Capítulo 61: La Mudanza

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Terminó de cerrar la última caja de cartón para leer a un lado de la misma "Ropa Amy" escrita con marcador negro sobre ésta. Colocó con sutileza la yema de los dedos sobre aquella caja para acariciar de forma sutil el nombre de ella soltando un suave suspiro.

Aún no podía creer que Amy se iría; alguna vez realmente fue su mayor deseo que ella se fuera del apartamento y por fin lo dejara a solas, y ahora que estaba pasando, sentía que le estaban arrancando una parte de él.

Sonic vio de reojo la habitación, que por alguna razón se sentía más vacía que nunca. Se recostó sobre la pared mientras una mirada taciturna se aposentó en sus pupilas, no podía evitar sentir como se sentía y al mismo tiempo no podía hacer nada al respecto.

–Realmente esto no se siente bien – masculló Sonic para así con amargura.

–¿Ya están las últimas cajas? – la pregunta lo tomó por sorpresa, disipando el ambiente de pesadumbre que ahora lo acogía.

Sonic volteó a ver a la ardilla castaña que ahora entraba a la habitación con aquella suelta sonrisa que la caracterizaba. Se separó de la pared para así asentir con la cabeza en un silencioso sí. A diferencia de ella no podía encontrar en él en ese momento esa felicidad desbordante que él tendía a mantener.

–¿Te encuentras bien? – le preguntó Sally de pronto.

Sonic abrió sus ojos con sorpresa, ante la perspicacia de la ardilla. Forzó una sonrisa sobre sus labios desviando su mirada de ella, en un intento de ocultar la tristeza que sus ojos claramente albergaban, dirigiendo así su atención a las últimas dos cajas que yacían en el suelo.

–Sólo algo cansado – sonó tan amigable como pudo –No dormí mucho anoche – rio Sonic divertido cual broma interna; una que después de pronunciarla lo hizo borrar aquella sonrisa que había mantenido, recordando el porqué de su falta de sueño y de la razón de su estado de ánimo actual.

–Lamento ser tan inoportuna – escuchó decir para luego sentir el cálido tacto de Sally sobre su hombro, tensándolo al acto.

–¡A-Ah! No, no – se dio la vuelta para verla nuevamente y así alejarse de su tacto de manera disimulada –Admito que esto me tomó por sorpresa, pero está bien, todo estará bien...– se dijo más a sí mismo que la chica frente a él.

–Eres un gran amigo – le sonrió Sally con una encantadora sonrisa, incluso él quedó embobado por la dulce expresión que ella presentaba –Para Amy, quiero decir – aclaró con una tenue sonroje, jugando con su corto cabello.

–Sí... – murmuró con un sabor amargo en su boca –Su amigo – soltó un pesado suspiro, irritado.

Sonic de nuevo sintió la mirada de ella sobre él, tensándose nuevamente. La verdad es que a excepción de Tails, ninguno de sus amigos ponía tanta atención a la entonación de sus palabras o sus sutiles cambios de ánimo, o en dado caso, ninguno realmente ahondaba mucho en ellos, pues era un hecho que él detestaba hablar de sus emociones o de cualquier cosa que lo vulnerabilizara, aunque claro, ella no podría saberlo; después de todo jamás la había dejado hablando sola o devuelto un comentario grosero al indagar más de lo que debía.

–A veces es complicado ser amigo de ella – respondió Sonic toscamente sin poder ocultar su molestia –Eso es todo – concluyó el tema para tomar las cajas y alzarlas, rogando que la ardilla dejara el tema ahí.

–¡Oh! ¡S-Sí estás molesto con ella por mi culpa en serio lo sie...

–¿Eh? ¡No, no! – dejó las cajas en el piso, alarmado de la genuina consternación de la ardilla –Amy no necesita de ayuda de nadie para que eso pase – dijo Sonic a modo de broma, en un intento de tranquilizarla –Solo digamos que no soy un erizo mañanero, es todo – sostuvo su mentira –, pero realmente agradezco mucho que te preocupes tanto por ella y la cuides como lo haces – dijo el erizo azul sinceramente –Es maravilloso que Amy tenga una amiga como tú – halagó con calidez.

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