19 - Bodega ( la suplementaria)

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Primero, aprendan que no todo lo relacionado con secuestro es automáticamente relacionado al Síndrome de Estocolmo. No quiero ver un comentario con eso, bien? Les juro que me da alslaoanqkai cada que alguien mete ese tema en algo. Den su opinión pero con base.

En segundo, arrepientanse todos los que dudaron de Jennie 🤨 y perdonen a Jimin por aún no confiar

Tercero, disfruten

Jimin se colocó su sombrero azul, sujetó la correa de Holly y siguió escaleras abajo a los lacayos que cargaban con el equipaje.

El sol era poco más que una fina línea por encima de los tejados cuando estrechó la mano de NamJoon y salió a la fresca mañana de verano.

-Lo echaremos de menos -le dijo el mayordomo, y se inclinó para darle a Holly una última golosina para perros-. Que tenga buena suerte, señorito Park. La casa no será lo mismo sin usted y este pequeño.

-Gracias, NamJoon-ssi -titubeó tan sólo por un instante en el pórtico principal, sonrojándose porque sabía que el mayordomo debía imaginar el porqué -.¿No se ha levantado aún lord Lett? -preguntó de todos modos.

-Me informó que no lo vería esta mañana.

-Por supuesto.

Bueno, aquello lo aclaraba todo. Se había negado a aceptar sus ridículos juegos y ahora el alfa se encontraba arriba enfurruñado, o peor aún, durmiendo. Si realmente se hubiera preocupado por Jimin en lugar de por sí mismo, habría pensado en algo -hecho algo- para que él pudiera quedarse.

Parpadeando para contener otro torrente de lágrimas, metió al perrito dentro del carruaje y luego subió detrás.

-Sólo lléveme a la parada más próxima del coche, si es tan amable, Vincent. No es necesario que conduzca todo el camino hasta la escuela.

El joven mozo se quitó el sombrero.

-Como quiera, señorito, aunque lo llevaría encantado todo el camino. -Él cerró la puerta y echó el cierre, y el carruaje se balanceó cuando subió de un salto al sillón del conductor.

Un momento más tarde el vehículo se puso en marcha con un ruido sordo y partieron.

Jimin se recostó en el mullido asiento negro y dejó que las lágrimas rodaran por su rostro. Una vez que se embarcara en el coche hacia la escuela no podría darse el lujo de llorar. Había pasado casi toda la noche llorando y compadeciéndose, pero lo único que logró con ello fue una jaqueca.

Desanimarse, desde luego, no iba a cambiar nada.

Se había enamorado de un alfa orgulloso e irritante que no creíaen tales tonterías, y no quería -ni podía- casarse con alguien que tan sólo ofrecía casarse por conveniencia propia y a costa de sus parientes.

El carruaje dobló otra esquina y, un momento después, otra más.

Esperaba que Vincent no se hubiera perdido, ya que parecía estar dando un auténtico rodeo hasta la posada. No es que tuviera prisa, pero cuanto antes pudiera empezar a impartir clases en la academia, antes podría comenzar a sacarse de la cabeza al apuesto, terco e insufrible Min Yoongi.

El carruaje se detuvo cinco minutos más tarde.

-Ya hemos llegado, señorito -voceó Vincent, y abrió la puerta un momento después.

Holly meneó la cola y saltó al suelo.

Jimin se quedó dentro y miró por la puerta... para ver la familiar parte trasera de la casa de Yoongi.

How to teach an alphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora