Capítulo 38: De Amigos a Algo Más

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Knuckles conducía hablando con emoción y naturalidad con Rouge, generando en él cierta envidia ante las risas y las caricias sutiles pero afectuosas que tenía la murciélago con su amigo, a las cuales él respondía con un rápido beso en la mano de que ella que a veces se aventuraba traviesa para tocar la rodilla del equidna o su hombro según mantenían la vista sobre la carretera; mientras que él por su lado, yacía pegado del lado de la puertecilla en el asiento de atrás al igual que Amy del lado opuesto.

Entre más tiempo pasaba, más imposible parecía que algo entre ellos pudiera funcionar, es decir, ni siquiera podía armarse de valor para poder encararla. Sonic vio de reojo a Amy, quien acomodaba su cabello con gracia mientras sus ojos yacían perdidos en el cristal. Su mirada se iluminaba con las luces de las calles que dejaban atrás, robándole el aliento la imagen frente a sus ojos, pues se le miraba realmente hermosa. Sonic desvió su mirada velozmente a sus manos, maldiciéndose por los adentros, pues no podía dejar de sentir lo que sentía; antes ver a Amy de esa forma no ocasionaba nada en él, si es que se percataba en lo absoluto y ahora, ahora lo único que quería hacer era poder derribar aquella barrera invisible que existía entre ellos y darse el permiso de sentirla cerca a él una vez más; pero no sabía cómo demonios hacerlo.

Amy escuchó a Sonic soltar un pesado suspiro para darle un vistazo rápido y regresar su vista al frente, viéndose a sí misma una vez más en el reflejo del cristal frente a ella y arreglar por septuagésima vez su cabello con nerviosismo ¿se miraba bien? ¿A lo mejor la pantaloneta era demasiado corta o el escote en su blusa muy revelador? De nuevo acomodó su cabello como una manía inevitable, sintiendo que no podía respirar.

Rouge la había vestido para esa salida, esta vez ella no había objetado ante la blusa escotada blanca, los pantaloncillos cortos que exhibían sus piernas bajo unas calcetas negras altas hasta sus muslos, combinados con unas botas color café para combinar el atuendo con un abrigo del mismo color y una bufanda rojiza. Se preguntaba a sí misma si se miraba bien o no, y quiso preguntarle a él muchas veces por su opinión, pero una parte de ella sentía que era incorrecto, que le daría una vaga respuesta o que le desviaría la mirada, incómodo, como las cientos de veces cuando eran unos adolescentes.

Amy soltó el aire retenido, con cierta decepción. Tal vez salir juntos era una mala idea, a lo mejor... Un cruce inesperado por parte de Knuckles hizo que todos en el vehículo exclamaran un grito ahogado y que ella saliera volando de su asiento para así ser atrapada por Sonic del otro extremo.

–¡¿QUÉ DEMONIOS TE SUCEDE?!– vociferó Sonic para ver al equidna de manera iracunda.

–¡Lo siento, lo siento! – se disculpó Knuckles velozmente –¡Pero si esa anciana no se quita del camino lo haré yo! – dijo para ver con molestia el vehículo que acaba de rebasar.

–Juro que si nos matas al llegar al más allá yo mismo me encargaré de llevar tu trasero al inframundo – chasqueó Sonic molesto, para escuchar de nuevo otra disculpa por parte del equidna, restándole importancia. –Hey ¿estás bien? – le susurró a la eriza que yacía aún en sus brazos.

–¡Ah, sí, sí! – respondió Amy para tomar distancia de él velozmente o eso intentó cuando de nuevo otra vuelta brusca la hizo caer sobre el pecho de él. –¡Lo sien...– Intentó tomar distancia, pero el abrazo de él se lo impidió.

Amy vio de reojo al erizo azul, quien tenía un pequeño rubor en sus mejillas intensificando un poco más el abrazo ¿Él la quería a su lado? Sintió un golpe de calor y una sensación abrasante en sus mejillas para así ocultar aquella mirada nerviosa en su flequillo.

–¡Amy ponte el cinturón que este maniaco piensa matarnos! – habló Rouge molesta para voltear a ver a su amiga.

–¡S-Sí! – chilló para que Sonic la soltar al acto y ella se posicionara en el asiento del medio y buscara con torpeza el cinturón –¡Listo! – habló con una voz aguada riendo nerviosa.

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