|| 22 ~ Bᴜsᴄᴀɴᴅᴏ Mᴀ́s Iɴғᴏʀᴍᴀᴄɪᴏ́ɴ ||

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Lo admitía.

Para el momento en que Carlo Gambino había demostrado sinceridad en cuanto lo que le podría llegar a ocurrir si comenzaba con una investigación ─misma que en aquel entonces parecía innecesaria─, le sorprendió en demasía.

No sólo por el simple hecho de que el menor de los hermanos italianos, aquel que parecía querer matarlo en cualquier momento, mostrará preocupación hacia su persona, cosa que ya era decir mucho. También, aún cuando no lo mostraba, se sentía asustado por el tema, él sabía que entrando en este bajo mundo le traería una muerte posiblemente pronto; aún así imaginarse a sí mismo tirado en el suelo, rodeado de su propia sangre y con posiblemente perforaciones de bala por todo su pecho ─o alguna otra parte del cuerpo─, tampoco era una imagen digna de admirar.

Y lo continuaba admitiendo.

Todo eso terminó por derrocar su barrera segura, pues cuando la idea de que su deceso podría llegar aun más rápido si llega a realizar tales acciones, pensó en denegar toda petición al respecto, ni los Gambino ni García ni él se sentían seguros al realizar aquella tarea otorgada por la Mafia que tenían delante de ellos.

Esa fue la idea principal, hasta que la partida de los Gambino ocurrió, dejándolo solo con Hai, Fedor y García, Igor había informado que iría a por Carlo, pues a su punto de vista necesitaba entretenerse mejor y tanto el Cybor como el italiano sabían entenderse perfectamente, así que se fue con todo y el permiso de sus amos. Por al menos un minuto, todo quedo en un silencio sepulcral, hasta que Fedor fue el primero que se lanzo a hablar, tomando a Salinas del hombro, así dándole su apoyo como recurrentemente solía hacer en casi todas sus decisiones, confesándole que a pesar de que sentía que no le satisfacía su negatividad no los obligaría a realizar cosas que no quisieran, situación que agradeció infinitamente.

Por el contrario estaba Hai, quien aún después de las palabras de su socio ruso, cuestionó sobre sus decisiones.

─ Yo tampoco pienso obligarlos a trabajar en esto, pero aun así les preguntaré una vez más ─ El chino se dejó recargar sobre una de las paredes, mientras cruzaba los brazos y cerraba los ojos ─. ¿En verdad no quieren hacer esto?

─ Hai ─ Interpuso Agustín, cruzado también de brazos y con su particular vestimenta policial ─. Esto creo que ya ha quedado claro. Carlo lo ha mencionado antes, no podemos simplemente arriesgarnos con unas simples suposiciones.

Para ese momento, no negara que tenía incertidumbres sobre ¿Por qué la perseverancia en querer que encuentren la información sobre una banda misteriosa que ni siquiera conoce el nombre? Estaba seguro de saber lo que quería y ahora mismo, eso era seguir sobreviviendo. Pero también estaban aquellas dudas y pese a las negatividades de su compañero judicial, Raúl cuestionó un poco más a fondo a Hai; el cual sonrió con eso, contándoles unas cuantas cosas sobre sus principales problemas con aquella banda en especifico, también soltó cosas pequeñas al respecto de por qué era circunstancial que sepan sobre ellos y que especialmente los Gambino lo supieran.

En serio que todo esto lo lleno de más y más dudas, encontrando pequeños acertijos que les explicaran lo principal, sin embargo sacaba palabras ambiguas como: Camellos, Caramelos, Narcotráfico, Bandas, Hermanos. Y en verdad que había intentado negarse a cualquier costo.

Hasta que se le dio por mencionar a Toni.

Tal como se esperaba, al comienzo le costó entender las palabras que le eran soltadas por el asiático y a firmadas por el ruso, al igual que García, sospecharon que podría tratarse incluso de una cruel trampa para que terminarán por aceptarlo, cosa que admite, les funcionó de maravilla, ya que no podía permitirse quedarse con la duda, así que aun sin la ayuda de Agustín, Salinas se dispuso a aceptar la tarea que le había sido encomendada.

Rᴇɪɴᴀ [Mᴀʀʙᴇʟʟᴀ Vɪᴄᴇ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora