13. No soy perfecto pero al menos no soy gilipollas

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Jack

—Te gusta— escucho decir a Samantha detrás de mí mientras me dirijo a su comedor.

Bueno, me dirigía, porque ahora me he quedado parado en medio del pasillo. Me giro y la enfrento:

—No.

La cara que está poniendo ahora mismo es la típica que uno pone cuando no te crees nada de lo que te están diciendo. Pero debería, porque esa es la verdad.

—Si, te gusta, pero tratas de esconderlo. Sólo que a veces no puedes, como antes. Ibas a besarla. Dos segundos más y os hubierais besado. No tiene sentido que lo niegues, no estoy ciega, eso es lo que pasó. Y es porque te gusta. Además estás celoso de John, eres bastante fácil de descifrar.

Es cierto que no me cae bien John. ¿Es acaso tan extraño? Es un gilipollas, se comporta como un gilipollas y la gente lo trata como si fuera un rey o algo así. Sólo yo veo como es realmente... Un tio más básico que las piedras, que va de popular y trata mal a la gente. Y luego encima pide perdón como si realmente lo sintiera...

—No tengo nada que envidiarle a él. No soy perfecto pero al menos no soy gilipollas.

Samantha pasa de mi respuesta y continúa con lo suyo, esperando que reconozca algo que no es verdad.

—Te he observado en clase. Cada vez que se mueve, la miras. Cuando entras, la miras. Cuando John se acerca, la miras.

—Eso no significa nada, miro a mucha gente. Eso no demuestra nada, y menos que esté celoso de su ex. Que tonteria.

—Tal vez no te hayas dado cuenta, pero es cierto. Cuando el se acerca, apretas la mandíbula y te tensas. Y hasta que no se va y ella sonríe, no te quedas tranquilo.

—Simplemente me cae bien y el no y no lo puedo esconder. Ya está. Mirar no significa nada, y odiar a John por ser como es, tampoco.

A pesar de la lógica de mis argumentos, Samantha no parece escucharme y sigue insistiendo en demostrar que me gusta.

—No la miras como a una chica cualquiera, la miras como si de su felicidad dependiera la tuya: si ella sonríe, sonríes; si ella está mal, corres a preguntarle si está bien, aunque parece que siempre lo haces escondido detrás del teclado del móvil...

—No es cierto. Y supongamos que sí lo es, que si que estoy enamorado de ella o por lo menos, me gusta, ¿que importaría? Ella está enamorada de John, yo solo sería el idiota enamorado de su amiga y paso. Ni tiempo ni ganas de esperarla mientras intenta salvar a un cabrón sin solución. Y además, que no es cierto.

Vale, eso no me lo esperaba. Puede que Samantha tenga algo de razón (no toda, no nos pasemos), pero no cambia nada. Sophie es solo mi amiga y le gusta John. Yo no pinto nada.

—Tal vez no te toque esperarla mucho...

—¿Qué quieres decir con eso Samantha?

—Nada, que los apuntes no pueden esperarnos mucho más, ¿vamos?

Sé que no dijo eso, ni que se refería a eso, pero Samantha es así: te dice algo y si no lo entiendes, no lo repetirá dos veces. Así que la sigo cuando pasa por mi lado y entra por la puerta.

Sería más fácil si te gustara ella...

Lo sé. Pero ella no es Sophie...

Me siento a su lado. Donde debía estar Sophie supongo. Miro la sala intentando centrarme en otra cosa y acabo mirando a Sam mordisquear un lápiz.

—¿Samantha?

—¿Mmm?— contesta sin realmente mirarme, sacando su libreta y mas apuntes de la mochila.

— ¿Y tu por qué me miras?

—No quiero que le vuelvan a hacer daño.

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He estado desaparecida con los exámenes, trabajos finales y demás cosas de la universidad. Además, estuve una semana también descansando y por ello la desaparición.

Pero bueno, ya he vuelto, con este capítulo e intentaré que sean más regulares y habituales a partir de ahora.

Y en cuanto al capítulo, ¿que tal? ¿Os gusta como va avanzando la historia?

¿Cuál es vuestro personaje favorito?

Hasta el próximo capitulo, que lo subiré en un par de días. Gracias y no olvidéis comentar y dejar una estrellita si os gusta.

¡Adiós!

❤️🧡💛💚💙💜🖤

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