✺C A P Í T U L O XXX✺

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✺𝓕𝓮𝓵𝓲𝓬𝓲𝓭𝓪𝓭

Hinata salió una semana después del hospital. Por suerte nada había salido mal y gracias al cuidado de los médicos había podido recuperarse bastante pronto. Eso sí, las muletas no se las quitaba nadie. Aún así, no le dio tiempo a respirar ya que uno o dos días después, el juicio en contra de Kageyama tendría lugar.

Él ya no tenía miedo. Oikawa e Iwaizumi habían estado para él ha no se había sentido solo, así que iba con confianza a meter en la cárcel al monstruo de sus pesadillas.

Cuando llegó, inmediatamente fue llamado a la tribuna para dar declaración. Juró, encima de la Constitución japonesa que no mentiría y así dio comienzo el interrogatorio. Hubo preguntas que le hicieron sentir un poco incómodo, hubo algunas en las que sacó un pedacito de su rabia y escupió una respuesta que sabía con seguridad, hundiría a Kageyama.

Aunque no solo tuvo que declarar contra Kageyama, sí no también contra Yamaguchi. Gracias a Kenma pudo aclarar todo el asunto del acoso y Yamaguchi sufrió también una condena por manipulación de pruebas, obstrucción a la justicia y falsas acusaciones, que le darían un año de correccional y varios años de servicios públicos.

A Kageyama le cayeron también, aparte de los de Yamaguchi, agresión en segundo grado, violación, daños psicológicos y un par de cargos más de soborno (a sus padres) y por el uso de unos bienes que le dejaron antes de tiempo. Además de, con la última agresión, un cargo de intento de asesinato intencionado.

El último cargo Hinata lo vio un poco extremo, pero lo dejó correr porque sabía que si decía algo, iba a ser todo peor para él.

Sumando todos los cargos, serían, los años siguientes de minoría de edad en el correccional y diez en la cárcel, además de imposibilidad de reducir la condena por buen comportamiento y posteriores años a servicios a la comunidad.

Al final del juicio, obviamente ganado por Hinata, los chicos decidieron que era hora de celebrar la paz que se había asomado en sus vidas. Hinata tuvo que reposar unos días más antes de poder planear toda la juerga.

Fue un día sábado, porque los chicos no podían hacerlo entre semana ya que todavía estudiaban. Todos fueron a casa de los tres novios. Ellos hicieron unos cuantos platos de picoteo y prepararon refrescos y la gente fue llegando.

Los primeros en llegar fueron los de su equipo, no traía ninguno nada, a excepción de Yahaba y Kyotani, que traían unos cuantos dulces para compartir. Los demás dijeron que no habían traído nada porque sabían que conociendo a Oikawa, iba a tener de todo y no haría falta nada

Después llegaron los amigos de Hinata del Karasuno. Todos menos Tsukishima. Ellos trajeron un par de refrescos y Yachi trajo unas cuantas bolsas (con ayuda de Nishinoya y Tanaka) de onigiris caseros rellenos de atún gamba y salmón, que todos adoraron cuando probaron.

Y por último, los chicos de Tokio, además de Tsukishima. Kenma, Akaashi y Tsukki presentaron más comida, pero Kuroo y Bokuto solo presentaron su presencia. Y con ganas, porque querían hablar con Iwaizumi y Oikawa y, para suerte de ellos, fueron parados por Tsukishima y Akaashi. Kenma también quería darles una buena charla, pero sabía que si hacia enfadar a Tsukki, le aplicaría la ley del hielo y a él no le gustaba eso.

Así, empezó una fiesta en la que solo se podían escuchar risas, charlas animadas y una que otra amenaza furtiva que era amedrentada por novios estrictos que veían innecesarias tantas palabras amenazadoras para dos chicos tan amigables

Pasaron muchas horas, quizá 5, quizá fueron 6 o 7, pero al final, después de recoger todos los platos y fregarlos, todos se quedaron a dormir en aquel piso, bueno, casi todos. Se quitaron todos los muebles que estorbaban y se prepararon futones grandes (máximo 3 personas) para hacer una fiesta de pijamas y probablemente se quedarían hasta tarde.

El cambio [Iwaoihina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora