Azul como el cielo. [ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ] •OMEGAVERSE•

⚘ Seis. ⚘

Cuando la sangre no dejó de brotar de su cuerpo, pensó en lo terrible que sería morir por todos esos golpes y cortes que recibió.

Claro que intentó pelear.

Pero le fue difícil luchar con energía cuando el primer ataque de aquellos alfas fue un disparo en su hombro. Kim TaeHyung logró golpear a varios de los agresores, sin embargo, todos comenzaron a atacarlo sin piedad. Cortes y patadas recibió sin parar, el aire se acababa y las fuerzas lo abandonaron. En algún punto, Kim TaeHyung pudo quitarse de encima a los hombres e inmediatamente corrió hacia un bosque que logró divisar.

Solamente el recuerdo del cielo sobre él es lo que tiene. Y todo es tan confuso mientras intenta despertar.

El cuerpo le duele horrores y la cabeza le da vueltas; escucha a lo lejos voces susurrantes, sus párpados pesan cuando intenta abrirlos para salir de esa oscuridad.

—¿Puedes oírme?

Mueve un brazo con dificultad, no reconoce la voz, pero sabe que es la de un hombre.

—TaeHyung, ¿me recuerdas?

Mueve su cabeza con la intención de negar, pero su cuerpo se congela al sentir una suave mano posarse en su mejilla a los pocos segundos. No era el delicado tacto lo que lo alteraba, no; era ese perceptible aroma a fresas y miel. Ese toque de canela que, aunque es casi nulo, emana de su tibia piel.

Siente aquella mano acariciar suave y dulcemente su mejilla, una corriente eléctrica atraviesa por su cuerpo y siente un temblor. El aroma y aquel tacto alteran a su lobo, pidiendo a gritos que despierte; y sin quererlo realmente, su mano izquierda toma bruscamente la muñeca de su acompañante.

TaeHyung abre los ojos con pereza y comienza a mirar a su alrededor; está dentro de lo que parece ser un túnel, recostado sobre una colcha al ras del suelo y apartado de otras personas heridas.

—¿Te duele algo?

Sus ojos se dirigen al omega que intenta apartar su mano. Suelta el brazo del chico y abre sus ojos con impresión.

—Jeon, tú, estás aquí

—¿Puedes moverte?

TaeHyung se remueve en su lugar, asiente con una mueca de dolor al comprobar que su cuerpo aún obedece las señales que manda su cerebro para moverse.

—Lamento que te hayan hecho esto —menciona Jeon JungKook con sinceridad—. Está por amanecer, será mejor que sigas...

—Eres quién lidera a los demás omegas, y estoy en el refugio, ¿cierto?

Ambos hombres se miran a los ojos, JungKook aprieta sus labios con fuerza e intenta esbozar una sonrisa.

—Digamos que ser el hijo del Gobernador me trajo ciertos beneficios; pero no soy el único que puede, ni debe decidir

—Los demás alfas están aquí —susurra TaeHyung—. Si estoy vivo, eso quiere decir que ellos corren peligro

—¿Sabes quién te hizo esto?

Kim TaeHyung aprieta sus labios entre sí y traga el nudo de su garganta. ¿Por qué no recordaba el rostro de aquellos hombres?

—No... —niega en voz baja—. Sé que fue aquel grupo, pero no puedo recordar sus rostros, todo es tan confuso

Los ojos de TaeHyung bajan hasta el cuello de Jeon JungKook, observando sorprendido aquel dije que conocía a la perfección.

—Ayer fue mi cumpleaños... —susurra sin dejar de mirar el collar—. Mi padrastro lo sabía, y aún así, me dio tiempo para salvarme