Capítulo 19: Mi Mejor Amigo

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Soltó un pesado bostezo para así abrir la puerta de su habitación y ver a Amy correr velozmente por el apartamento hasta salir del mismo, dejándolo un tanto perplejo por la urgencia. Silver revisó su reloj de pulsera percatándose de la hora [6:15 AM].

–Aún es temprano...– murmuró Silver soltando un bostezo y dirigirse a la cafetera.

Se sentó en la isla de la cocina, aún adormitado, cuando la notificación de un correo entrante lo alertó para así leer el mismo. El sueño que lo acechaba desapareció al acto. Sus ojos se abrieron por completo; aprisionó sus labios creando una fina línea endureciendo su expresión ante lo que sus ojos leían.

Sonic salió de su habitación para revisar con un vistazo rápido la lista de pendientes en su celular caminando sin cuidado a la cocina. Era un día importante y no pensaba dejar escapar ni el más mínimo detalle.

–Veamos, sólo me hace falta... ¿Uh? – Sonic silenció al ver la expresión seria de su amigo quien yacía en la cocina –¿Silver? – llamó, alertando al erizo plateado de su presencia.

–¡S-Sonic! – balbuceó con sorpresa casi tirando su teléfono ante la sorpresa –¡¿Qué haces despierto tan temprano?! – preguntó con una actitud nerviosa.

–Parece que no soy el único – devolvió el erizo azul para caminar hacia su amigo. –¿Qué sucede?

–Nada ¿por qué preguntas? – evadió Silver guardando su teléfono en su bolsillo velozmente, y así, sonreirle sueltamente.

–Porque te conozco – respondió Sonic sentándose frente a él para observarlo con seriedad –Y porque no es común que estés despierto tan temprano.

–Si bueno, tampoco tú y no es porque pase algo malo ¿o sí? – se defendió.

–...Silver – llamó Sonic viéndolo con consternación.

Silver se percató de aquella mirada que expresaba la obvia preocupación de su amigo, mirada que le hizo desviar la propia. Quedaron en lo que pareció un silencio perpetuo, dando la bienvenida a un ambiente de tensión.

Soltó un suave suspiro ante la mirada insistente de su amigo; sabía que Sonic sólo quería ayudarlo, sin embargo, aunque sus intenciones eran nobles, él se había prometido que no volvería a involucrarlo; no pensaba seguir dependiendo de la ayuda de él para solucionar sus problemas.

–Deberé de regresar a casa por unos días – respondió en suave voz el erizo plateado –Ya sabes como es... – murmuró sin poder encararlo.

Escuchó a Sonic exhalar un pesado suspiro, acto que lo hizo levantar la mirada. El mohín de consternación en el erizo azul parecía haberse grabado en su rostro como augurio de un mal presagio.

–¡P-Pero mamá está bien! – soltó Silver rápidamente, provocando que Sonic lo viera con sorpresa. –Sólo debo de arreglar unos asuntos aburridos de ella, en serio, no debes de preocuparte por nada, yo...

–¿Lo prometes? – interrumpió Sonic secamente.

Sonic lo vio con una mirada afilada y una expresión seria e imponente, advirtiéndole que no estaba bromeando. Realmente odiaba cuando hacía eso.

–Te lo he dicho antes – dijo Silver despreocupado, sin poderle sostener la mirada, con una sonrisa divertida intentando alivianar el ambiente –Todo está bien – aseveró poniéndose en pie y así dirigirse al refrigerador –Así que no debes de preocuparte por nada – le aseguró –Y si hubiese algo... – pausó con su vista en el refrigerador abierto –...puedo manejarlo – susurró.

–Pero...

–Además – interrumpió Silver para sacar una manzana y retomar su buen humor –Hoy es el gran día ¿no es cierto? – le desvío el tema por uno que estaba seguro captaría su completa atención –Imagino que tienes cosas más importantes de las que preocuparte, después de todo, es la razón por la cual estás despierto tan temprano ¿o me equivoco? – preguntó para morder aquella fruta de forma desinteresada.

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