✺C A P Í T U L O IV✺

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¿𝓔𝓷𝓽𝓮𝓻𝓪𝓭𝓸𝓼?   

Flashback

Tsukishima iba caminando por las calles de Miyagi mientras llevaba los auriculares puestos y llevaba una bolsa con recados que su madre le había pedido.

Una de sus repeticiones sonaba a un alto volumen mientras el la tarareaba en voz baja y caminaba de vuelta a su casa.

Al doblar una de las esquinas se encontró con una persona, a sus pies, sentada en la puerta de una casa que no conocía y llorando, o eso parecía, por la forma en la que escondía su cabeza entre sus piernas.

Se acercó con cuidado para no asustar a esa persona y se agachó a su lado, un poco alejado pero lo suficientemente cerca. Se quitó los cascos un momento, y tras inspeccionar un poco la situación y la persona se digno a hablar

-¿Qué haces aquí afuera enano? -dijo, no queriendo sonar muy sarcástico por si Hinata lo mandaba a la mierda

El pequeño rematador del Karasuno salto un poco ante las repentinas palabras de Tsukishima, que lo habían tomado por sorpresa.

-Tsukishima -dijo con la voz pastosa, confirmando totalmente que había estado llorando -¿qué haces por aquí? Esto está muy lejos de tu casa -no había levantado la cabeza todavía de entre sus piernas

-Sabes que es de mala educación no mirar a las personas cuando te hablan, ¿no? -dijo intentando hacer una broma para que el ambiente que se había creado se aligerara

No funcionó. Hinata no rió y solo se encogió más en su sitio. La sonrisa ladina de Tsukishima desapareció y suspiró. Nunca había pensado que tendría que consolar a Hinata, sabiendo que él era el que siempre estaba sonriendo y alegrando a los demás. Además, a él se le daba de pena animar a los demás.

-Tsukishima, creo que de verdad deberías irte -dijo, todavía con la cabeza entre las piernas

-Mira, enano, no me caes taan bien como para ser amigos, pero si te pasa algo y afecta al equipo creo que deberías decirlo -se sinceró, a este punto es lo único que podía decirle

Hinata pareció cobrar vida ante sus ojos, porque apoyó su cabeza en sus rodillas y luego dirigió su cabeza y vista a Tsukishima. Lo que Tsukishima vio le dejó la sangre helada.

-¿¡Pero quien te ha hecho esto?! -dijo, acercándose más a él, observando él gran círculo morado violeta que surcaba él ojo derecho de Hinata y parte del puente de su nariz

-Mi novio -dijo. Con suerte, casi nadie de su equipo sabía que Kageyama y él salían, y tampoco quería darle muchas explicaciones a Tsukishima

-¿El rey te hizo esto? -la cara de sorpresa de Hinata se lo dijo todo. Apretó los puños y rechinó los dientes -Ese hijo de puta

-¿C-cómo sabes que él es mi novio? -dijo, con un poco de nerviosismo, sus manos empezaron a temblar

-Creo que a este punto todos saben que es tu novio -dijo. Miró un momento a la persona a su lado, sintiendo mucho más asco por el rey ahora, ¿cómo podía siquiera pensar una persona en hacer eso? -¿alguien más lo sabe?

-Yachi y Noya -dijo, agachando otra vez la cabeza, pero esta vez sin tocar sus piernas -Pero creo que Yachi se lo ha contado a Kyoko porque ahora siempre que voy a la práctica por la mañana me pregunta que como estoy -hizo una pausa y dio un suspiro y luego continuó -Tanaka-senpai seguramente también lo sabe, porque lo he pillado varias veces mandándole remates directos a Kageyama cuando cree que nadie lo nota -se encogió -pero no quiero que digan nada... Esto también va para tí Tsukishima, no, se lo digas, a nadie -dijo, mirándolo directamente a los ojos

Tsukishima se aguantó la rabia que lo consumía. Puto rey y su manía de someter a los demás.

****

Bueno, estos son de los cortos, que son más relleno que otra cosa, pero meh.

Creo que me expliqué?

Nos vemos, besis

Bye♡

El cambio [Iwaoihina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora