✺C A P Í T U L O XXXI✺

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✺𝓓𝓲𝓼𝓬𝓾𝓵𝓹𝓪𝓼

Hinata pospuso la reunión todo lo que pudo. Al principio se sentía muy seguro de querer hablar con ellos, pero poco a poco le fue ganando terreno la inseguridad. Se imaginaba distintos escenarios y en casi todos esas miradas de desprecio e incomprensión volvían a martirizarle.

Sus novios intentaron infundirle un poco más de confianza, pero simplemente no aceptaba que ellos pudieran perdonarlo así de fácil y que había algo escondido detrás.

Hubo que hacer muchos intentos de persuasión, chantaje e incluso una amenaza que le mandó Tsukki diciendo que como no apareciera al día siguiente para escuchar todo, no lo dejaría dormir por las noches.

Eso surtió efecto, aunque fue un poco más bien obligación porque Hinata no quería perder el sueño que tanto le había costado recuperar. Así que ahí estaba, justo como la primera vez. Un recuerdo le asaltó al ver la puerta.

Su primer día allí. Había acordado con Kageyama ir al Karasuno porque, además de que su jugador modelo había ido allí, a Kageyama no le quedaba de otra porque no lo habían aceptado en el Shiratorizawa.

Recuerda que cuando pasó por la puerta su novio (ahora ex) estaba haciendo unos saques y que cuando lo vio le dio un abrazo y un beso que le quitaron el aliento por un par de segundos.

Recuerda como Suga-san les llamó la atención con una tos falsa y como Tanaka-senpai les decía que deberían de tener un poco más de cuidado. Mientras tanto, Daichi-san simplemente miraba sus solicitudes. Eso le sacó una sonrisa nostálgica.

Era uno de los pocos recuerdos bonitos que le quedaban allí. Por no decir el último. Suspiró y con calma abrió la puerta. Al entrar pidiendo permiso pudo ver a sus antiguos compañeros de equipo, además de Matsuyama allí, esperándolo

-Buenos días -saludó

-Buenos días Hinata -saludó de vuelta Daichi

Entró por completo y se acercó a ellos. El ambiente era incómodo y parecía tan tenso que se podía cortar con un cuchillo. Estaba claro que ambas partes estaban más que incómodas con la situación y no querían dar el primer paso en esta conversación, pero ya era inevitable.

Kyoko y Tsukishima, que eran las voces de la razón entre todos, porque eran los que siempre daban consejos en ambas partes. De hecho, habían estado intentando desde antes de que todo saliera a la luz, que los jugadores dieran su brazo a torcer en cuanto a hablar con el pelirrojo y que él les explicara todo con calma, pero simplemente no querían.

Iban a actuar de nuevo como mediadores, pero un gesto de Sugawara les indicó que la charla iba a pasar y que la incomodidad, aunque creciera, no iba a interponerse entre las palabras, explicaciones y disculpas que se dirían allí en ese momento

-Quiero empezar diciendo que, lo siento mucho, y que sinceramente creí totalmente las pruebas falsas de Yamaguchi -se acercó un poco a Hinata, que lo miraba impasible desde su sitio -no te voy a decir que hubo un momento en el que dudé de que fueran verdad, porque sería mentirte, pero sí te voy a decir que me sentó fatal y que me puse muy triste e impotente cuando me enteré de que todo era mentira y yo no logré creerte -Hinata lo iba a interrumpir pero él fue más rápido -no te voy a exigir que me perdones dando una excusa como, no fue mi culpa, las pruebas fueron muy creíbles, pero sí quiero pedirte que me des una oportunidad de hacer las cosas bien

Hinata estaba a punto de llorar. No esperaba una disculpa así para nada. Le dio pena por Sugawara porque él era el que más le había ayudado a mejorar desde que llegó allí, y, aunque hubiera desconfiado de él, sentía que podría darle la oportunidad que quería.

El cambio [Iwaoihina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora