Sabrina.
Dejo a Tomás con Sthep y Francisco mientras me dirijo a Dylan.
—¿Me lo prestas un ratito?—digo a Maritza y ella asienta con la cabeza.
—¡Amigo! ese home run estuvo de pelos —digo disimuladamente alejando a Dylan de Maritza —¿Qué coño te pasa? —arqueo una ceja.
—Lo mismo me pregunto de ti —ataca y cruzo los brazos.
—¿Estás con Maritza? —pregunto apunto de estallar.
—¡No, joder! —desordena sus cabellos —¿Acaso ya no puedo bailar con ella?.
—¿Sabes que Amelía está aquí no? —mis ojos se abren como plato y puedo ver como mi alma cae a mis pies. ¡La hostia Amelía!
Dylan se da cuenta de mi repentino cambio de expresión y se da la vuelta mirando atrás al jardín donde ahí están Gino y Amelía besándose, no están cerca de nosotros pero a simple vista se pueden ver.
—Si, ya lo sé. Allá está, disfrutando con alguien más —suelta con un tono cortante y frío —¿Está mal que yo baile con otra mientras ella se besa con uno? —pregunta y se aleja echando una mesa de aluminio con tragos abajo en tanto sigue caminando a las escaleras, corro tras de el y cierra la puerta de su habitación en mi cara. Pero como ya saben, Sabrina Tiffin es insistente, así que yo la abro nuevamente y la cierro.
—Brina, eres consciente que yo Jamás estaría con Maritza por que estoy enamorado de Amelía —recalca y estampa un vaso de vidrio contra la pared.
—Calma Dylan.
—¿Calma?, ¿En serio Brina?. Si fuera yo el que estuviera en su lugar de seguro me estarían odiando: Tu, ella, Sthep, Jaden y todo el team—cuenta airado.
—No Dylan, jamás podría odiarte eres como mi hermano —digo acercándome a el.
—Lo sé Brina, pero ¡Joder!. Todo estaba planeado para pedirle que sea mi novia de una vez por todas, ¿Por qué tenía que joderlo todo? —extiendo mis brazos para abrazarlos y el me recibe —Se que a veces soy un patán pero yo si la quiero y se lo he dicho.
—Ella tambien te quiere, creeme—consuelo.
—Si me quisiera no hiciera lo que está haciendo —suelta.
—Tampoco me puedes negar que sales con Maritza —digo y pone ojos en blanco.
—Te lo dijo Amelía seguro.
—Creo que ella no es la única que está fallando —digo antes de salir de su habitación.
—¿Qué quieres decir? —pregunta frunciendo el ceño.
—Si te ves con Maritza es demasiado obvio que se han besado y quien sabe que más —espeto y el guarda silencio —¿Lo pillas?.
—Espera Brina, no —dice por lo bajo y apenas logro escuchar pero salgo de su habitación dejándolo a solas para que piense bien las cosas.
Me dirijo a donde está a Amelia y todavía sigue con Gino ¿Que carajos piensa esta chica?.
—¡Vamos! —ordeno.
—¿Donde estabas? —pregunta y el olor a alcohol golpea mi nariz.
—Dije que vamos —digo a Amelia tomándola del brazo y sacándola de la fiesta en tanto miro a Sthep y la cojo con el otro brazo —¡Sthep, ya es hora de irnos! —digo tambien a Sthep sacándolas de la multitud.
–*~~*–
—¡¿Que carajos te sucede?! —exclamo.
—¿Qué hice mal? —pregunta seriamente.
—¿Te parece poco besarte con tu ex en la casa de tu casi algo? —la miro cruzando mis brazos y ella frunce el ceño.
—Nadie nos vio estábamos en el jardín —dice y la miro incrédula.
—¡Te vi yo estúpida! ¡Te vimos Dylan y yo! —suelto y me mira confundida.
—¿Dylan nos vio? —pregunta y yo pongo ojos en blanco.
—Si Amelía, Dylan los vio —digo haciendo énfasis en las últimas palabra y ella ríe — ¡Amelía madura por Dios! no tienes diez años. Me iré a dormir hablamos mañana cuando el alcohol no esté corriendo por tus venas —la dejo sola en el sofá de la sala y me conduzco a mi habitación.
A medida que estoy subiendo las escaleras se escucha un ruido en la cocina y bajo rápidamente a ver que ocurrió.
—¡Se me calló el microondas! —grita Sthep entre carcajadas, me había olvidado que Sthep estaba con nosotras en la casa ¡Perfecto! lidiando con borrachas. Entro a la cocina y veo ollas regadas por todos lados y la cafetera en el suelo ¡Carajo!.
—¡No es el microondas, se te calló la cafetera! —grito estresada.
—¡Esa no es la cocina, es la tostadora! —gritó Amelía entrando a la cocina.
—Amelía anda a dormir —ordeno y ella se echa al piso muerta de risa.
—Dile a Dylan que lo amo —dice balbuceando.
—Y yo también amo a Francisco.
—Vamos a dormir —parece que les dieron drogas en vez de alcohol a estas mujeres. Las tomo del brazo y las dirijo a mi habitación, mientras ellas reían sin sentido.
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"TE ESPERARÉ EN LA CASA DEL ÁRBOL". ©
Teen FictionSabes que nada dura toda la vida, puede que esto sea solo una ilusión, en cualquier momento desaparecerá y todo volverá a ser igual. . . . . . . Todos los derechos de esta historias están reservados a Gili Jiménez. Cualquier tipo de copia será sanc...