⚘ Cuarenta y cinco. ⚘

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Hay quienes dicen que las palabras deben ser cuidadosamente pronunciadas; los planes, alguna vez se dijo, que solamente debían hacerse cuando las probabilidades del logro de las metas eran altas y concretas.

A veces los caminos son más de los que en un principio contemplamos, a veces los senderos tienen pequeñas desviaciones que, si no te permites observar, te pueden confundir y llevar a otros destinos que jamás planeaste encontrar. Pero nadie puede adivinar el futuro; nadie sabe lo que depara el destino para cada ser vivo, nadie puede saber si los planes serán logrados, o si el final será todo lo contrario, y de eso se trata la vida.

Uno nunca sabe cuándo su camino tomará un rumbo distinto, incluso si siempre lo miras: los obstáculos no siempre se encuentran en el piso.

—¿Has tenido alguna noticia de la ciudad?

Los párpados del omega pelinegro se abren con lentitud. La luz del sol le hace volver a cerrar sus ojos por la omisión que tuvieron durante prolongados minutos bajo un árbol cercano al río.

—Considero que aún tengo el derecho de recibir un saludo cuando nos encontremos, ¿no te parece?

Sus ojos se vuelven a abrir mientras observa un poco incómodo a la mujer castaña de pie frente a él. Sin ninguna palabra, la mujer se sienta en el pasto, aún mirando al omega, su expresión era intimidante, por no decir que era amenazante.

—No te lo tomes personal Jeon —espeta la mujer al rodar sus ojos—. No soy así solamente contigo; así soy con todos aquí

Jeon JungKook desvía la mirada cuando escucha las palabras apáticas de su antigua compañera de vida.

—Han pasado al menos seis meses Hyeri, ¿seguirás con esa actitud solo por lo que sucedió?

Apenas termina de hablar, JungKook recuerda todo lo sucedido antes de aquellos días y se arrepiente de haber hablado, sin embargo, antes de poder siquiera disculparse, Han Hyeri ríe y peina su cabellera larga hasta colocarla detrás de sus hombros.

—¿Crees que solamente odio mi vida por haber dejado de ser parte alfa? —cuestiona seriamente

—Sé que no es así, yo...

—No, claro que no lo sabes Jeon —murmura la mujer beta, raspando sus dientes—. Mi vida comenzó a ser terrible cuando sentí que me enamoraba de un omega que solamente tenía ojos para un alfa, aparentemente, mejor que los demás

—No es mejor que nadie —responde JungKook, tomando aire para mirar los ojos de la mujer—. No es mejor que tú

—Y aun así, es el líder que nos llevará a la ciudad y traerá paz entre las jerarquías —se burla Hyeri ante la mirada baja del omega—. No solamente es mejor, Kim TaeHyung es el elegido para esto

—¿Entonces habrías querido ser tú quien liderara todo este proceso?

—No lo entiendes Jeon, no solamente dejé de ser alfa... mi mente parece no procesar que ya no tengo ningún instinto alfa; no percibo ningún olor, no tengo la fuerza que poseía antes, incluso ahora soy una candidata perfecta para los que siguen siendo alfas

—Si hay una manera de quitar los genes, entonces...

—No digas tonterías Jeon —ríe Hyeri al interrumpirlo—. Además de que eso llevaría años, ¿de qué serviría nuestra causa si cualquiera querrá elegir ser mejor que los demás?

Jeon JungKook suspira y baja su cabeza ante la vergüenza que siente de haber dicho semejantes pensamientos. Era cierto, solamente terminaría haciendo de aquel lugar algo peor si comenzaban a adquirirse genes de cualquier jerarquía por elección.

—Tal parece que nadie sabe dónde está Wang KaYee —susurra el omega, mirando el cielo—. Suponen que está secuestrado por nosotros, pero no creo que les importe averiguarlo, nadie ha intentado negociar con nosotros

—Supongo que Wang junior no era tan importante como él mismo creía

—Lo más seguro es que sepan cuál es nuestro siguiente objetivo, y quizás también estén preparando a muchos de ellos para cuando suceda el gran día

—Tendrán que valer la pena todas aquellas muertes que se den —suspira Hyeri, mirando el suelo bajo ella—. Sé que no soy igual que antes de ser completamente común, pero voy a pelear hasta que esto termine... te lo dije cuando nos conocimos Jeon: no importa qué suceda con nosotros, tú causa se volverá mía, y no me detendré hasta alcanzar la libertad para ti, para mí, para todos los demás

—Sabes que SeoJun no querrá dejarte luchar —sonríe JungKook, recordando las palabras de la mujer beta

—¿Cuándo ha podido detenerme? —carcajea Hyeri con diversión—. Incluso si ahora perdí un poco de mi fuerza todavía sé las debilidades de mi hermano; mis logros no se completaban por la fuerza a comparación con él, al menos yo pienso

La risa de JungKook se escucha lo suficientemente audible para hacer sonreír a Han Hyeri. Él sabe que a pesar de lo sucedido, Hyeri seguía siendo la misma mujer; al menos, sus ideales eran irrompibles sin importar lo sucedido.

—La fecha límite se acerca —vuelve a hablar Hyeri, resoplando—. Sabes que es una locura ir a pelear cuando todos aquí ya han creado raíces de forma inconsciente, incluyéndote Jeon

—Nadie ha intentado detener esto, TaeHyung sigue convenciendo a más personas de unirse para poder lograrlo

—Tal vez ese alfa es mejor que cualquier otro alfa, omega o beta de esta ciudad —murmura la mujer castaña, levantándose del suelo—. Pero creo que nada tiene que ver la sangre que él posee

—Solamente está siendo un ser humano —sonríe JungKook, cerrando los ojos—. Cosa que a todos se nos olvidó ser cuando las categorías nos separaron y determinaron cuáles vidas valían más y cuáles menos

Los pasos de la mujer se escuchan al alejarse de aquel lugar. JungKook sonríe, aliviado de haber podido entablar una conversación con Han Hyeri; sin embargo, piensa en lo que ella decía, y tiene razón. Él mismo siente que será difícil dejar lo que ha conseguido para luchar en otra guerra de la cual no está seguro si ganarán.

Pero ambos, él y TaeHyung, prometieron que no importaría nada de lo que sucediera en el camino, su objetivo estaba escrito y jamás, ni por su propio futuro, iban a cambiar ese rumbo. 

Azul como el cielo.  [ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ] •OMEGAVERSE•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora