✺C A P Í T U L O VII✺

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✺𝓣𝓸𝔁𝓲𝓬𝓲𝓭𝓪𝓭

-¿Tienes frío? -preguntó el pelinegro  Hinata, ya que este temblaba un poco

-No te preocupes -el pelinaranja le restó importancia -es que se me ha quedado la chaqueta en... -hizo una pausa al darse cuenta de que iba a decir, 'mi casa', pero esa no era su casa -en casa de Kageyama -terminó por decir, algo triste

Los dos se dieron cuenta de su tono y se miraron. Iwaizumi le pasó su chaqueta por los hombros para ponérsela. Esto sorprendió un poco a Hinata, pero, al ver que Iwaizumi le sonreía con confianza, sonrió avergonzado (un poco sonrojado) y agachó la mirada.

No les tomó más de 15 minutos llegar hasta donde estaba la mamá de Hinata. La encontraron cerca de un parque, desesperada, mirando hacia todos lados mientras tenía el teléfono en la mano. Hinata se acordó de su móvil. Miró en sus bolsillos y lo sacó, en la pantalla estaba el nombre de su mamá. Respondió

-¿Shoyo? -se oyó de la voz al otro lado de la línea- ¿Dónde estás cariño? ¿Estás bien? Te he estado buscando todo el día y no contestabas las llamadas, estaba muy preocupada

Las lágrimas amenazaron con salir de los ojos de Hinata, otra vez. Se sentía fatal por haber ignorado durante tanto tiempo a su madre, pero necesitaba irse, el ambiente de esa escuela lo ahogaba y se sentía asfixiado, así que simplemente se fue, sin contemplaciones. Tragó con dificultad y respondió

-Lo siento mamá, necesitaba a salir a tomar un poco de aire y tranquilizarme -suspiró y luego continuó- en el camino me encontré con Oikawa-san e Iwaizumi-san, así que estoy bien -volvió a suspirar- estoy detrás de tí

La mujer se dio la vuelta rápidamente y vio la cara de su hijo, algo hinchada por llorar y con la nariz rojiza por el frío. La mujer lo atrajo con fuerza, dándole un abrazo con todas sus ganas, y lágrimas llenaban sus ojos, aunque no las dejaba caer, para no preocupar a su hijo

Los dos acompañantes del más bajo solamente miraron, quietos y sin hacer ruido para no estropear el momento madre hijo. Después de unos minutos abrazando a su hijo, su mirada apuntó a aquellas dos personas que acompañaban a su hijo, escudriñandolos con su mirada mientras no se apartaba del abrazo

-Mamá -Hinata palmeo la espalda de su madre y se separaron, luego Hinata se situó de nuevo entre los dos chicos -ellos son Oikawa-san -señaló al moreno -e Iwaizumi-san -señaló al pelinegro -dicen que me puedo quedar a estudiar en su instituto

A la mujer le brilló la cara -¿En serio? -los dos mayores asintieron -¡Estupendo! -abrazó a los dos chicos con rapidez para mostrar gratitud, los dos se sorprendieron por el abrazo repentino pero son rieron para corresponder -¡gracias gracias, enserio, nos salvais la vida a mí y a mi niño! -la mujer se agarró a sus brazos, muy agradecida

-No es nada señora, si nosotros encantados de que Hinata venga a nuestro instituto -dijo Oikawa con educación, mientras sonreía.

La mujer correspondió a la sonrisa. Oikawa le parecía una persona y amable, e Iwaizumi, algo más reservado pero igualmente amable. Luego miró a su hijo con aprobación, pero el semblante triste y deprimente de Hinata la hizo preocuparse de nuevo

-¿Qué te pasa cariño? -le preguntó, tomándole la mano para apretarla entre las suyas

-Mamá -llamó con la voz cortada -Kageyama me ha echado de casa -soltó y agachó la cabeza, sorbiéndose la nariz y temblando un poco a pesar de tener puesta la chaqueta del pelinegro que se la había ofrecida

La mamá de Hinata endureció su cara. "¿Esque este chico no va a parar de martirizar a mi niño no? " pensó. Estaba harta de que a su hijo se lo hiciera miserable, pero luego se dio cuenta de una cosa.

El cambio [Iwaoihina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora