Azul como el cielo. [ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ] •OMEGAVERSE•

⚘ Treinta y uno. ⚘

—Despierta...

Una voz a lo lejos sigue hablando con calidez.

El tiempo en su sueño profundo parece ser infinito conforme avanza entre la oscuridad. No sabía qué hacer; todo dentro de su mente estaba oscuro y solitario. Sólo la voz de aquel hombre que lo llamaba con urgencia lo guiaba por un camino invisible.

TaeHyung quería despertar.

El último recuerdo que se repetía en su cabeza era el ver a Jeon JungKook frente a él; llorando, acariciando su rostro con dulzura y dolor.

—TaeHyung...

Entre la oscura penumbra de su mente logra divisar una pequeña luz. La brisa que salía de ese pequeño punto era cálida y fría al mismo tiempo.

Sentía.

Por fin su sentido del tacto se había despertado. Sentía las pequeñas corrientes de aire correr por su piel; también sentía, por algún otro lado, la calidez del fuego de alguna chimenea o de una lámpara de vela.

—Despierta... te necesito...

La luz se hacía cada vez más grande y cercana. TaeHyung comenzó a correr por el oscuro sendero mientras algo tan peculiar como la madera y las fresas lo envolvían con alivio. El olor de madera y aquel aroma suave de fresas le hizo saber que Jeon JungKook estaba con él; en algún lugar seguro y acogedor.

Poco a poco los sentidos se despertaban.

La luz era más intensa y cada vez estaba más cerca. Por fin podría despertar y responder a los llamados de Jeon JungKook.

—Por favor, TaeHyung... despierta

Lo primero que viene a su cabeza es la imagen de un techo de madera un poco húmedo, y el silencio. Finalmente sus ojos se habían abierto, y cuando pudo reaccionar, comenzó a observar alrededor. Una pequeña chimenea a la pared de su lado derecho; la luz de la luna se colaba por la pequeña ventaba a su izquierda.

Toda la casa era de madera.

El alfa castaño comenzó a mover su cuerpo con dolor y dificultad. Dolía, pero se sentía bien poder despertar. 

Miró la cama cuando pudo erguir su espalda para sentarse. Era pequeña, pero lo suficientemente espaciosa para saber que aquel omega dormía a su lado de vez en cuando; la sábana tenía impregnado su olor, aquellas fresas con miel y el toque de canela estaban por doquier.

Kim TaeHyung dejó de dolerse cuando se abrazó a la sábana e inhaló profundamente su aroma.

Quitó la tela de su cuerpo y observó el vendaje en su abdomen; era cierto, había recibido un disparo. Aún con el cuerpo rígido y adolorido, TaeHyung se levantó de la cama y caminó hacia la puerta de la habitación. Al principio, no logró escuchar nada, pero cuando estuvo por girar la manija, pudo escuchar con claridad una conversación.

—Nosotros comenzaremos mañana con los del área uno, luego iremos a cada pequeña área hasta tener todas las pruebas

Aquella voz era de un hombre, pero no logró recordar si le era familiar.

—Esperaremos hasta que Kim TaeHyung esté despierto —dijo la voz de una mujer desconocida para él—. Están en el área siete, pero podemos esperar hasta que esté listo

—No creo que sea tan necesario esperar...

El corazón le comenzó a latir con fuerza y rapidez cuando escuchó la voz de Jeon JungKook, pero lo que le tenía confundido, era el tono frío que usaba ante aquellos dos sujetos.