Capítulo 26

9 2 0
                                    

- No le hagas caso a esos sueños tienes muchos traumas - me dice mientras caminabamos por el bosque en dirección a la nada porque no teníamos ni idea de lo que hacer ahora.
- Ya lo sé pero no puedo evitarlo - le digo incómoda - ¿ Crees que me los volveré a encontrar ?
- No creo vivimos en dos lugares muy diferentes dudo que el venga por aquí y que tú puedas ir allí - me responde sin darle importancia.
- ¿ Y si quiero volver ? - le pregunto en un susurro notando como la adrenalina empezaba a subir.
- ¿ Cómo ? ¿ Nos están buscando y quieres meterte en la boca del lobo ? - me pregunta con el ceño fruncido.
- Quiero hacer lo que quería hacer desde pequeña - le respondo muy seria - Total no sabemos que vamos hacer ahora.
- Ya, pero la venganza no sirve de nada - me dice intentando que entrara en razón - Vale imagínate que conseguimos atravesar esa estúpida valla y consigues hacer lo que quieras hacer ¿ Luego qué ? - me dice pensativo.
- Podré vivir en paz, esto no puede seguir así ¿ Es qué no lo entiendes ? - le digo enfadada - Tenemos que hacer algo.
- Somos dos personas ni con ejercito podríamos ganarlos.
- No tenemos que luchar contra su ejército si no contra el rey y su familia - le digo decidida.
- Si vale lo matamos si lo conseguimos claro pero alguien va a ocupar su lugar y todo va a ser igual el que está arriba siempre va a querer el poder - me dice negando con la cabeza.
- Prefiero morir a que siga todo igual total si no muero luchando voy a morir huyendo porque algún día nos atraparán y no quiero que sea así - le digo muy seria y decidida - Si no me quieres acompañar lo entiendo pero yo estoy decidida.
- Sabes que te voy a seguir siempre a donde vayas y me da absolutamente igual lo que me diga mi tía porque tienes razón yo tampoco quiero morir sin haber hecho algo - me dice triste.
- No voy a dejar que te pase nada - le digo notando un nudo en el pecho.
- La muerte no está en tus manos - me dice negando con la cabeza.
- Bueno pero si puedo decidir mi destino - le digo triste - Nunca me subestimes.
- Nunca lo haría - me dice notando como su mirada me hacía un recorrido.
- Para - le digo nerviosa - Es incómodo que me mires así.
- ¿ Es incómodo o te pongo nerviosa ? - me pregunta con una sonrisa.
- Bueno sea como sea para - le digo intentando no responder a su pregunta.
- No quiero - me dice cogiéndome de la cintura arrinconandome entre un árbol y él.
- ¿ Se puede saber que estás haciendo ? - le pregunto con la voz entrecortada.
- Dejándome llevar - me susurra y antes de que pudiera decir nada más me besó, sus manos me recorrían todo el cuerpo y su beso era como si se hubiera estado controlando durante mucho tiempo sus labios cálidos no dejaban de besarme y su lengua se recorrió toda mi boca sin dejar ni un solo hueco mientras nuestras respiraciones se acelerraban cada vez más y nuestros cuerpos estaban tan juntos que podía notar todo su cuerpo y sus movimientos así que tube que cogerle del rostro y apartarlo un poco de mi lo necesario para poder respirar sonreí al ver que el respetaba mi espacio y no lo acortó para volverme a besar.
- ¿ Todo bien? - me pregunta preocupado y jadeando - Lo siento - me dice apartándose de mi - Te he incomodado ¿ Verdad ?
- No, no tranquilo - le digo acortando la distancia para que se diera cuenta que no estaba enfadada con él ni molesta - Solo que no creo que fuera el momento.
- Entiendo - me dice sonriendome - Bueno igual lo siento.
- No pidas perdón no has echo nada malo - le digo dándole un beso en la mejilla - Ni te preocupes.
- ¿ Y tienes algún plan ? - me pregunta intentando cambiar de tema pero se le notaba nervioso - Quiero decir para llegar a la muralla.
- Lo primero que tenemos que hacer es llegar y ver como es todo eso, yo solo lo he visto una vez al igual que tú cuando nos llevaron en los autobuses osea lo único que sabemos es que hay una puerta pero no creo que sea lo único que haya - le digo viendo que empezó a enrollarse la camiseta con los dedos era como su tic nervioso.
- Bueno si es buen plan yo escuché hablar a mi padre una vez que hay sucursales en cada esquina de la muralla para hacer los intercambios de comida y para solicitar visitas aunque eso no suele pasar mucho.
- Entonces tenemos que encontrar la valla que no está muy lejos de aquí y luego seguirla hasta encontrarla - le respondo cogiendole de la mano en la cual le había dado el tic nervioso y se la aparté de su camiseta sin soltarle.
- Si, está a un par de días caminando - dice sonriendome ante aquella reacción.
- Me gusta que te preocupes por mí - dice con lágrimas en los ojos - Al menos tú lo haces, ni siquiera mi tía me aprecia.
- Tu tía te quiere lo que pasa que hay veces que en la vida te hace pasar por pruebas y digamos que ella no la ha superado - le digo cogiéndole también de la otra mano, no me gustaba verlo así de roto él nunca le había echo nada malo a nadie al contrario siempre se preocupaba por todo el mundo y nunca se había llevado el odio de nadie.
- ¿ Crees que tengo algo malo ? Porque mi padre también nos abandono a mí y a mí madre cuando tenía tres años  - me dice con la voz empalagosa - Y hay veces que tenía miedo de que me dejaras tú también.
- Yo no te voy a dejar somos como un bocadillo de atún con olivas no son nada sin el otro  - le digo mientras le limpiaba una lágrima que le caía por la nariz - Y tú no tienes nada de malo creo que eres la mejor persona que he conocido.
- Bueno ¿ Me puedo elegir ser la oliva ? - me dice bromeando con una sonrisa.
- Puedes ser lo que tú quieras - le digo comenzando a andar con el cogido de la mano ya que quería que se distrajera un rato y la verdad que siempre había admirado su forma de ser chistosa Steve es la típica persona que no sabe estar triste.
- Bueno entonces prefiero ser una salsa - me dice sin dejar de sonreír.
- ¿ Y por qué quieres ser una salsa ? - le digo con el ceño fruncido - ¿ Que ya no quieres estar con el atún ?
- No es por eso es porque tú siempre estás cambiando y vas a seguir haciéndolo y la salsa siempre pega con todo así que seas lo que seas siempre voy a poder amoldarme a ti - me dice con una sonrisa.
- Eres muy cursi ¿ Lo sabías ? - le digo sonriendole también ya que nadie me había echo sentir como lo estaba haciendo él.
- Claro que lo sé pero me gusta hacerte cumplidos que quieres que haga - me dice riéndose y mi cuerpo reaccionó a su risa notando un cosquilleo que me invadió por completo haciendo que yo también estuviera feliz gracias a él.

Los imperfectos: El Comienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora