⚘ Treinta y cuatro. ⚘

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El cielo era gris; el viento soplaba helado contra los árboles mientras la luz del sol se escondía cada vez más entre las nubes.

El cuerpo le pesa como si estuviera cargando algo terriblemente pesado.

TaeHyung no había dicho nada más, Yiseo le pidió descansar para asimilar todo lo que sucedía, y todo lo que aquello conllevaría hacer. El alfa observa el suelo bajo sus pies, caminando sin rumbo aparente cuando el viento despeina su cabello y lo hace levantar la mirada con desánimo.

Ahí estaba.

Jeon JungKook estaba de pie junto a una cabaña diferente en la que TaeHyung durmió.

El joven omega lo observaba con una duda y angustia que hizo dolerse al castaño; TaeHyung deseaba correr hasta Jeon JungKook y abrazarlo. Decir que lo amaba, que nada importaba ya más que él.

Pero no era así.

Su pueblo estaba en peligro; la ciudad y todo lo que también le importaba podría cambiar.

El ser un alfa puro lo hacía competente para liderar la ciudad. Un alfa puro de padres que no pertenecían a ninguna de las tres genéticas le haría saber a los citadinos que las jerarquías no tenían importancia. Todos tendrían el mismo derecho, y nadie estaría bajo las reglas de aquellos que estaban en la cima de la pirámide.

Y por eso debía hacer su trabajo.

Su mano tiembla cuando nota el impulso de JungKook para ir hacia él, sin embargo, desvía la mirada y sigue su camino con más velocidad. Jeon JungKook siente lágrimas correr por su mejilla al saber que TaeHyung decidía separarse de él también.

Mira el cuerpo del alfa perderse entre las demás cabañas y simplemente muerde su labio para evitar gemir con dolor. Algo en su interior se había quebrado; JungKook se apoyó sobre el marco de madera cuando Kim TaeHyung desapareció de su vista. Lo sabía, sabía que lo mejor era alejarse del alfa para no hacerlo decidir entre él y el pueblo.

—Me dijeron que TaeHyung será nuestro salvador

Jeon JungKook mira el cielo por un breve momento para luego observar a Jung Hoseok; el alfa pelinegro lo miraba con tristeza, sosteniendo una bandeja con comida.

—No tengo hambre —susurra JungKook, limpiando sus lágrimas—. No quiero compañía

—Pues esto no es para ti, y yo sí quiero compañía

Hoseok camina hasta entrar en la sala donde residía el omega. JungKook suelta aire con cansancio para luego entrar y mirar al alfa pelinegro sentarse en el sofá.

—¿Seguro no quieres un poco? —pregunta Hoseok, mirando su comida—. Vamos, come un poco

—¿Qué quieres Hoseok? —espeta el omega quedándose de pie—. Si vienes a decirme que haga algo con respecto a Kim TaeHyung, pierdes tu tiempo

El alfa pelinegro suelta una risa sincera mientras toma lo palillos y come un poco de aquella porción.

—Eres tú el que está perdiendo el tiempo JungKook —indica, mirando al omega—. ¿De verdad vas a dejar esto así?

—Los sentimientos pueden ser un obstáculo para realizar lo que debemos hacer

—Eso piensas, y sabes qué, probablemente esa mierda sea cierta —Hoseok se levanta de su lugar, caminando hasta Jeon JungKook y dejando su comida casi completa—. Pero te diré una cosa JungKook; desperdicié el tiempo que pude haber tenido con Park Jimin por pensar que los sentimientos eran un problema

JungKook guarda silencio, bajando la mirada al saber que las palabras de Jung Hoseok eran ciertas.

—No sabes qué pueda suceder el día de mañana, y si alguno de ustedes, o ambos, terminan muertos... ¿no te gustaría al menos haber estado con él?

Azul como el cielo.  [ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ] •OMEGAVERSE•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora