanté y dejé mi examen encima de la mesa y me fui sin decir nada tenía tantas ganas de vomitar que una vez fuera tuve que correr al baño para devolver en él, cuando termine tiré de la cadena y me senté en el suelo frío del baño escuché como salía y entraba gente pero mi mente estaba nublada y solo podía pensar en cómo le habría salido a Ángel ya que la inteligencia no era su punto fuerte. Cuando escuché que me había quedado sola salí del baño, y me enguagé la boca quitándome el pintalabios me mire al espejo un segundo decidiendo que esta sería la última vez que haría esto.
Me dirigí a la entrada donde estaban mis padres dentro del coche, respiré hondo tres veces antes de poder entrar.
- ¿ Como te ha salido ? - me pregunta mi madre preocupada.
- Me ha salido genial era más fácil de lo que me esperaba incluso un bebé podía haber echo ese examen - le contesto muy seria mientras mi padre arrancaba el coche.
- No quiero que te confíes recuerda que si una de las tres pruebas la fallas estás muerta - me dice mi padre en tono duro.
- ¿ Te crees que no lo sé ? Lo único que he echo hasta ahora es prepararme para esto así que no me digas lo que tengo que hacer - le digo enfadada. Mi padre me miró y sonrió recordando que era una copia pequeña de él y que no soportaba que siempre fuera tan capullo.
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Los imperfectos: El Comienzo
Ciencia FicciónUn mundo dividido por una muralla, a un lado los perfectos y al otro los imperfectos. Solo los que superen las tres pruebas conseguirán quedarse pero los que no se marcharán al otro lado de la muralla. Solo ahí algo seguro nadie es lo que parece y t...