|| 26 ~ Eʟ Tʀᴀ́ɢɪᴄᴏ Dɪ́ᴀ ||

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Luego de más de siete horas de vuelo, Toni finalmente puede decir que esta respirando el aire fresco de Marbella, el avión ya había aterrizado y su llegada a la ciudad le hace sentir más cómodo, lentamente comienza a bajar las escaleras que fueron puestas en la entrada del avión para que uno a uno de los pasajeros bajaran sin inconveniente, detrás de él se encontraba Anya quien parecía estar igual de contenta por regresar a su ciudad.

Ambos siguen gustosamente las instrucciones que le son dadas y esperan a que sus maletas le sean entregadas en la zona de descarga, mientras tanto platican un poco a gusto acerca de las cosas que habían visto en la ciudad de Los Santos y que gustosos les gustaría volver a visitar en compañía de sus compañeros.

Es entonces, que de repente el teléfono de Toni comienza a vibrar en los bolsillos de su pantalón, haciendo que la amena platica se viera interrumpida por dicho aparato, la rusa no se molesta y por el contrario le anima a contestar al llamado, con un leve asentimiento el rubio agradece, sacando el celular de sus bolsillos y así atender, se trataba de su hermano Carlo.

─ Reina, ¿Todo bien?

El italiano mayor sonríe un poco a gusto al poder escuchar a su consanguíneo una vez más, sintiéndose cálido al oír el apodo que le había puesto por una simple broma al buscar sus apelativos que usarían cuando trabajarán al nombre de su organización.

Se siente a gusto de finalmente estar de regreso, después de una agitada semana de negocios, misma en la que no paro de estresarse debido a la inminente desconformidad que le daban sus futuros socios con cada propuesta que parecía querer darles, llegando al punto de cambiar todas y cada una de las cláusulas buscando mayor beneficio para ellos.

Esta claro que Toni no permitió tales actos.

Incluso, había pasado una semana más de lo que ambos hermanos hubiera pensado que sería, todo esto debido a las desconformidades que hubieron con el pequeño tratado que se estaba realizando en el extranjero, Toni durante ese tiempo extra realizó mil y un cosas para que sus próximos socios ─si es que el tratado se realizaba de buena manera─ estuvieran satisfecho para con él, todas aquellas cláusulas que había estado preparando con su hermano antes de realizar aquel viaje se vieron afectadas al igual que todas las propuestas que les daba los contrarios. Además de ello, Anya siempre estuvo a su lado ayudándole con algunas cosas, analizando cada una de las propuestas, anulando cada una que le provocaba una desconformidad o editando los que le parecieron buenas ideas para así mejorarlas.

─ Perfectamente... ─ Sonríe.

Anya le pica el hombro un par de veces, avisándole que sus maletas estaban por aparecer y había que recogerlas, hace tal acción a la par que continúa con su platica con su hermano.

─ Adivina quién consiguió un trato con la organización de Los SantosY claro que está entusiasmado.

Trabajar arduamente durante todos esos días terminaron por darle un buen sabor de boca al tener el documento finalmente firmado, con la promesa de un pronto cargamento cruzando las fronteras para la compra venta de sus Pirulas.

Carlo, tampoco era menos, aún cuando no estuvo presente en aquellas reuniones que su hermano anduvo realizando en el extranjero, si que estuvo al pendiente de todo lo que ocurría, de no ser así, se trataba de José quien le informaba; hubo momentos donde incluso deseo ir al lugar con el único propósito de hacerles entender a aquella gente que con Los Gambino no se andaba con rodeos, vaya que estaba satisfecho con lo que su hermano logró construir. Y la albina por su lado rio un poco al ver la gran energía que parecía tener el mayor de sus jefes.

Rᴇɪɴᴀ [Mᴀʀʙᴇʟʟᴀ Vɪᴄᴇ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora