✺C A P Í T U L O XXII✺

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✺𝓓𝓪𝓻𝓼𝓮 𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓪

Cuando el partido acabó, el Karasuno experimentó una derrota aplastante. Aun habiendo empezado genial, acabaron arrastrados por los suelos. La derrota fue tan humillante que ni siquiera despidieron el partido al acabar.

Hinata sonrió con suficiencia, pero con un poco de lástima por el esfuerzo que intentaban poner sus amigos y que no se les reconociera eso, que solo recibieran regaños de parte de Kageyama.

De pronto, una mano tocó su hombro y él se dio la vuelta. Era el chico de ojos penetrantes, solo que ahora parecía muy relajado y tenía una sonrisa amplia en su cara

-Hinata-san, ¿podemos hablar? -preguntó muy formal. Hinata se sintió un poco cohibido con la forma tan formal en la que se había dirigido a él, y esto se reflejaba en el ligero sonrojo en sus mejillas. Esto no pasó desapercibido para el par de tercer año que acogían a Hinata.

Los miraban desde su sitio con sospecha hacia ellos. Cuando se iban a ir, el chico les dirigió una mirada de superioridad, lo cual los alarmó. Iban a ir tras ellos pero sus amigos de tercero los pararon

-Solo van a hablar, par de idiotas -dijo Matsukawa, pero eso no los tranquilizó.

Mientras tanto, Hinata caminaba detrás de ese chico del cual no sabía el nombre y cuyo tono le agradaba los oídos.

Se pararon una vez lo suficientemente lejos de todos

-Mi nombre es Matsuyama Takeshi, soy de primer año y antes estaba en un equipo de la prefectura de Tokio pero después de verte jugar contra Nekoma, decidí ir a Karasuno -hizo una pausa y después continuó -cuando me enteré que te habías ido me decepcioné, pero ya no podía cambiarme más de escuela -hizo otra pequeña pausa -siendo sincero contigo Hinata-san, me enamoré tanto de la forma en la que juegas que quería pedirte que me enseñaras a hacer eso que tu haces, por favor -e hizo una referencia de noventa grados hacia Hinata

-¿Qué yo qué? -Hinata estaba muy confundido, pero se repuso -Mira Matsuyama-kun, me halaga pensar que te gusta mi manera de jugar, pero no soy tan bueno como crees, además no sabría enseñarte nada, soy muy malo como profesor -el chico se levantó de su posición y cogió las manos de Hinata

-Con que me dejes estar cerca tuya es suficiente, desde pequeño he aprendido por mí mismo -eso conmovió a Hinata, porque le recordaba como él también había hecho eso desde que vio al pequeño gigante en aquella televisión. Sonrió para sus adentros y dirigió su mirada a Matsuyama

-Está bien Matsuyama-kun, me esforzaré -dijo y le tendió la mano. Matsuyama con los ojos llenos de brillitos le tomó la mano y la sacudió muy alegremente mientras hacia otra reverencia y decía un suave gracias -pero vamos a tener que cuadrar horarios con Oikawa-san, porque también entreno con él aparte

-Oh, bien, también admiro a Oikawa-san -dijo feliz -si pudiera veros a los dos entrenar juntos la mitad de mis sueños se habrían hecho realidad

-¿Cuál es la otra mitad? -preguntó Shoyo con curiosidad

-Ser mejor que tú -dijo con un tono desafiante. Hinata tomó a bien esta declaración, más bien como un reto para sí mismo y ver de qué era capaz.

Por eso, asintió a lo que acababa de decir su acompañante y lo llevó con los demás.

-Chicos, este es Matsuyama-kun -el nombrado hizo una reverencia a modo de saludo -me ha dicho que le encantaría que le enseñara como juego, y ha dicho que no le importa que sea mientras Oikawa-san y yo entrenamos

"Otra vez con el dichoso honorífico" pensó Oikawa "mira que le he dicho veces que lo olvide"

-Bueno, a mi no me importa -fue lo que dijo Oikawa al final

El cambio [Iwaoihina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora