|| O4 ~ Hᴇʀɪᴅᴀs Dᴇʟ Aʏᴇʀ ||

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Las cosas estaban ocurriendo de una manera un poco diferente a lo que Carlo se imaginaba, era cien por ciento verídico que sin dudarlo irían y se encargarían de ver el estado sobre cómo marchaban las cosas en el KRule y el BBTelo, dos locales de los cuales usaban de tapadera para demostrar sus altos ingresos provenientes de las Pirulas, dos tiendas que de igual manera daban grandes ganancias. Sin embargo, Heredia y Volkov aún no irían a ver dichos locales, al menos no era el momento para ello, más aún cuando tenían otra pequeña reunión diaria a la cual tenían que atender.

En el momento que lograron que toda la atención del Gambino se desviara por completo a la propuesta que le había hecho Igor y después de comprobar que lo estarían dejando en una buena compañía, ambos hombres comenzaron a emprende un nuevo camino a la zona centro de la ciudad, más específicamente se dirigían al Hospital de Marbella.

─ ¿Crees que estuvo bien? En hacer todo esto a espaldas de Carlo, me refiero ─ El camino silencioso, se ve interrumpido por las dudas e incertidumbres de Volkov.

Era bastante obvio que esta no es la primera vez que se dirigían a aquel lugar, ni tampoco que lo estén haciendo a espaldas y en contra de los deseos propios de su Jefe; sin embargo, también sabían que no había por que dejar las cosas como estaban.

Ambos han se encontraban al pendiente de toda la situación y de igual manera no veían que las acciones del Gambino menor hayan sido adecuadas en aquel momento. Lo saben, quizás, cuando él se de cuenta o sospeche de todo esto, es probable que serían tachados como mentirosos por parte de los pensamientos heridos del rubio cenizo y estaban más que dispuestos a recibir aquellos señalamientos injustos.

Aun más, si aquello ameritaba a seguir sus propios ideales.

─ Si, él no tiene por que saber en todo lo que estamos haciendo ─ Heredia se encontraba enfocando su mirada al rumbo de su camino, pese a ello, cualquiera podría percatarse de su ceño fruncido ─. Aquella última vez, nada terminó en buenos términos y ahora lo último que quiero, es que la situación vuelva a repetirse.

Y al contrario de negarle sus propios argumentos, Volkov termina por aceptarlos y convertirlos en propios.

Por que aún tiene fuertemente gravada aquella imagen de Carlo gritando a todo lo que su garganta le permitía, intentando zafarse del agarre de dos o tres paramédicos que lo sostenían e intentaban sacar del lugar por la alteración que provocaba en los pasillos del hospital. Aún puede recordarse ahí parado en el marco de la puerta de una de las habitaciones, mirando atontadamente lo que unas simples palabras pudieron causar; mientras que la persona que se encontraba en la camilla de aquel cuarto se miraba por completo desolada, triste y con lágrimas contenidas en sus ojos. Todo eso era algo que nunca en su vida quisiera volver a revivir.

─ Entiendo ─ No agrega nada más.

Ni uno ni otro se atreve a seguir hablando, cuando ambos sabían que no les llevaría a nada el indagar a más. Uno se le veía intentando estar al pendiente de su manejo por la carretera, y el otro simplemente estaba mirando por la ventana todas aquellas calles que iban pasando, no había mayor interés.

Desde aquel día del incidente, sus vidas se habían convertido en un completo desastre andante. Tanto José como Viktor vivían llenos de estrés y cansancio debido a todo el peso que de un momento a otro comenzó a recaer sobre sus hombros; la cruel indiferencia por parte de Carlo y la riesgosa salud que actualmente tenía Anya no terminaban por ayudar en nada, y por supuesto no les echaban en absoluto nada de la culpa, ya que estaban al tanto de lo que pasaba no era la principal intención de nadie, pero aun con ello, sentían que no merecían sobre cargarse con todo este peso solamente ellos dos.

Rᴇɪɴᴀ [Mᴀʀʙᴇʟʟᴀ Vɪᴄᴇ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora