4. "Y espero que me hayas perdonado"

177 36 27
                                    

Las siguientes horas las paso junto a Jack. La verdad es que es una compañía agradable. Sí, es cierto que no le conozco, pero es simpático y alegre. No parece el típico chico de diecisiete años. Tal vez si se abriera un poco más, mas gente vería como es...

Incluida tu, que te recuerdo que no le conoces, guapa.

Touché, cari.

Bueno a ver si, a veces tengo conversaciones conmigo misma. Pero soy normal. O eso creo... A ver, ¿a nadie más le pasa?

Enfin, que este par de horas este chico desconocido ha conseguido hacerme olvidar mi vergonzoso momento en la habitación con John, con sus bromas y anécdotas peculiares. Y si, son peculiares, como aquella vez que trató de romper una pequeña mesa porque acababa de ver Karate Kid (o alguna peli del estilo) y acabó clavándose varias astillas. Tuvo que ir al médico y aunque no fue una experiencia bonita y alegre, ahora la recuerda entre risas. Entre risas suyas y mías que con el alcohol no me volví misteriosamente silenciosa.

Pero al final me canso de estar sentada en el suelo sin apenas moverme. Con la absoluta seguridad de que se me durmió una pierna y posiblemente el culo también, decido que es hora de moverme de aquí.

-¿Quieres ir adentro? Tengo sed y no quiero preocupar a mis amigas.

-No, creo que paso. Me iré a casa supongo, ya tuve suficiente relación con la humanidad por hoy.

-Entonces, ¿me usaste para cumplir tu propósito diario de vida social? Auch, duele- hago un mohín en broma, antes de sonreir.

-Exacto señorita, ¿creía que lo hacía por el placer de su compañía? Espero no haber roto su corazón con la cruel verdad- su lenguaje antiguo improvisado me hace reír.

-Bueno, adiós chico asocial.

-Adios chica popular.

-No lo soy- le saco la lengua.

-Bueno tal vez la popularidad no es tu don, pero tu madurez es innegable.

Vuelvo a sacarle la lengua y me voy a dentro, esperando encontrar a mis amigas lejos de John.

Afortunadamente me las encontré en la cocina, cogiendo bebida y charlando con Lizzy y Beth, las otras dos chicas con las  que saliamos de vez en cuando.

-Ey, ¿quieres?- me preguntó Chloe.

-Claro- la verdad es que no sabía que era pero ya veis que no estaba siendo la noche de las mejores decisiones.

Tomé un trago.

Sabía fuerte y no reconocía que era, pero entre que estaba bueno y que no tenía muchas ganas de pensar en nada, continúe bebiendo rápidamente. Soy de esas personas con suerte a las que el alcohol no les suele afectar. Pero bueno, la práctica hace al maestro y ya se como conseguir que me suba: velocidad.

Me diréis que eso es obvio, o que es un truco muy conocido, pero bueno, yo lo comparto. Tal vez a alguien le interese... Bueno no, mejor olvidadlo, que hay que ser sanos y el alcohol es malo.

-¿Todo bien con John?- me susurra Samy mientras nos acercamos al comedor donde hay más ambiente de discoteca.

-Ya os contaré- digo con algo de pesar y arrepentimiento.

-Os liasteis ¿no?

Asiento algo triste y Sam pasa su brazo por encima de mis hombros, acercándome a ella, con cuidado de no tirar nuestros vasos.

-Va bailemos y olvidemos Sophie.

Ella comienza a pegar mini saltitos a mi alrededor y a restregarse contra mi para hacerme reir. Ella no ha bebido, pero ahora, mientras intenta animarme, parece que esté totalmente borracha. Más borracha que muchas de las personas de la sala. Y es gracioso, así que me rio. Al final empiezo a hacer lo mismo, y ahí estamos, las que odian la atención, acaparandola... parecemos locas desquiciadas.

Chico Instagram Donde viven las historias. Descúbrelo ahora