Capítulo 54: Distancia

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El lugar era inmenso. Miraban a la gente ir y venir, así como las gigantescas peceras de la entrada. Estaba más concurrido de lo habitual, seguramente porque era sábado y porque era un lugar de atracciones techado, después de todo pasaba lloviendo casi todo el tiempo. En las paredes se desplegaban objetos como arpones, dientes de tiburón y otros diferentes ítems relacionados a la pesca y vida marina.

Silver tragó pesado al ver a sus alrededores el ciento de cosas filosas que los rodeaban; si no lograba mantenerse sereno esto podría terminar peor de lo que pensaba.

–¿Qué deseas ver primero? – la voz de Blaze lo trajo a la realidad, disipando momentáneamente sus miedos.

–¡Ammm! – exclamó el erizo plateado con nerviosismo –Este... no hay nada en particular, quiero decir, es la primera vez que vengo aquí así que...

–¿En serio? – inquirió la felina con asombro.

–Sí, supongo que nunca se dio la oportunidad – explicó brevemente–, pero me alegra mucho poder venir a conocer este lugar contigo – le sonrió cálidamente.

–Entiendo – musitó Blaze desviándole la mirada al acto –Empecemos por allá entonces – dijo para empezar a caminar lejos de él.

–Ah... sí – asintió Silver un tanto confundido por su actitud fría, una más de lo usual.

Caminaron por el gigantesco acuario para que Silver señalara con cierta emoción los gigantes marinos que podían apreciarse a través de la vitrina, sin embargo, cada vez que buscaba a su compañera ésta se encontraba a una distancia prudente de él con su mirada perdida en otro punto, muy lejos de él. Silver alzó una ceja ante su actitud y aunque no quiso prestarle mucha atención a ésta, era imposible pasar por alto las otras ocasiones donde ambos habían compartido, ya que por lo general Blaze era alguien con quien podía hablar amenamente y se mantenía siempre a su lado, aún fuera en silencio.

Empezaba a sentirse nervioso.

Pasaron por un corredor que daba la sensación de estar caminando en las entrañas del mar, pues los peces pasaban justo sobre su cabeza en aquel túnel de cristal. Silver se detuvo para ver con admiración el espectáculo de criaturas marinas de diversos colores que iba y venían a todo su alrededor.

–Mira eso – habló Silver con una sonrisa pintada en su rostro admirando el paisaje a su alrededor –Es increíble – murmuró suavizando sus expresiones y ver con atención los peces de colores que atravesaban el umbral.

Su mirada se quedó prendida en la belleza de la naturaleza a su alrededor, mientras un esbozo de sonrisa se mantenía en su rostro. Realmente era algo para tomarse un respiro y poder apreciarlo.

–Blaze ¿Tú qué... – silenció al notar a Blaze de nuevo a varios metros de él con su vista pegada en uno de los peces menos coloridos del lugar.

Silver alzó una ceja ante la acción de la felina; por qué, de entre tanta belleza, ella preferiría ver un pez bastante simplón a su parecer. Llegó hacia ella para fijar su mirada al mismo punto que la felina mantenía de forma insistente, casi ausente de lo que la rodeaba.

–¿Qué ves? – preguntó Silver deteniéndose a su lado.

–Ammm... – murmuró la felina con aquella expresión pensativa sin desviar la mirada del cristal –Está solo – respondió cortante.

–Mhm – asintió con la cabeza. Era el único que no se le miraba con otros peces nadando, de hecho, sólo se mantenía ahí, entre las algas. –Es un pez Africano Polleni – leyó en uno de los carteles que yacía ahí a los alrededores –Al parecer es extremadamente agresivo con otros peces – resumió.

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