Redención.
Qué extraño que semejante palabra hubiera salido de su boca.
Yoongi pasó los tres días siguientes corriendo como un loco de un lado a otro, enviando invitaciones para la segunda velada de los Min en un mes, consultando con HyunJin la planificación de los eventos de la noche y visitando a Jimin cada vez que tenía un momento libre.
Si Mina encontraba extraño sus escapadas a la bodega cada diez minutos, lo más probable era que sospechase que tenía un problema con la bebida.
No podrían culparlo si así fuese
El tiempo que pasaba planeando el encuentro de Jimin con su tío y fingiendo haber aceptado la derrota frente a Mina, se preguntaba sobre aquello de la redención. La historia del duque de Moon acerca de su padre le enfurecía y asqueaba. Como también el recuerdo de la mayor parte de su propio comportamiento en los últimos años.
Aquello le desconcertaba.
Dos meses atrás no le habría concedido la menor importancia. Ahora estaba obsesionado con averiguar la similitud de sus propios actos con los de su padre y cómo podía haber hecho algunas de las estupideces con las que se había complacido, y si Jimin tenía razón al dudar de su capacidad de amar cuando no había un motivo oculto o un juego de por medio. Pronto lo averiguarían.
La tarea que había pensado que sería la más complicada resultó ser la más sencilla. Entre el señor Jung (su abogado) y él habían seguido la pista y comprado mediadocena de cuadros de cierto pintor de origen coreano.
Sabía que Jimin tenía una buena opinión del trabajo de su padre. Después de haberlo visto, él estaba dispuesto a compartirla. Al parecer también lo hacían varios de los críticos de paisajes británicos de más renombre, y dispuso una serie de exposiciones oficiales durante los siguientes meses.
Los precios de las obras eran considerables, y estaba encantado de pagarlos. A Jimin también le alegraría enterarse del incremento de su valor. Como era natural, no tenía intención de mencionar una sola palabra de ninguna de sus compras hasta que la tuviera bien seguro entre sus brazos... de lo contrario el omega le acusaría de querer sobornarlo.
No, mantendría las pinturas sanas y salvas en su casa de campo hasta que Jimin llegase allí como su omega para verlas adornando la gran galería con el resto de las obras de arte de la familia.
—Yoongi, si estás reconsiderando lo de la gran fiesta, hazme el favor de decírmelo para que pueda huir a China. —Lord Belton se apoyó contra la repisa de la chimenea.
—Apenas puedo pensar —refunfuñó Yoongi—. Pero te confieso que estoy muy molesto por tener que venir a tu casa para poder redactar mi correspondencia privada. —Se recostó y leyó la carta antes de espolvorearla con arena y doblarla—. No te estarás arrepintiendo, ¿verdad, muchacho?
—¿De casarme con tu prima?
—No, de cruzar el canal a nado.
—Muy gracioso. —HyunJin se acercó para dejarse caer en la silla detrás de la de Yoongi —.Jennie será una vizcondesa encantadora, y estoy feliz de haberla encontrado.
—¿Pero? —insistió Yoongi.
—Pero el modo en que estamos, estás, tratando a tu tía me preocupa. Se va a poner furiosa, y encima va a ser mi suegra.
—No te preocupes por las joyas de la familia —repuso Yoongi, mientras reía entre dientes—. Quiere nietos, así que entre todos podéis criarlos para que me desprecien.
—Sólo espero que sea a ti a quien siga despreciando. Ya sabes que vivirá bajo mi techo en Belton Court. Aunque conserve las joyas de la familia, podría perder una oreja o un dedo del pie.
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How to teach an alpha
RandomA fines del siglo XlX, Min Yoongi es el conde de Lett y, por desgracia, debe hacerse cargo de todos los asuntos del condado: incluyendo la custodia de su molesta prima. Alfa y el soltero más codiciado, se ha propuesto casar a su prima para librarse...