⚘ Cincuenta. ⚘

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La lluvia había cesado minutos atrás, el sol comenzaba a asomarse a través de las nubes pintadas de gris. Desde lo más alto de las escaleras de la mansión presidencial, Wang SeongGyo miraba las puertas abiertas y las calles desoladas desde hace unas pocas horas; solamente había estado ahí, mirando con atención el momento en que Jeon JungKook osara en mostrar su rostro frente a él.

—Señor, uno de los grupos de Jeon JungKook ha sido eliminado —informa un alfa al acercarse prudentemente—. Y parece ser que Kim NamJoon estaba en ese grupo

—¿Están seguros de que murió aquel alfa? —cuestiona Wang con seriedad

—Dijeron que fue el primero en ser herido, y que en todo ese tiempo jamás se volvió a levantar

—Perfecto

El joven alfa se retira y vuelve a entrar a la mansión, SeongGyo se mantuvo en la misma posición sin importarle el esperar por mucho más tiempo. Jeon JungKook caería hoy, junto con su muy problemática idea de igualdad social; sabía que aquel joven adolescente sería un peligro al crecer, pero creyó que si conseguía casar a su hijo con aquel omega, todo sería más sencillo.

Wang KaYee.

Su único hijo completamente alfa. Su cuerpo nunca fue encontrado, pero no era necesario para saber que estaba muerto; tampoco sería sorpresa saber que seguramente Jeon JungKook era el autor de su asesinato después de haber eliminado a su madre omega. 

Recordaba cuando aquella mujer sospechaba de él desde que ambos se conocieron; no iba a mentir, él se había enamorado de esa omega tan hermosa, pero no tuvo opción cuando la madre de JungKook descubrió que él era el verdadero líder del grupo de alfas que planeaban dominar toda la pirámide social. En todo el plan que había realizado desde hace años, siempre subestimó al omega pelinegro: cada vez que estuvo cerca de acabar con todos aquellos alfas provenientes de sangre beta, Jeon JungKook ya había rescatado a 10 más de aquella plaga. 

Y sí, era cierto, su principal objetivo era terminar con los alfas de sangre beta, porque si alguno de ellos lograba tomar el poder algún día, los privilegios que tenía cada clase social desaparecerían. 

Wang SeongGyo miró el cielo y observó una parvada volando hacia el bosque que daba con la ciudad, escuchó nuevamente al joven alfa, pero esta vez, corría.

—¿Nuevas noticias? —cuestiono Wang SeongGyo con calma

—Señor, los hombres que enviamos encontró a otro de los grupos de Jeon JungKook

—¿Tampoco estaba ahí?

—No, pero no es todo, Kim NamJoon está vivo, y hay más grupos que se acercan a nosotros

—Diles que vuelvan —indicó SeongGyo, sin embargo, aquel alfa no hizo caso—. Da la orden de volver

—Señor... perdí comunicación con el único sobreviviente del grupo, creo que los soldados que enviamos fueron derrotados 

Una extraña sensación en el cuerpo de SeongGyo se hizo presente al escuchar aquellas palabras. Una parte de su plan había sido nuevamente destruido, sin embargo, aún tenía un poco de calma al saber que la mayoría de sus soldados y aliados estaban dentro de la mansión, esperando sus órdenes.

—No hay que tomarle importancia, solamente alargaron lo inevitable —aseguró el alfa, mirando una vez más el cielo—. Una vez que Jeon JungKook se atreva a pisar esta zona roja, llegará su fin 

Una sonrisa apareció en el rostro de SeongGyo cuando volvió a ver una parvada cruzar sobre él, bajó su mirada hacia la entrada del capitolio y observó con entusiasmo un pequeño ejército detenerse frente a las puertas abiertas de aquel jardín.

Azul como el cielo.  [ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ] •OMEGAVERSE•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora