Capítulo 46

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- Su música es interesante.
- ¿Te hace añorar la tuya?.
- Dado que la mayoría de la música que escuchaba procedía de las trompetas y los tambores que nos acompañaban a la batalla, no. Creo que soy capaz de apreciar esto.
- ¿El qué? — preguntó ella juguetona — ¿La música o el hecho de que el amor hace daño?.
El rostro de Niall adquirió una expresión seria, dejando de lado el humor.
- Puesto que no he conocido nunca lo que es el amor, no sabría decirte si hace daño o no. Pero me imagino que ser amado no debe hacer tanto daño como el no serlo.
El pecho de ____ se encogió ante sus palabras.
- Entonces — dijo ella cambiando de tema — ¿qué quieres hacer cuando regreses a tu casa?.
- No lo sé.
- Probablemente irás a darle una buena patada en el culo a Escipión, ¿verdad?.
Él se rió ante la idea.
- Ya me gustaría.
- ¿Por qué?. ¿Qué te hizo?
- Se cruzó en mi camino.
Vale, no era eso lo que ella esperaba escuchar.
- Y a ti no te gusta que nadie se cruce en tu camino, ¿cierto?.
- ¿Te gusta a ti?.
Ella sopesó la pregunta antes de responder.
- Supongo que no.
Para cuando llegaron a Bourbon Street, la calle había sido invadida por la multitud típica de un domingo por la tarde. _____ se abanicó el rostro, luchando contra el intenso calor. Miró a Niall, que apenas si sudaba; las gotitas de sudor le conferían un nuevo atractivo. El pelo húmedo se le rizaba alrededor de la cara y con esas gafas oscuras... ¡Ooooh, Señor!. Por supuesto que su atractivo quedaba aún más enfatizado gracias a la camiseta blanca, de mangas cortas, que se le adhería a los hombros y a la tableta de chocolate que tenía por abdominales. Mientras dejaba que su mirada vagara hasta el botón de sus vaqueros, deseó haberle comprado unos más anchos. Pero dado su seductor modo de andar, que decía mucho acerca de su confianza en sí mismo, _____ dudaba mucho de que unos vaqueros más anchos pudiesen ocultar tan tremenda sensualidad. Niall se detuvo al pasar junto a un club de striptease. A su favor _____ tuvo que admitir que ni siquiera jadeó al mirar a las mujeres tan escandalosamente vestidas, que se contoneaban tras el cristal, pero su sorpresa fue bastante evidente. Mirándole como si quisiera devorarlo, una exótica bailarina se mordió el labio inferior y se pasó la lengua por él de forma sugerente, mientras se tocaba los pechos. Le hizo un gesto con un dedo para que entrara al local. Niall se dio la vuelta.
- Nunca habías visto algo así, ¿verdad? — preguntó ______, intentando disimular el malestar que sentía ante los gestos de la mujer, y el alivio que la invadió al ver la reacción de Niall.
- Roma — contestó simplemente.
Ella se rio.
- No eran tan decadentes, ¿o sí?.
- Te sorprendería saber cuánto. Por lo menos aquí nadie hace una orgía en... —y su voz se perdió al pasar junto a una pareja que se lo estaba montando en una esquina — Déjalo.
_____ se rio a carcajadas.
- ¡Ooooh Señor! — exclamó una prostituta, al pasar junto a otro club, haciendo un gesto a Niall — Entra y te lo hago gratis.
Él meneó la cabeza sin detenerse. ______ lo cogió de la mano y lo detuvo.
- ¿Se comportaban así las mujeres antes de la maldición?.
Él asintió.
- Por eso el único amigo que tuve fue Kyrian. Los hombres que conocía no podían aguantar la atención que me prestaban; las mujeres me perseguían allí donde estuviésemos, intentando arrancarme la armadura.
______ se detuvo a pensar por un momento.
- Y tú no estás seguro de que todas esas mujeres te amaran, ¿verdad?.
La miró con una chispa de diversión.
- El amor y la lujuria no son lo mismo. ¿Cómo puedes amar a alguien a quien no conoces?.
- Supongo que tienes razón.
Siguieron caminando por la calle.
- Cuéntame cosas sobre tu amigo. ¿Por qué no le importaba que las mujeres se quedaran con la boca abierta al verte?.
Niall sonrió, mostrando sus hoyuelos.
- Kyrian estaba profundamente enamorado de su esposa, y no le importaba ninguna otra mujer. Jamás me vio como un competidor.
- ¿Conociste a su esposa?.
Niall negó con la cabeza.
- Aunque nunca lo hablamos, creo que los dos intuíamos que sería una mala idea.
_____ percibió el cambio en su rostro. Estaba recordando a Kyrian, seguro.
- Te culpas por lo que le sucedió, ¿verdad?.
Él apretó los dientes mientras imaginaba lo que debía haber sentido su amigo al ser capturado por los romanos. Considerando las ganas que habían tenido de atraparlos a ambos, no había duda de lo que lo habían hecho sufrir antes de matarlo.
- Sí — contestó en voz baja — Sé que tengo la culpa. Si no hubiese despertado la ira de Príapo, habría estado allí para ayudar a Kyrian a luchar contra ellos.
Y sabía con absoluta certeza que la desgracia de Kyrian provenía del hecho de haber sido tan estúpido como para ser su amigo. Lanzó un suspiro.
- Una vida brillante que no debería haber acabado así. Si tan sólo hubiese aprendido a controlar su osadía, habría llegado a ser un magnífico gobernador — dijo, cogiendo la mano de _____ y dándole un ligero apretón.
Caminaron en silencio, mientras _____ intentaba pensar en el modo de animarlo. Al pasar por la Casa del Vudú de Marie Laveau, ella se detuvo y lo arrastró al interior. Le explicó los orígenes del vudú mientras recorrían el museo de miniaturas. - ¡Uuuh! — dijo cogiendo un muñeco de vudú de una estantería — ¿Quieres vestirlo como Príapo y clavarle unos cuantos alfileres?. Niall se rió. - ¿Por qué no imaginarnos que es Rodney Carmichael?. ____ suprimió una sonrisa. - Eso sería muy poco profesional por mi parte, ¿no es cierto?... Pero me resulta muy tentador. Dejó el muñeco en su sitio y se fijó en el mostrador de cristal, donde estaban colocados los amuletos y la bisutería. Justo en el centro, había un collar de cuentas negras, azules y verdes, trenzadas de un modo tan intrincado que daban la sensación de ser un delgado hilo negro. - Trae buena suerte a quien lo lleva — le dijo la vendedora al percibir el interés de _____— ¿Le gustaría verlo de cerca?. ______ asintió. - ¿Funciona?. - ¡Sí! Está trenzado siguiendo un poderoso diseño. _____ no estaba muy segura de que debiera creérselo; pero entonces recordó que, hacía apenas una semana, jamás habría creído que dos mujeres borrachas pudieran devolver a la vida a un general Macedonio. Pagó a la mujer y se acercó a Niall. - Agáchate — le dijo. Él la miró con escepticismo. - ¡Vamos! —le acució ella — Dame el gusto, anda. La vendedora se rio al ver a _____ colocarle el amuleto a Niall en el cuello.
- Ese chico no necesita ningún tipo de suerte para aumentar su encanto. Lo que necesita es un hechizo que disperse la atención de todas esas mujeres que le están mirando el trasero ahora que está agachado. ______ miró por encima del hombro de Niall y observó a tres mujeres que babeaban al mirarle el culo. Por primera vez, sintió un horrible ramalazo de celos. Pero la sensación se evaporó por completo cuando Niall le dio un cariñoso beso en la mejilla antes de incorporarse. Con una mirada diabólica, le pasó un brazo alrededor de los hombros en un gesto posesivo. Al pasar junto a las mujeres, ____ no pudo suprimir un travieso impulso. Se detuvo junto a ellas y las interpeló. - Por cierto, desnudo está muchísimo mejor. -Y tú que no pierdes oportunidad de comprobarlo, cariño — comentó Niall mientras se ponía las gafas de sol y comenzaba a andar con el brazo aún sobre sus hombros. Ella le pasó la mano por la cintura y la metió en el bolsillo delantero del pantalón, mientras él la atraía más hacia su cuerpo. - ¿Sabes una cosa? — le susurró al oído — Si bajases la mano un poquito más, no me importaría en absoluto. Ella le dio un pequeño apretón, pero dejó la mano donde estaba.

El dios del sexo (Niall Horan y tu) HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora