Capítulo 72: Una Noche para Divertirse

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La confesión de la eriza rosa navegó por cada rincón de aquel salón haciendo que todos soltaron un suspiro ante la conmoción.

–¡Lo dijo! – exclamaron al unísono Rouge y Tails con una sonrisa en su rostro para luego voltearse a ver sorprendidos por la sincronía de sus palabras.

Ambos se vieron en silencio por unos instantes para luego sonreírse de forma cómplice.

–Ves, sólo necesitaban un poco de presión – sonrió Rouge victoriosa para que Tails riera por lo bajo.

–¡¿Ustedes sabían?! – reclamó Knuckles, quien no podía procesar dicha noticia –¡Y no me lo dijeron! – frunció el ceño molesto –¡¿Por qué no me dijiste nada?! – preguntó viendo a la murciélago, quien le desvió la mirada con un dejo de culpa.

–Eres el mejor novio del mundo cielo, pero Amy me pidió no decir nada – se disculpó con una sonrisa traviesa.

–¡¿Y tú?! – regresó su mirada a Tails, quien se tensó ante su tono de voz amenazador.

–Silver y yo sólo asumimos que... 

–¡¿Silver tú también?! – vio sulfuroso al erizo plateado que había mantenido al margen de esa discusión.

–¡S-Sabes como es Sonic, no podíamos decir nada si él no lo decía primero! – se excusó Silver velozmente.

–¡¿Mintieron todo este tiempo?!– soltó Knuckles indignado del secreto ahora descubierto. –¡¿Cómo Sonic pudo ocultarnos algo así durante tanto tiempo?! – inquirió regresando su mirada en donde yacía Sonic y Amy.

–Era muy obvio – se involucró Shadow sin reparo –Y existía una razón para el silencio – musitó para recorrer con la mirada a la ardilla de ojos color azul cielo y expresión serena que yacía en el extremo opuesto escuchando atentamente.

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Toda la ira que había acumulado se había disipado de pronto. Amy buscó con terror a Sally entre los presentes, para así verla yacer detrás de unos cuantos estudiantes observándola fijamente, sin saber cómo interpretar la mirada que ahora le daba. Todo lo que había hecho con el afán de que ella fuera la primera en enterarse, para tener una conversación reconfortante e íntima donde pudiera crear un espacio seguro para ambas, todo eso se había ido por el caño por un momento de euforia. Todo había sido para nada.

–¿Ella es mi remplazo? – la voz de Fiona la trajo de regreso a la pelea que se había metido. –La idea era subir de categoría Sonic, no bajarlo – soltó mordaz para luego fijar su mirada altanera en ella –Tú no eres...

–Es suficiente, Fiona – habló Sonic de forma imponente, acallando a la desdeñosa zorra.

Sonic caminó con un aire imponente y amenazador, y así posicionarse frente a Amy, a manera de protegerla de los ataques verbales de su la zorra, quien retrocedió un paso ante la expresión fría y dura que el erizo ahora le brindaba, una nueva para ella.

–De mí podrás decir lo que quieras, pero no permitiré que digas nada de la mujer que amo – aseveró viéndola con intensidad.

–¡¿De la mujer que tú qué?! – soltó Fiona abriendo los ojos con sorpresa e incredulidad.

De nuevo un jadeo se escuchó por parte de los presentes, quienes seguían atentos a la pública pelea. Por un momento todo se detuvo, como si aquel momento se hubiera detenido en el espacio-tiempo.

–... ¿De la mujer que tú qué? – murmuro Amy con suavidad al viento, abriendo sus ojos con sorpresa y un dejo de incredulidad en su voz.

Sonic reaccionó a su voz volteándola a ver para que una expresión cálida y dulce se pintara sobre su rostro. Una sonrisa galante se dibujó sobre sus labios mientras un rubor carmín invadía sus mejillas. Sonic sostuvo su mano con delicadeza para así clavar sus ojos en los atentos de ella.

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