1. Sopita, ¿cuándo se sabe que el agua hierve?

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-Sophie ¿Qué quieres hacer esta tarde?- me pregunta Chloe.

-No me apetece ir a ninguna parte... ¿Tarde de chicas?- contesto.

-¡Siii!- incluso aplaude para demostrar su emoción y me rio.

Chloe Mills es mi mejor amiga desde que tengo uso de la razón, y lo digo literalmente.

El primer recuerdo que tengo, es con ella, cuando teníamos tres años y aún íbamos a la guardería. Daniel Herrero, el niño más malo de la clase, me había quitado mi muñeca y quería pintarla con rotuladores, pero Chloe se la quitó y le pintó la cara con ellos.

Ahora ya no es igual, catorce años más tarde, Daniel es el típico mujeriego calienta-bragas, y Chloe dejó sus formas violentas y su actitud de marimacho (en palabras de su madre) para convertirse en la chica más popular del curso. A parte de eso ninguno cambió demasiado, él sigue siendo un matón (o eso pretende demostrar) y Chloe sigue siendo la chica que me defendió sin conocerme.

El timbre suena, dando un primer aviso de que el tiempo de descanso se acabó y toca volver a clase. Nos acercamos a las taquillas y ahí nos toca separarnos: ella escogió ciencias de la salud mientras que yo me decanté por las letras.

Camino a clase de Latín, me encuentro a Samantha y entramos juntas en la clase. Ella es otra chica del pequeño grupo en el que estamos Chloe y yo. A parte de ella, también está Tess, y las cuatro somos consideradas el grupo de las populares. La verdad es que Samy y yo solo lo somos por casualidad: como amigas de dos populares, nos meten en el mismo saco, pero ambas detestamos la atención innecesaria. Ella y yo nos autodenominamos "Popus de segundo grado".

-Esta tarde Clo viene a mi casa y habíamos pensado en hacer una tarde de chicas, ¿te vienes?

Tarde de chicas significa palomitas, series, maquillaje, uñas, pelo, manualidades desastrosas con la ropa o conversaciones filosóficas e intensas, y por lo general agrupan un mínimo de tres o cuatro. Puede sonar aburrido o estereotipado, pero bueno, a nosotras nos gusta.

-Si claro, ¿Tess lo sabe?

-Noup, todavía no la he visto.

Theresa, aunque siempre la llamemos Tess porque odia su nombre (dice que suena a la Edad Media, la dramática) también hace Letras. Pero suele entretenerse por los pasillos, hablando con algún chico enamoradizo que se prenda de sus ojos, o con alguna chica que no la odia por esto.

En realidad no tengo celos de Tess. Ella es la que más atención acapara de nosotras, con su larga y frondosa mata de pelo oscuro, su cuerpo delgadito pero con curvas y esa sonrisa de ensueño.

Vale si, lo admito me gustaría ser un poco más como ella, es preciosa, pero como dije antes no me gusta demasiado la atención, así que siendo más normalita, de eso que me libro.

-Ey, esta tarde vamos a casa de Sophie- dice Sam cuando Tessa se aproxima a nosotras para sentarse en la mesa de detrás -¿te apetece venirte?

-¿Típica tarde de chicas? Por supuesto.

-Señoritas, callense y dejen dar la clase.

Esa es la Señora Porton. Culquiera que la mirase podría suponer que trabaja como profesora. Es como el prototipo de película: joven con algún kilito de más, gafas y vestidos que nunca sabremos de donde los sacan. De verdad, un misterio.

Tanto la clase como el resto de horas se pasan muy lentamente, como si el viernes estuviera tratando de estirarse para no llegar al sábado. Y encima, todos los profesores parecen estar de peor humor que normalmente... creo que se les  acabó la paciencia que tenían para esta semana a todos a la vez.

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