✺C A P Í T U L O XXV✺

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✺𝓒𝓸𝓷𝓯𝓮𝓼𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼

Después de una buena charla junto a Izumi, de temas que evadían completamente el tema del divorcio (lo cual agradeció Izumi que ya estaba a punto de llorar), salió de la casa.

Las acciones de Izumi lo sorprendieron. No podía mentir diciendo, "fue un momento de debilidad, seguro que no iba en serio", porque sabía que su amigo no lo había sentido así. Tener que rechazarlo le estrujaba el pecho, pero no podía corresponderle porque ya había quien ocupara su corazón, por mucho que lo negase.

Caminó pensativo hasta su casa, sumergido en una infinidad de posibles escenarios de lo que podría haber pasado después de evitar el beso con su amigo y su reacción al rechazo. La verdad no quería pensar mucho en ello, porque en todos los casos acababa igual, él concluyendo que no lo correspondía por estar enamorado de alguien (en plural) más.

Al insertar la llave a la cerradura se sintió un poco mejor, dándose cuenta de que aparte de lo que había pasado, podía decirse que había ayudado a su amigo bastante. Abrió la puerta y se encontró con todas las luces apagadas. Eso no le pareció muy normal, pero no quiso preocuparse. Miró la hora por si había llegado muy tarde a pesar de estar empezando a anochecer.

Más confundido todavía por ver que no llegaba tan tarde entró a la casa. Puso sus cosas en su sitio y fue al salón, a ver si había alguien durmiendo pero haciendo lo que fuera. No había nadie. No había nada fuera de lo común a excepción de una carta encima de la mesa

La cogió entre sus dedos y leyó en la parte del destinatario su nombre. Abrió la carta asumiendo que era para él y la leyó. La Carta decía que alguien estaría esperando por él en el parque XXXXX. Eso lo sorprendió. No entendía muy bien por qué le estaban mandando cartas con instrucciones tan raras, pero decidió seguirlas.

Volvió a salir de la casa y caminó a paso apresurado hasta la dirección, preocupándose por si había dejado a esa persona esperando mucho tiempo. Al llegar, a lo lejos vio a Mattsun con cara de aburrimiento y con el abrigo abrochado hasta arriba del todo. Se dirigió hacia él

-¿Mattsun-senpai? -preguntó -¿Qué haces aquí?

-Vengo a darte esto -le entregó otra carta y este la abrió rápido. En esta decía que había otra persona esperando en un estacionamiento cerca de allí -Buena suerte Hinata -le alentó el pelinegro con una sonrisa leve

Hinata le devolvió la sonrisa y corrió al lugar indicado en la carta con nerviosismo, ¿qué tipo de juego era este?

Al llegar allí pudo ver a Kyotani esperándolo con los brazos cruzados y una cara de pocos amigos, pero la cara la tenía siempre así, así que no dudó en acercarse a su senpai

-Hola Kyotani-senpai, ¿tienes algo para mí? -le preguntó y Kyotani le entregó la carta

-Que te vaya bien Hinata -y fue él el que se fue primero esta vez.

Hinata sonrió en la dirección de su senpai y después de unos segundos abrió la carta que su senpai le había dado. Esta vez tenía que ir a la escuela. Corrió ya que no había mucha distancia hasta allí y al llegar vio a Kunimi y Kindaichi apoyados en la pared.

-Hola chicos -saludó -¿Tenéis algo para mí? -ambos le sonrieron a Hinata con calidez y le despeinaron un poco más el pelo

-Toma -Kunimi le dio un sobre, otra carta -ábrelo cuando nos vayamos eh -dijo, y ambos le dieron un abrazo

-Esperamos que todo vaya bien -le dijo Kindaichi al separarse del abrazo -suerte -y ambos se fueron mientras charlaban

Abrió la carta. Distinguió la letra de sus senpais esta vez. Lo estaban esperando en casa. Miró al cielo, ya oscuro del todo y se preguntó por qué estaba pasando todo esto y si era obra de sus senpais de tercero.

El cambio [Iwaoihina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora