Azul como el cielo. [ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ] •OMEGAVERSE•

⚘ Epílogo. ⚘

Las mañanas en la época de invierno eran muy frías sin duda, pero al mismo tiempo se sentían demasiado cálidas.

La nieve caía lentamente, y el blanco pintaba toda aquella ciudad. El olor del café por la mañana era tan exquisito, al igual que el sonido de las personas que transitaban en el día a día para llegar a su destino.

Hace unos meses, habían recibido la noticia de varios aldeanos y citadinos viviendo en ciudades lejanas a ésta. Eran lugares mucho más cálidos, pero ellos estaban bien con eso. Muchos de los hombres alfas que habían estado en el grupo de Wang SeongGyo, ahora vivían corrigiendo sus errores. Algunos se habían casado con algún hombre o mujer omega, incluso algunos con alguna persona beta.

Hace dos semanas, habían recibido varios paquetes en la puerta de su casa. Eran tantos, y eran muy grandes. Habían sido enviados por los hermanos Han; por SeoJun y Hyeri.

La mañana era tan agradable, demasiado cálida para salir de la cama, pero sabía que debía levantarse pronto.

Jeon JungKook abrió los ojos y observó el techo blanco de la habitación, casi idéntico al que miraba de niño cada día al despertarse en Viento del Sur. Su mirada se posó en la ventana, confirmando que no se encontraba más en esa ciudad; estaba viviendo en un pequeño pueblo en un país del continente americano.

Canadá.

Casi todo el tiempo era frío. Pero a él siempre le había encantado la idea de vivir en algún lugar donde pudiera contemplar el blanco de la nieve la mayor parte del año.

El omega, ahora castaño, se levantó de la cama y estiró cada parte de su cuerpo mientras inhalaba nuevamente aquel aroma a café, esta vez, también podía percibir el aroma a hot cakes. JungKook tomó uno de los abrigos negros que tenía colgados en el perchero junto a la ventana. Aquel día era lunes, y sabía de antemano que el día sería muy agitado.

—Buenos días bello durmiente

El chico castaño sonríe ante la risa suave y la voz grave que lo saluda al entrar a la cocina.

—Buenos días

Kim TaeHyung sonríe al observar al omega dirigirse a la pequeña isla en la cocina y tomar asiento en una de las sillas. El alfa, ahora de cabellos rubios cenizos, sigue cocinando mientras dirige pequeñas miradas hacia el castaño.

—Me duele decirlo, pero hoy tengo que ir al trabajo —indica TaeHyung, ocasionando una risa en JungKook

—¿Te duele porque debes irte, o porque debes trabajar?

—Ambas cosas

Ambos ríen mientras el más alto comienza a servir en los platos que están en la pequeña mesa de la isla. Sirve al final en el plato frente al omega para observarlo con detenimiento al terminar, recibiendo la misma mirada del más bajo.

—Te ves muy hermoso hoy Jeon

El omega sonríe y sus mejillas se pintan de un ligero rosa, el aroma de TaeHyung ya no era tan perceptible como hacía algunos años, pero seguía siendo fuerte y atrayente para él.

—Ahora también me duele que tengas que irte hoy —confiesa JungKook

El alfa suspira con pesar y felicidad, depositando un corto beso sobre los labios rosados del omega.

La vida después de salir de aquella ciudad, después de encontrar un barco y salir había sido completamente distinta. Por algunos meses tuvieron que residir en el país más cercano a la isla donde vivían; Japón sin duda era un país magnífico, pero no era lo que ellos deseaban realmente. En el camino, muchos de los habitantes de Viento del Sur se asentaron ahí, otros se esparcieron por el continente asiático y europeo, hasta que ellos finalmente (junto a los hermanos Han) se mudaron a los Estados Unidos.