19. El azúcar también ayuda para la felicidad

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Escucho a Tessa enviarle un audio a alguien, probablemente a su madre, diciéndole que íbamos al centro comercial a cenar. Escucho también las uñas de Chloe mientras toquetea rápidamente el móvil. Y Samy... simplemente Samy, colgada de mi brazo y sonriendo, igual de risueña que siempre. Mientras la miro, ella se gira para mirarme y se muerde el interior de la mejilla antes de abrir la boca para hablar:

-¿Estás bien? ¿Qué tal con Jack?

Suspiro antes de decir:

-Tenia tan, pero tan claro que lo habíais echo a posta... Idea tuya seguro...

-Sorry, pensé que necesitabais hablar... Y os conozco a los dos y sé que nunca hubiera salido de ninguno.

Samantha tiene razón, no lo niego, que nunca hubiéramos tenido esa conversación si no nos hubiéramos encontrado en esa situación. Pero tampoco me pueden obligar a pasar por ello, aunque su intención fuera buena.

-Mirad, chicas- digo sabiendo que Tessa y Chloe me están escuchando- se que lo hicisteis porque pensasteis que era lo mejor, y no me voy a enfadar porque os quiero, y sois las mejores amigas que podría tener, pero no me volváis a hacer algo así. Yo soy como soy, y pienso las cosas trescientas veces, y no doy pasos que quiero por miedo a arrepentirme y huyo de algunas situaciones porque no se enfrentarlas... A veces no estoy preparada para hacer algunas cosas, y aunque creáis que es lo mejor y podéis animarme a hacerlo, no podéis obligar a hacerlo. No me volváis a hacer pasar por algo así, porfa...

Realmente hablar con Jack no me sentó demasiado bien... Vale sí, era algo que tenia que llegar, pero no estaba preparada para enfrentarme a su respuesta. Ni siquiera sé que siento, no sabia que decirle ni sabía que respuesta esperaba que me diera... Bueno, ya no tengo que pensar en ello, no quería hacerlo y yo no le gusto.

-No debí haberlo hecho, lo siento Sophie... ¿Pero sirvió para algo cariño?- me pregunta Samy. Suena muy arrepentida y eso me parte el corazón... Ella es muy sensible y le duele equivocarse y que nos sintamos mal.

-No le gusto y no quería besarme. Eso me dijo. Y bueno, lo agradezco porque ahora sé lo que siente y ya puedo dejarlo de lado- aunque mi voz no suena del todo feliz, sonrío convenciéndome de que es lo mejor.

-Pues ahora a dejar de lado también al infiel de John y ¡a salir de fiesta con nosotras todos los viernes y sábados! Que lo que no quite el alcohol...- y esa fue la "borracha" de Chloe, sí. Seguro que lo adivinasteis.- Y hoy porque es jueves... pero el cine y las chuches no nos las quitan nadie, que el azúcar también ayuda para la felicidad.

Todas nos reímos con las palabras de Chloe, pero lo cierto es que tiene razón: cuanto antes me olvide dd los chicos, mejor y no hay nada mas eficaz que las amigas, las fiestas, y el azúcar. Espero olvidarme rápido... No quiero acabar diabética y alcohólica.

El resto del camino lo pasamos mirando la cartelera del cine desde el móvil y debatiendo que ver. Las posibilidades son una de miedo, de esas típicas de casas encantadas y adolescentes muriendo y otra de comedia. Esta parece ir sobre los preparativos de una boda donde todo, pero todo, parece que empieza a salir mal.

Esas no eran las únicas películas, pero entre las infantiles y las que tenian pinta de "coñazo", solo quedaban esas dos, una romántica y otra de drama. Las chicas no lo dijeron, pero creo que estas dos últimas las descartaron por mi. Supongo que no quieren que me deprima con un drama intenso ni con una historia de amor perfecta, pese a que les he asegurado trescientas veces que estoy perfecta.

Tampoco es como si estuviera enamorada de Jack y me hubiera rechazado... Así que obviamente no estoy como en las pelis, solo con ganas de llorar y comer helado. Eso se lo dejo a las marujas de cuarenta años de los romances televisivos del domingo a la tarde.

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