Entonces, José sabe que ya no hay nada más que tenga que hacer, su parte del trabajo había sido hecha con total éxito, por lo que sólo se decide en marcharse de aquel lugar cerrando la puerta con lentitud, impidiéndole que las luces sigan alumbrando dentro de aquella habitación y así despidiéndose del Gambino adormilado en medio de aquella cama, emprendiendo una nueva caminata, en esta ocasión a donde la cocina; seguía siendo un poco tarde y eso no le impedía al gitano prepararse una buena cena, sentía que se la merecía por su buena realización laboral, así que estaba muy decidido con tomar bocado.
Aún que, de inmediato aquella acciones con ninguna otra intención que saciar su apetito, se vieron detenidas por el vibrar de su teléfono y ante aquello, lo poco que decide por hacer es bufar un poco irritado, sus pensamientos no paran de pensar en qué cabe una posibilidad de que se trate de Salinas llamándole con la intención de preguntarle sobre si habrá más lavado de dinero o alguna otra intención de realizar una de sus estúpidas llamadas de broma, que al parecer del abogado en verdad son cómicas.
Sin tener más intención de perder más tiempo, saca el aparato de su bolsillo, demasiado dispuesto a contestar y soltarle una bocanada de maldiciones a quien esté al otro lado de la línea. Al menos, así hubiera actuado si tan solo no se hubiera percatado en aquel momento que la llamada no era realizada por nadie más que su otro jefe, Toni estaba al otro lado de la línea. Sin siquiera pensárselo un segundo más, aclara su garganta ya del todo dispuesto a responder el llamado.
─ ¿Qué horas son estas para estar llamando, eh, Perro? ─ La forma en cómo José se estaba expresando no era en nada más que completa y total alegría, estaba claro que no habían pasados muchos días en que no habían tenido contacto uno con el otro, aún que también había que considerar que para, Heredia, los Gambino eran unos grandes amigos, algo así como su segunda familia.
El día en que se dispuso a realizar su viaje de negocios, Toni lo único que pudo hacer fue entregarle las copias de las llaves de su hogar y encargarle que cuide de Carlo como del negocio en su ausencia. Aun recuerda que todo tuvo que ser de la manera más rápida que pudo, puesto que su hora de vuelo estaba cerca y tampoco tenía tiempo de hacer más. En aquel, momento, José no niega que le hubiera encantado acompañarlo al aeropuerto para despedirlo con mejor naturalidad, cosa que también se impidió así mismo, debido a las continuas cosas que tenía que realizar; sin contar que también seguía medio dormido y para cuando se percató, Toni ya estaba subiendo al vehículo que se encontraba manejando Anya.
─ Cierto, olvidaba que la zona horaria es distinta.
Al otro lado, pudo escuchar la tan tranquila voz del mayor, aún que también un poco ronca, quizás haya apenas estaba despertando, era lo único que podía deducir el moreno desde su posición.
─ Y bueno, llamó para saber cómo van las cosas por haya, solo espero que no estén pasando algún problema en mi ausencia.
Heredia sin entender muy bien sus motivos y sin tener control de sus propias acciones, mira de reojo la puerta del cuarto que acaba de cerrar, mismo que le pertenecía a la persona con la cual estaba hablando, sonríe con levedad, mientras suelta un mini suspiro despreocupado.
─ No se si sea buen augurio decir que no hay nada por que alarmarse. Aun que siendo sinceros... Sería bueno pasar por un poco de acción, la verdad ─ Responde, mientras escucha unas pequeñas carcajadas por parte del italiano mayor ─. Solo una cosa más... ¿Por qué no me has dicho antes que Carlo es dependiente de ti? ─ Ante la duda, el moreno pega más el oído a la bocina del celular en su mano, pues en verdad que tenía curiosidad al saber sobre aquel tema.
Actualmente, todo eso ya lo ve como algo normal; empero, el primer día que llego, se encontró al Gambino menor postrado sobre el sillón de la sala viendo la televisión con una inminente fiebre y al este percatarse de su presencia, le pidió ayuda para ir a la alcoba de Toni ─que quede claro, en aquel momento no supo que se trataba de la habitación del otro hermano─, hasta que el menor se acostó y arrugó la nariz, quejándose del fuerte olor a flores que este tenía, fue ahí que todo dio sentido y se sorprendió, pues lo que sí está claro es que sabe quien es el que tiene aquel olor "corporal" floral.
Fue ahí que sospecho sobre eso.
─ Eh... Si, un poco, si... ─ Dice, Toni, un tanto despreocupado del asunto, pues para él, nada de eso le sorprendía, más cuando su hermano iba de cuando a cuanto a dormir con él ─. Aun que, creo él prefiere que no lo vean en esa faceta, dice que le hace ver débil.
Y es que eso era algo que siempre supo sobre su hermano y tal parece ahora también lo sabía el gitano, quien ríe un poco por tal descubrimiento.
─ Pero, verlo débil es lo último que hago realmente ─ Confiesa, por que así eran las cosas, ha visto a Carlo pelear las suficientes veces como para no imaginarlo como alguien débil ─. Mucho menos si recuerdo ya cuantas veces he ido al hospital por su culpa ─ Suelta en completo cinismo en su voz, siendo confirmado por el mismo Toni ─. En fin, dejemos de hablar de acá ¿Como van las cosas haya en Los Santos? ─ Luego de aquella interrogante, José logra escuchar el bufido desconforme del rubio.
─ ¿Que quieres que te diga?, estas personas son un poco, eh... Pesaos ─ Le contesta, Toni. Era impresionante como la manera de expresarse del italiano había cambiado de descontrolada alegría a desbordante cansancio.
Para ese momento, José piensa en que lo que dice Toni no es lo correcto, ¡Vamos! Pará qué alguien que es tan positivo cambié la manera de ver a otro alguien a una más irritante, es que ya es mucho. Si hubiera sido Carlo quien le hubiera contado esto, no le sorprendería mucho, él siempre ha demostrado ser alguien de poco temperamento y realmente versátil en cuanto a opiniones de los demás.
Más no Toni.
─ Diga las cosas como son. No son más que unos hijos de putas.
El Gambino, quien también estaba un poco perdido en sus propias ideas, al escuchar aquello vuelve en sí e internamente se pregunta que ha pasado, pasan un par de segundos más para que al final, decidiera comenzar a reír más fuerte que las veces anteriores debido a las ideas de su empleado.
─ Bien, bien. Creo que así son las cosas, son unos completos hijos de puta... ─ Comienza a reír durante un rato más, mientras le acompaña en la idea ─. ¿Puedes creer que se han tomado la molestia de cambiar casi todo el trato?
Con aquello, no puede opinar más que a favor de Toni, él estuvo al tanto del trato que se haría, el envío de cargamento que harían hacia los contactos que le habían encomendado Salinas, con tal de un beneficio monetario.
En aquel momento, todo estaba bien, incluso para él las cláusulas que se habían encomendado se encontraban beneficiosas y además, Salinas había dado el visto bueno un par de días antes de que hubieran que ir para haya. Ahora solo vienen aquellos señores y quieren cambiar todo, si él hubiera estado ahí, ya les hubiera reventado a palazos.
─ ¿Por qué no sólo los mandas a tomar por culo?
Al otro lado de la línea, Toni, sonríe un poco por la idea otorgada por parte de su empleado, porque aceptaba que la idea era demasiado beneficiosa y que en realidad él incluso había pensado días atrás, pero tuvo que negarse . Las ganancias que obtendrían a raíz de aquel tratado serán aún mejores, demasiado buenas a decir verdad.
─ Creo que no, ahora mismo estoy checando todo eso, así que tendré mi día ocupado leyendo papeles y corrigiendo algunas cosas ─ Toni suspira cansado ─. Y creo que podré manejarlo, tienes que recordar esto José. Pico de oro.
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Rᴇɪɴᴀ [Mᴀʀʙᴇʟʟᴀ Vɪᴄᴇ]
FanfictionAun cuando era cuestionable, siempre supe entender quien era el más fuerte entre los dos. El siempre fue, quien ante cualquier adversidad se encontraba dispuesto a recibirte y consolarte, en tus peores momentos. Él siempre fue el motivo por el cual...