Al día siguiente no pasó nada del otro mundo, nos traían la comida a la habitación y la recogían después. No me extrañó que todos los cubiertos fueran de plástico y la comida fuera toda procesada. Los guardias venían de vez en cuando a ver si estaba en orden o si habíamos escondido algo en las camas, en el baño o en la ropa y gracias que no había nada fuera de lo normal no quería quedarme sola en una habitación por el resto de mi vida y esperaba que ninguno de estos niños fueran tan estúpidos de volver a hacer algo parecido a lo que hizo el otro niño, pero eso sería pedir demasiado estaban desesperados y hartos de estar ahí y solo había pasado un día además no sé que era mejor que nos dejarán solos ahí y que podamos hacer lo que queramos dentro de los límites o que vinieran a hacer lo que quiera que nos quieran hacer. Después de cenar me duché y me cambié de ropa a otra exactamente igual ya que nos obligaban a mantenernos limpios seguramente para no gastar medicamentos con nosotros ya que nos necesitaban por alguna razón vivos y sanos.
- Venir ahora y no hagáis ninguna tontería - dijo un guardia entrenado a nuestra habitación.Enseguida todos nos pusimos en fila para seguir a ese hombre, estaba solo y llevaba un arma muy buena, miré a mi alrededor analizando por donde habíamos entrado y si había alguna salida pero todo era igual y las ventanas estaban demasiado altas y con barrotes. Nos llevaron a una sala donde había una doctora y al otro lado había una puerta de color azul oscuro, si me dejaban a solas con esta mujer podía intentar escapar por esa puerta pero por desgracia no sabía que había detrás y podía salir muy mal. Todos nos sentamos en las sillas de plástico duro que estaban colocadas contra la pared cuando la mujer llamó a uno de los niños y lo examinaba colocando toda la información en una libreta con fotos y datos de cada uno de nosotros.
Fue llamando uno a uno hasta que al final me tocó a mí me levanté y el guardia que nos había acompañado estaba en la puerta por donde habíamos entrado observando cada movimiento. Si quería salir de aquí primero tenía que encargarme de ese guardia, así que cogí unas tijeras que estaban colocadas al lado de la camilla y sin previo aviso corrí hacia el hombre y le clave las tijeras en un ojo antes de que el pudiera reaccionar. Los demás niños cuando vieron que la enfermera cogía la radio que tenía en el bolsillo se abalanzaron sobre ella y la noquearon sin hacer ninguna pregunta. Todos teníamos las mismas ganas de salir de ahí y al fin y al cabo todos llevamos toda la vida entrenando para ser letales. Cogí el arma del guardia y le apunté a la cabeza, no tenía intención de disparar ya que llamaría mucho la atención y no quería que vinieran más guardias. Así que solo le amenacé pero el estaba ocupado con su ojo el que ya no tenía, ni vería por el.
Le deje apartado mientras gemía y lloraba de dolor, la doctora estaba inconsciente en el suelo con una brecha enorme en la cabeza donde manaba la sangre. Corrí hacia la puerta azul y la abrí detrás había un despacho pero mis ojos se iluminaron al ver una ventana sin barrotes. Me asomé por la ventana y sonreí al ver que solo había una planta de diferencia hasta llegar al suelo de tierra. Arranqué las cortinas y las até entre sí haciendo una cuerda pero como no era lo suficientemente larga cogí las mantas de la camilla y las que estaban de recambio y las uní con un nudo fuerte que me había enseñado mi supuesto padre. La até en la barra de metal que había en la ventana y comprobé que era lo bastante estable.
- Bajo yo primera, llevo el arma así que si hay alguien lo mataré si escucháis un solo disparo salir lo más rápido posible de aquí - les dije colgandome el arma en la espalda.
Me subí a la ventana y me colgué de la cuerda improvisada, intenté bajar poco a poco mientras me quemaba las manos pero ese dolor solo me provoco alegría ya que ese dolor era real y tan real como que me estaba escapando de ese infierno y de esa gente. Cuando llegué al final de la cuerda salté al suelo de tierra manchandome los zapatos y haciéndome daño en las rodillas enseguida me puse alerta con el arma lista para disparar y al mirar hacia el otro lado vi otro grupo de niños saliendo por una de las puertas de metal de emergencia y enseguida me di cuenta que no éramos los únicos que nos estábamos intentando escapar. Una alarma empezó a sonar por todo el recinto, miré hacia arriba y me di cuenta de que los demás estaban bajando casi todos al unísono mientras chillaban aterrorizados. Puse los ojos en blanco ante aquella situación, me escondo en los muros esperando a que todos estuvieran abajo sin poder evitar observar al otro grupo que nos habían visto y ya se dirigían también hacia nosotros, al mirar más hacia atrás me di cuenta de que un escuadrón de militares se dirigían hacia el otro grupo apuntando con sus armas de fuego y sin pensármelo dos veces empecé a disparar hacia ellos derrivando a algunos mientras que otros se tiraban al suelo o se protegían entre ellos mientras intentaban ocultarse de mi extraordinaria puntería.
- ¿Vosotros también lo habéis conseguido? - me preguntó un chico de piel morena, ojos verdes y pelo castaño.
- Creo que esa es una pregunta bastante obvia - le respondí sin dejar de disparar concentrandome en el retroceso y la pesadez del arma. El chico parecía ser el líder de aquel grupo sacó un arco con unas flechas de metal mientras que los demás se tiraban al suelo y chillaban.
- Te echaré una mano, cuando estén lo bastante alejados tendremos que dar media vuelta y intentar escalar la valla - me propuso él disparando las flechas hacia el escuadrón.Miré a mi alrededor analizando las diferentes opciones y una de ellas no era escalar la valla.
- Eso sería muy estúpido nos matarían en dos segundos, lo mejor sería escapar por la puerta de metal de ahí, si hay candado pero se soluciona pegándole un tiro - le respondo asustada ya que me estaba quedando sin balas.
- ¿ Te crees que me vas a decir lo que tengo que hacer ? - me pregunta con el ceño fruncido.
- Mira haz lo que te dé la gana si quieres morir es decisión tuya estúpido - le respondí rabiosa con él intentando mantener mi ira y no pegarle un puñetazo.Observé como el jefe del escuadrón los reunía en un círculo detrás de uno de los muros del edificio y entonces vi la oportunidad. Me di media vuelta y los demás me siguieron corriendo levantando humo a nuestro alrededor intentando correr lo más rápido posible disparé hacia el candado una sola vez y me bastó para que se rompiera y se cayera en la tierra con un aire victorioso.
- Tenemos que separarnos e ir hacia la ciudad de los imperfectos así tendremos más oportunidades de escapar - les chillé mientras los disparos volvían a sonar a nuestras espalda rozando nuestros cuerpos.Corrimos todos hacia el bosque cada uno por su cuenta quedándonos completamente solos escuchando los disparos y escuchando detrás las botas pesadas del escuadrón que me seguia disparé las últimas balas y lancé lo más lejos posible el arma para despistar un poco y alejarlos de mi ubicación. Cunado me di la vuelta y los vi tan cerca de mi un nudo se me formó el estómago evitando que controlará mi respiración por lo que me empecé a cansar un poco pero no me pensaba rendir sin luchar no quería ser una cobarde y no lo iba a ser, no pararía de correr aunque estuviera acorralada si algo había aprendido en estos años es que jamás te debes rendir ante nadie ya que la rendición era la mayor vergüenza que podía pasar una persona y lo peor sería el después ya que habría un castigo o una tortura y antes preferiría morir que estar sufriendo en un armario oscuro colgada del techo con cadenas.
Noté como una mano salía del suelo y me tiraba al suelo haciéndome daño en la cabeza y manchandome de barro ya que parecía que había llovido recientemente, me quedé quieta intentado estabilizarme pero el golpe me había dejado aturdida y con la vista nublada. Noté como alguien me arrastraba con fuerza hacia un tronco y me metía dentro de él. Abrí los ojos mientras me seguía palpitando la cabeza pero no logré ver nada ya que estaba todo demasiado oscuro y entonces para mí sorpresa dentro del tronco había un agujero donde me metió dentro mientras una figura lo tapaba con unas ramas. Volví a abrir los ojos despacio y lo único que pude ver era una cueva fría. Escuché como me palpitaba el corazón en la cabeza y sin poder evitarlo volví a cerrar los ojos intentando no desmayarme pero eso no era algo que podía controlar yo la presión, el cansancio, el miedo, la angustia, la falta de sueño, el dolor... Me jugaban una mala pasada y a la fuerza mi cabeza me obligó a desmayarme.
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Los imperfectos: El Comienzo
Ciencia FicciónUn mundo dividido por una muralla, a un lado los perfectos y al otro los imperfectos. Solo los que superen las tres pruebas conseguirán quedarse pero los que no se marcharán al otro lado de la muralla. Solo ahí algo seguro nadie es lo que parece y t...