Capítulo 4

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Alguien abría la puerta con rejas de mi celda, me giré para saber quién era y la miré de forma desafiante. Sin que me dijera nada me levanté sabía que era el momento de cruzar la muralla y para siempre bueno hasta que yo decidiera y pensará cuando quería vengarme. Seguí a la mujer con la ropa sucia de sangre goteada y con dolor en la cara ya que ni se habían molestado en curarme. Me llevaron con los demás sin dejarme la oportunidad de despedirme de nadie ni de coger nada de mi cuarto a un que tampoco es que me tuviera que despedir de alguien a nadie le importaba era invisible para todos una niña más que había sido débil y se marchaba con los demás lloricas.

Me metieron en un autobús con los demás niños chillando desesperados pero lo que no me esperaba y lo que no tenía ningún sentido era que partieran el grupo en dos con unas cintas unas de color verde y las otras rojas, la mía era roja y ponía mi nombre en negro.
- ¿ Donde crees que nos van a llevar ? - me pregunta una niña sentándose a mi lado.
- Con nuestros padres - le contesté en forma sarcástica poniendo los ojos en blanco - Es ovbio donde nos van a llevar nos van a tirar como si fuéramos basura.
- Esto no es justo solo tenemos doce años - dijo la niña entre sollozos.
- Nada es justo, todos tenemos un destino y el nuestro ha decidido que somos imperfectos pero piénsalo bien tampoco es tan malo no tenemos que seguir más las estúpidas reglas de esta ciudad - le respondo apollando la cara en el cristal de la ventana.
- ¿ Para que crees que son estas cintas ? ¿Porque nos han dividido? - me pregunta intrigada.
- No lo sé, igual a la mitad de nosotros nos van ha fusilar para mantener controlados a los demás, la verdad es que no tengo ni idea - le respondo esperando que esa fuera su última pregunta, no me gustaba hablar y menos con desconocidos.
- No digas eso, igual es para dividirnos algunos al sur y otros al oeste - me dice pensativa.
- Sea como sea lo van ha decidir ellos - le contesto cansada.

Estuvimos tres horas de viaje y a medio camino no sé muy bien cuando me dormí, cuando me desperté me ardía la cara y ya estábamos en la puerta del muro. Unos guardias nos obligaron a bajar y los de la cinta verde cruzaron la enorme puerta de piedra mientras que a los demás nos metieron en una sala obligándonos a quitarnos la ropa y ponernos un pantalón ancho y un camiseta también ancha de un color blanco.

Una vez todos cambiados salimos de sala para cruzar la muralla pero algo no iba bien los demás estaban corriendo y eran libres podían irse donde ellos quisieran pero nosotros estábamos prisioneros y con una vestimenta ridícula. Una mujer paso por nuestro lado y nos fue poniendo unas pulseras donde me ponía experimento 67890 sala C 3. Me quedé atónita ¿ Qué es lo que estaba pasando ? ¿ Cómo que experimento ? Mire a mi alrededor intento encontrarle algún sentido sea lo que sea esto no es bueno y dudaba que esto lo supiera los padres de estos niños.
- Seguidnos - chilla un guardia haciéndonos andar hacia un edificio blanco con las ventanas llenas de rejas.
- ¿ Pero que nos vais a hacer ? - chillé en forma de pregunta desesperadamente pero nadie respondió.

Nos metieron en el edificio y nos empujaron para dividirnos en grupos de seis personas, después subimos unas escaleras donde ponía sala C 3. La sala estaba toda echa de paredes insonorizadas con unas literal a un lado y un pequeño baño, la habitación no tenía ventanas y la única luz era la blanca del techo que te dejaba ciega hasta que te acostumbrarás.

Cuando el guardia se fue cerró la puerta con llave y lo que hice fue correr hacia la puerta intentado abrirla pero era imposible, así que mire los tubos de ventilación pero eran demasiado pequeños para que una persona pudiera meterse por hay, pero no me podía rendir tenía que salir de aquí como sea querían experimentar con nosotros y habían enviado a los demás para no levantar sospechas.
- ¿ Pero qué es todo esto ? - pregunta un niño gritando desesperadamente mientras se arrancaba el cabello.
- Saldremos de aquí, solo tenemos que esperar el momento oportuno pero estoy segura de que tendrán que cometer algún error - le dije muy decidida.

Los imperfectos: El Comienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora