20. Disfrutarás como nunca, puta

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Escucho las risas ebrias de algunos jóvenes. Me giro. Son dos y parecen estar lo suficientemente lejos. Aún así, preferiría que estuvieran más lejos. De todas formas parecen demasiado borrachos para hacer nada.

El siguiente minuto se me hace eterno. Camino tranquila, intentando no destacar, no hacer ruido, ni echarme a correr. Eso sería exagerado y es innecesario. Por el momento.

El siguiente minuto ya no va tan bien. De repente los chicos me ven. Noto como me observan y me siento muy incómoda, con la necesidad de bajar mi pantalón para que me tape lo máximo posible. También siento la necesidad de echarme a correr. Pero simplemente acelero el paso.

Y escucho como sus pasos también mientras empiezan a gritarme:

-¡Ey, chica! ¿dónde vas tan sola? ¿Por qué no te vienes con nosotros, guapa?

Empiezo a buscar el móvil en los bolsillos. No recuerdo si estaba en el pantalón o en la chaqueta y me estoy agobiando porque no lo encuentro. No, no, no, necesito encontrarlo.

-¡Guapa! Tengo una polla que quiere salir de paseo, ¿me la sacas tú? Disfrutarás como nunca, puta.

Y más risas. No dejan de reír mientras se me llenan los ojos de lágrimas y acelero más el ritmo. Encuentro el móvil y entro a contactos. Chloe, mi última llamada. El tono de espera empieza a sonar y a la segunda vuelta escucho respuesta.

-Bebé, ¿estás bien? ¿Pasa algo?- suena preocupada. Yo en cambio me tranquilizo un poco.

-Unos tíos me están gritando por la calle. Están lejos y están borrachos- me echo a llorar, liberando las lágrimas que se me estaban acumulando- Y no sé, no sé, solo queria escuchar la voz de alguien... Estoy a dos minutos de mi casa, no me dejes sola, por favor.

-Eso nunca, cariño. ¿Sabes lo que vas a hacer? Andar lo mas rápido que puedas y hablar todo el rato, sin parar, ¿me oyes? Hasta que llegues a tu casa y estés dentro y con la llave echada, ¿vale?

-No se que decir... Bueno, que espero no encontrarme con mis padres al llegar, no quiero preocuparles... Ah, ¿y recuerdas la escena de la película donde... encuentran a la popular asesinada? Bueno, y lo de matar al gay... Tan típico...

Voy mirando de reojo a los chicos. Cada vez están más lejos. Cuando cogí el teléfono, dejaron de andar rápido y aunque siguen detrás de mí, creo que ya no tienen ningún interés.

Tal vez solo querían divertirse, aunque no fuera eso un simple juego. Para ellos tal vez fueron solo simples palabras... Para mi, minutos eternos de sufrimiento.

Llego a casa, cierro con llave, doble vuelta, y por fin respiro profundamente.

-Ya estoy en casa, Clo. Gracias. Gracias, de verdad.

-No hice nada, aquí estoy siempre que me necesites... ¿Quieres hablar sobre lo que ha pasado?

-No te preocupes. Ya si eso mañana... Pero ahora solo quiero irme a dormir.

-Nos vemos mañana. Y ahora relájate e intenta descansar.

-Buenas noches, hasta mañana.

Cuelgo el teléfono, subo a mi habitación y me tiro a la cama.

Las lágrimas llegan solas y de un momento a otro vuelvo a llorar desconsoladamente.

En serio, ¿por qué hay gente así?

Escucho lo puerta de mi habitación abrirse un poco y veo la cabeza de mi hermano. Intento parar de llorar y me sueno la nariz mientras el entra y se sienta conmigo en mi cama.

-Sopita, ¿qué ha pasado? ¿A quién quieres que mate?

No puedo hablar sin llorar, así que me quedo callada, mirándole. Él me abraza y empieza a acariciarme el pelo como tanto me gustaba que hiciera de pequeña. Tanta ternura detrás de un gesto...

Vuelvo a llorar, acurrucada en sus brazos. Me siento segura...

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