- ¿Y el coche, donde lo has dejado? - pregunta Amy demasiado interesada.
- ¿Para que lo quieres saber? ¿Para escaparte? - dice Daniel con curiosidad.
- Claro, para eso será, pues para una emergencia para que va a ser - dice poniendo los ojos en blanco.
- Precisamente a ella no le va a pasar nada - le digo muy seria.
Al principio me había caído bien pero la actitud que estaba teniendo ahora no me gustaba el echo de que insinuara que le iba a pasar algo si o si o para escaparse por la noche porque no se fiaba de nosotros.
- Ya pero debería de saberlo alguien más por seguridad - dice muy indignada.
- Vaya precisamente a ti no te lo diría porque no te conoce lo suficientemente ni tiene confianza - le dice África confusa con su actitud.
- A quién se lo dirías ¿A tu sobrino cortito o a tu otra sobrina adoptada que tiene pensamientos suicidas? - dice dejando de andar en medio de la nada.
- Como te jode no ser tú la protagonista ¿Eh? - le digo sin dejar de andar ya que me daba igual que se quedara atrás.
- Aquí es - dice Lucy inclinándose y levantando un trozo de césped entre dos árboles en el cual uno había una forma del típico corazón con dos iniciales. Levantó una trampilla de metal y indico que nos metieramos dentro, empezaron a meterse todos de uno en uno hasta que me quedé yo sola fuera así que cuando escuché la señal empecé a bajar por las escaleras de metal preguntándome que hacia aquí un hotel bajo tierra en medio de la nada, bajé la trampilla y tiré de una cuerda haciendo que la zona del césped suelta se cerrara otra vez en su lugar tapándolo otra vez.
Cuando llegué a la zona de abajo salté haciendo que resonará por todos los lados ya que el suelo era de mármol blanco. Miré al frente y vi una sala de recepción muy grande con sofás y todo para esperar, pero no tuvimos que esperar mucho ya que una señora nos estaba esperando detrás del mostrador.
- Tomar las llaves, las habitaciones son de dos - dice la mujer tranquila como si ya hubiera hablado con nosotros para decidir lo que necesitábamos - Está en la plata menos ocho los números están en las llaves, tenéis las escaleras de emergencia y está el ascensor. Podéis subir cuando queráis a comer en la planta menos dos y si no queréis salir de vuestra habitación podéis llamar y pedir la comida.Y sin decir nada se fueron todos hacia el ascensor apretando el botón, pero se abría la puerta al instante, entramos todos dentro con la mirada de la señora mirándonos con mucha intención seguramente porque sabía quienes éramos pero ella no iba a hacer nada se supone o eso nos ha dicho Lucy. El ascensor era enorme con espejos por todos lados y ni una sola cámara, apretaron el botón que ponía menos ocho que indicaba hacia abajo. Me miré en el espejo y estaba sudada con la coleta desecha, la cara roja por el calor y sucia como si me hubiera metido dentro de un charco, estaba espantosa pero bueno supongo que está gente ya estaría acostumbrados de vernos así, pero en cambio miró a los demás y solamente estaban algo sudados lo mio era espantoso. El ascensor hizo pin y nosotros salimos de él notando el aire acondicionado a tope haciendo que me refrescara al instante cosa que era malo porque no quería constiparme.
- Yo duermo con África - dice Amy con una sonrisa y al instante me sentí sola.
- Yo me quedo con Daniel - dice Lambert mirandole con una sonrisa.
- ¿ Y vosotros ? - dice Amy con una sonrisa como si nosotros nos hubiéramos buscado está situación.
- Pues... - dice Lucy mirándonos con interés - Será mejor que yo esté con la niña, vosotros dos dormir en la misma habitación.
- Perfecto - dice Steve con una sonrisa mirándome de reojo con interés mientras yo notaba como mi cara se ponía roja pero como ya lo estaba de antes nadie se dio cuenta.
- Tomad las llaves - dice Lucy dándonos una llave a cada grupo - Yo estoy en la 48.
- Perfecto - dice Daniel mientras todos se iban a sus opuestas habitaciones.Yo seguí a Steve un poco incómoda porque a ver si me alegraba estar con en porque era una persona que conozco desde hace mucho y le tengo mucha confianza así no tengo que dormir con un ojo abierto pero a la vez entre nosotros había una tensión y no sabía hasta que punto era buena idea que estuviéramos tanto tiempo en la misma habitación.
Entramos juntos en la habitación 62 que estaba casi al fondo donde se podían ver muchas puertas de madera en fila con el número en dorado. La habitación era de color blanco también con toques dorados en los muebles y en las camas.
- Me elijo está cama - dice Steve tirándose en la cama al lado de la pared con su armario enfrente.
- Perfecto yo en esta misma - le digo viendo que había una puerta al lado - Será el baño supongo - le digo abriendo la puerta y me impresionó el baño, era tan grande y parecía tan limpio.
- Si parece ser que sí - me dice él desde su cama observándome con interés.
- ¿Me puedo duchar yo primera? - le pregunto viendo que el baño tenia una ducha, una bañera, un váter, dos lavabos y una lavadora que hacía de secadora también.
- Claro que si adelante - me dice escuchando como se levantaba de la cama - ¿Estás bien? Si querés dormir con mi tía o con la niña me lo dices yo no tengo ningún problema, si estás incómoda lo entiendo.
- No no, estoy bien aquí contigo no te preocupes - le digo guirandome hacia el simulando una sonrisa.
- Oye, te conozco y no pasa nada lo entiendo, entiendo que ya no me veas igual y esto te parece incómodo - me dice sin dejar de insistir.
- Bueno, pues si me conoces tan bien como dices decide por mi - le digo cruzandome de brazos.
- Oye ahora no te pongas a la defensiva conmigo, lo estoy diciendo por ti por si no estás cómoda, no te enfades - me dice poniéndose serio pero no enfadado si no como si estuviera dolido.
- No me enfado y estoy bien aquí contigo - le digo arrepintiéndome de lo que le había dicho - Me dicho yo, te metes tú luego y si quieres luego si tienes hambre pedimos algo para comer o para merendar ya - le digo con una sonrisa intentando animarle.
- Si, porque me estoy muriendo de hambre - me dice volviendo hacia su cama sin poder ver su expresión.
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Los imperfectos: El Comienzo
Fiksi IlmiahUn mundo dividido por una muralla, a un lado los perfectos y al otro los imperfectos. Solo los que superen las tres pruebas conseguirán quedarse pero los que no se marcharán al otro lado de la muralla. Solo ahí algo seguro nadie es lo que parece y t...