Capitulo 40

4.1K 456 92
                                    

HOLA CHIC@S!!!! ESPERO TODOS SE ENCUENTREN EXCELENTE. ESPERO Y DISFRUTEN ESTE CAPITULO Y POR FAVOR NO SE ENOJEN CONMIGO XD. RECUERDEN QUE DESPUES DE LA TORMENTA SIEMPRE SALE EL SOL, BUENO, TALVEZ NO SIEMPRE, DEBERAN AVERIGUARLO. ESPERO LES GUSTE Y NO SE OLVIDEN DE COMENTAR Y VOTAR. XOXO

-Disculpa...-no sabia que decir-yo no...no estaba...

-¿Buscándome?- le pregunto Michael con sorna- me preocuparía que te refirieras a mi como "querida"- hizo énfasis en la palabra y arrugo la nariz, contrariado.

Diana no pudo evitar soltar una risita.

-Tienes razón- soltó con expresión cansada- lo que sucede es que buscaba a Emily.

Michael pareció pensarlo por unos instantes.

-Tiene sentido. La pequeña es una ávida lectora.

Diana ladeo al cabeza.

-¿La pequeña?

Michael rio. No había dicho aquello de manera consciente.

-Lo siento. Es solo que veo a Emily como una hermana pequeña. A decir verdad me hubiera gustado tener hermanas y hermanos.

Continuaron hablando de aquello, sin estar conscientes de que alguien había escuchado voces en la biblioteca y se había acercado sin intención de escuchar a escondidas pero sin poder evitarlo después de identificar de quienes eran aquellas voces.

-¿Sabes?- Michael se acercó a Diana- a ti también te veo como una hermana.

Diana pareció sorprendida gratamente por aquel comentario.

-¿De verdad?

-Si-se encogió de hombros- gracias a Eve conseguí una segunda familia. Después de todo, antes de mi matrimonio lo único que tenia era a mi madre. Y a mis amigos, por supuesto.

-Me parece increíble como funciona el destino.

Michael la miro, evaluándola.

-¿A que te refieres?

-No tenia pensando decir esto pero ahora que sacaste el tema de la hermandad creo que puedo decirlo libremente y no quedar como una completa tonta- soltó un pequeño resoplido, mitad risa mitad fastidio.

-No pareces muy contenta de confesar lo que sea que tengas que decir- soltó Michael con sarcasmo.

-No lo estoy. Usualmente no soy tan expresiva. Por lo menos no cuando se trata de sentimientos profundos.

-Yo no te veo de esa forma. Creo que eres vivaz y alegre y siempre dices lo que piensas.

-No siempre. Por lo menos no con las personas que realmente me importan.

La persona parada detrás de la puerta entreabierta contuvo el aliento. Aquello se acercaba peligrosamente a sus peores pesadillas. Se había intentado convencer de que esto no pasaría.

-Muy bien, ¿Qué tienes que decir?

El silencio se alargó. Sebastián no pudo evitarlo. Se asomó viendo a las dos figuras de pie, mirándose. Él miraba a Diana y ella miraba a Michael. Y Michael la miraba a ella.

-Yo...solo...-dudo por un instante pero después de mirar a Michael sonrió y decidió que ese era el momento- Yo te quiero.

Eso fue demasiado. Demasiado para soportarlo. Retrocedió, la imagen de ambos desapareció y una completa obscuridad se apodero de él, haciendo que se alejara, desesperado, a ciegas mientras daba trompicones por el pasillo.

Michael miró a Diana, con una preocupación evidente. Diana lo miró, sabiendo que estaba pensando él. Diana soltó una carcajada, confundiendo aun más a su cuñado.

La apuesta del marquésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora