Capítulo 47: Cuidados

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Cerró la puerta de su habitación a sus espaldas para así soltar un pesado suspiro. Aquel mohín de molestia empezaba a desvanecerse y un dolor familiar empezaba a brotar de él. Tails colocó su mano sobre su pecho para sujetar su playera con fuerza sintiendo como un nudo en la garganta empezaba a formase velozmente arrebatándole el aire, la paz y la falsa sensación de sosiego que intentaba mantener.

–¡Maldita sea Sonic! ¡Tenías un único trabajo! – escuchó a Knuckles reclamar del otro lado de la puerta –¡Sólo debías de mantener la boca cerrada!

Tails se alejó de la puerta dejando que la culpa lo consumiera. De nuevo, lo hacía de nuevo. Metía a otros en problemas gracias a sus emociones desbordadas e incontrolables. Si alguien más era el foco de atención todos tendían a ignorarlo, en especial si ese alguien era Sonic, y así jamás percatarse de la tristeza que se negaba en dejarlo. Siempre funcionaba, sin embargo, otros debían de pagar el precio gracias a ello y casi siempre era su mejor amigo.

–Soy un terrible amigo – se dijo para dejarse caer sobre su cama pulcramente arreglada y ver con pesar el techo de su habitación.


"–¡No lo logró Sonic! – se rompió en un llanto desconsolado –...Cosmo murió–"


Tomó una almohada para tapar su cabeza con ésta en un intento de mantener aquellos recuerdos que empezaban a filtrarse de aquel espacio oscuro e inaccesible de su mente. Se volvió un ovilló entre sus sabanas para sentir sus ojos empezar a inundarse de lágrimas... las mismas lágrimas traicioneras de siempre. De nuevo sentía que le faltaba el aire mientras que aquel tan familiar sensación de dolor y agonía empezaba a nacer nuevamente desde su pecho recorriéndolo lentamente para así arrastrarlo al vacío de la desesperación y la impotencia.

–...Basta– se dijo con su voz entre cortada y así abrazar su almohada con fuerza –...¿Por qué no puedes superarla Tails? – se reclamó.

Tapó sus sollozos con la almohada maldiciéndose internamente una y otra vez mientras el mismo tortuoso recuerdo empezaba a florecer en su mente, como aquella mala hierba que jamás perecía.

Inicio del Flash Back

Corrió emocionado por los pasillos de la escuela para evadir ágilmente a todos los estudiantes que deambulaban por los pasillos.

–¡Ups, permiso, lo siento, disculpen! – dijo Tails según se topaba torpemente con uno que otro estudiante. –¡Hey Sonic! – exclamó para ver a su amigo caminar en la distancia –¡Hey So-- –

Tails se tropezó torpemente con el capitán del equipo de fútbol americano de la escuela, un gigantón rojo con mala actitud y vengativo que tenía por nombre Zavok. El gigante rojo lo vi desde las alturas ocasionando que Tails se hundiera en sí mismo y tragara pesado.

–¿Quién te crees para tropezarte contra mí? – soltó tan amenazadoramente que tembló ante sus palabras.

–Perdón... – logró decir a penas el zorro, asustado.

–Tú eres el fenómeno de dos colas que siempre andan con la estrella del club de atletismo ¿cierto?

Tails abrazó sus dos colas de forma instintiva para desviarle la mirada, incapaz de pronunciar palabra alguna. No era la primera vez que alguien decía algo como eso, ya debería de estar acostumbrado para ese entonces... debería, pero no era así; aún dolía escucharlo.

–Me pregunto sin tu amigo azul ¿quién habla por ti? – una risa burlesca salió de él y de quienes lo rodeaban.

Tails vio a sus alrededores para ver a los estudiantes reír de forma burlesca y señalarlo con el dedo, estaba siendo el centro de atención de nuevo, por las razones incorrectas como siempre. Se sentía impotente, temeroso, pero por sobre todo, vulnerable; quería decir algo, lo que fuera, pero... pero...

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