Imposible.
—¿Contratado?
Yoongi cerró la puerta del estudio; una agitación desconocida de parte de su lobo amenazando su control. Era la primera vez que tenía frente a si un omega masculino y vaya que estaba sorprendido.
Si habían sido comunes en la antigüedad, aquello era un fenómeno raro de contemplar en estos días. Los omegas hombres tenían un porcentaje de uno entre mil omegas mujeres, lo que los convertía de inmediato en motivo de revuelo en tanto se presentaran en cualquier lugar de sociedad.
Yoongi no solía visitar mucho esos lugares, pero estaba seguro que recordaría si hubiese visto a este precioso omega antes.
Había escuchado antes que los omegas hombres tenían tantas o más feromonas que las omegas mujeres, pero nunca imaginó semejante fuerza. A penas puso un pie en la habitación y ya se sentía mareado por el dulce olor, ansiando sentirlo directamente de su cuello.
Estaba seguro que el joven no lo hacía intencionalmente. Nadie, en su sano juicio, intentaría atraer a un alfa como él estando solos. Pero, de nuevo, el anuncio del periódico no decía su nombre o su posición, solo mencionaba la necesidad de una institutriz para una joven omega.
Era de esperar que el muchacho desconociera su nombre o su historial. Así mismo, no sabría la situación peligrosa en la que estaba.
La imagen del bonito chico de ojos mar parecía alterarlo de alguna manera y Yoongi no es un alfa que se niegue nada.
—Sí, contratado con efecto inmediato —asintió. —¿Cuando puede empezar?
—Pero...señor, no ha visto mis referencias aún. No sabe ni mi nombre, ni mis capacidades.
Yoongi reparó en la curva de la ceñida cintura del chico envuelta en la tela azul de su traje. ¿Que clase de hombre tenía ese talle? Se repitió omega, omega en su cabeza, pero el mensaje parecía no querer entrar.
Y aquella boca..., dios estaba probando su control, y Yoongi lo sentía tambalearse.
Decirle al joven lo excitante que encontraba sus obvias capacidades parecería demasiado abrupto. No era manera alguna de comportarse frente a un omega. Así que, se dejó distraer por una mota de pelos café que olfateaba bajo su escritorio.
—¿Es suyo?
Jimin tiró de la correa y Holly se sentó a su lado.
—Sí, está muy bien educado. Se lo aseguro.
Agradecido de cualquier distracción que le permitiera apartar los ojos del muchacho, Yoongi tomó asiento es su escritorio y le invitó a sentarse frente a él.
—No tiene que asegurarme nada, tiene el trabajo, señor....¿Cómo se llama?
—Park. Park Jimin.
—Un nombre muy digno para un caballero. Omega, ¿verdad?
—Resulta obvio, milord —Jimin hizo una pausa, levantando su mirada para darle —¿Me va a contratar por eso?
—¿Por qué piensa eso, señor Park? El trabajo fue pensado para una institutriz omega mujer, pero no pienso poner trabas o ayudarle a obtenerlo de manera alguna. Su segunda naturaleza no es motivo para contratarlo —Yoongi subió la mirada a sus ojos y dejó de observar la boca rosada del otro. —El color de sus ojos, por otra parte, si que me tienta.
Jimin se ruborizó. El rojo ascendió a sus mejillas de color crema.
—Mis referencias —murmuró el rubio, extendiendo un bulto de papeles hacia él.
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How to teach an alpha
RandomA fines del siglo XlX, Min Yoongi es el conde de Lett y, por desgracia, debe hacerse cargo de todos los asuntos del condado: incluyendo la custodia de su molesta prima. Alfa y el soltero más codiciado, se ha propuesto casar a su prima para librarse...