21 - Invitación

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El siguiente paso era sencillo.

El conde interceptó a las dos omegas en el pasillo.

—Tía MiNa, ¿podría hablar con mi prima? —preguntó cortésmente a pesar del casi irrefrenable impulso de escupirle a su tía a la cara cada vez que la tenía ante sus ojos.

Iba a tener que ocuparse de ella, pero tenía que planearlo bien, o podría echar a perder el resto de su bien trazado plan al menor descuido.

—Claro que sí, sobrino. Pero no tardes mucho, Jennie. No olvides que... esta noche vamos todos a la opera y primero tendrás que descansar.

—Sí, mamá.

A un gesto suyo, Jennie le precedió a la salita de mañana. Él cerró la puerta y se fue hacia la ventana y volvió de nuevo a la puerta. El impulso de saltarse pasos y poner fin al maldito juego para poder pasar todo el tiempo con Jimin era abrumador, y lo combatió con firmeza.

Precipitarse podría hacerle perder a su omega y, dioses, no podía darse ese lujo.

—¿Qué ocurre, Yoongi?

Él se sentó junto a la ventana.

—He hablado con HyunJin.

Ella se abalanzó prácticamente sobre él, sus rubios rizos se balancearon cuando se arrodilló a su lado como una niña que espera que le cuenten su historia favorita como si nunca la hubiese oído antes.

—¿Y qué pasó?¿Está enfadado conmigo? ¿Cómo...?

—Quiere casarse contigo.

Jennie le rodeó con los brazosy hasta le dio un beso en la mejilla.

—¡Oh, gracias, Yoongi! Soy tan feliz.¡Ya no tengo que casarme contigo!

El alfa arqueó una ceja.

—Bueno, muchísimas gracias.

—Tú tampoco quieres casarte conmigo. Me lo dijiste. —Ella retrocedió, su expresión se volvió de pronto suspicaz—.Le diste tu consentimiento, ¿no es así?

—Sí, lo hice. Con mucho gusto. —Se puso en pie cuando ella volvió a echársele encima—. Por el amor de Dios, no me asfixies. Quita, quita.

Aún sonriendo felizmente, ella cruzó las manos frente a sí.

—¿Y ahora qué? ¿Cómo se lo dirás a Jimin? ¿Volverá a Londres?

Yoongi dudó.

Había detestado a sus parientes durante tanto tiempo que la idea de confiar en Jennie aunque fuera por un momento, le preocupaba. Pero necesitaba un aliado.

Más concretamente, la necesitaba a ella.

—De hecho —dijo pausadamente—, Jimin aún se encuentra en Londres.

—¿Lo está?¿Dónde se aloja? ¡Ah, tengo que ir a contarle lo de HyunJin !

—Recuerda que éste no es un tema para el London Times.—La agarró de la mano antes de que ella pudiera ponerse otra vez a bailar frenéticamente por la habitación—. Esto es importante, Jennie. Tenemos que ayudarnos mutuamente.

La sonrisa de ella desapareció y asintió con la cabeza.

—Entonces, ¿qué hacemos?

—Primero tenemos que decirle a tu madre que estamos comprometidos y que lo anunciaremos el próximo miércoles en la fiesta.

—Pero...

—Y luego, en la fiesta, anunciaremos que sois HyunJin y tú quienes estáis comprometidos.

How to teach an alphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora