18- Winter

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Un bestia de 6000 palabras y mucho drama familiar antes de que empiece lo bueno. Disfruten😅


—Ah, tonterías. —Jimin le indicó a Jennie que entrara primero en la sombrerería—. Estoy seguro de que no está prendado de ti.

—¡Pero es verdad! —insistió la muchacha—. Me ha enviado una carta todos los días durante la semana pasada y sé que ha visitado a mi primo al menos dos veces.

—Ya sabes que son amigos.

—Jimin, no eres para nada romántico.

Jimin rió entre dientes. Tal vez su pupila había dado con el problema. No obstante, si hubiera sido romántico, probablemente a estas alturas se habría lanzado en el estanque más cercano.

—De acuerdo. Reconozco que muy bien podrías tener razón, y que lord Belton en realidad sí está prendado de ti, pero no quiero que te decepciones si no es así.

Jennie alzó un bonito sombrero azul de su pie para examinarlo.

—Supongo que tienes razón. En casa, Baek JaeHwa, el hijo del terrateniente, solía decir a todas horas que quería casarse conmigo y que sería mi alfa cuando tuviese edad, pero nunca le creí. Y mamá dijo que se necesitaría una dote aún mayor que la que tuvo la reina para pagar sus deudas de juego, y que no era probable que fuera a encontrarlo en nosotras.

Jimin detuvo su concienzudo examen de un práctico sombrero marrón. A pesar de su falta de don de gentes, había asumido que las Min eran ricas. Parecían más preocupadas por atrapar un título que una pila de dinero, aunque puede que tuvieran la impresión de que ambas cosas iban de la mano, como en el caso de Yoongi.

Yoongi no solo era un conde, tenía de respaldo una cuantiosa herencia. Una herencia que sólo había llegado a él por ser varón.

—Si tu dote no hubiera sido un factor importante, ¿te habría gustado casarte con el tal Baek JaeHwa?

Su alumna puso cara de estar chupando un limón.

—Dios santo, no. Tan sólo tenía una casa de seis habitaciones, y ningún título. Incluso el correo postal es más grande, y no querría mudarme a un sitio tan pequeño.—Volvió a dejar el sombrero azul y se movió hacia un pintoresco bonete verde.

—Por supuesto que no. Qué tonto soy.

—Ahora te estás burlando.

—Claro que no. Por favor, continúa.

—Hace unos tres años, cuando Yoongi estaba en Londres, mamá, papá y yo fuimos a Westchester y convencimos al ama de llaves de que nos enseñara Min Abbey, la casa de campo de la familia. Deberías haberlo visto, Jimin. Tiene más de doscientas habitaciones, seis salones y dos salones de baile. Mamá dijo que podía imaginarse siendo el centro de atención allí, mientras que Yoongi y yo dábamos bailes para toda la nobleza de los alrededores.

—¿Yoongi y tú?—preguntó pausadamente Jimin, el corazón le dio un vuelco.

Esto era ridículo No tenía motivo para volverse tan... irracional cada vez que una omega mencionaba su nombre. La mitad del tiempo ni si quiera podía decidir si le amaba o le odiaba.

Jennie palideció y con un nervioso parloteo se puso el bonete.

—Oh, no es mi estilo, ¿verdad? —dijo, riendo tontamente, y quitándoselo apresuradamente otra vez—. Vamos a otra parte. No me gusta nada de lo que hay aquí.

Tras eso, se fue revoloteando hacia la puerta.

Jimin la miró durante un momento.

—Como quieras, querida.

How to teach an alphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora