Capítulo 62

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capítulo 62.

Sabrina.

Gris...

Todo mi entorno se torna a un color gris.

No he sabido nada de Tomás desde que me trajo del aeropuerto cuando nos despedimos de Dylan y Amelía.

Un día... Un día completo sin tener noticias de el y sin embargo, no entiendo el por qué de su desaparición. 

Me cuesta a veces creerme a mi misma el sentimiento profundo que tengo hacía este chico. No puedo negar que me han atraído chicos pero ninguno se compara con Tomás.

Un año... Un año en una relación con el. Un año lleno de amor, dolor, alegria, felicidad, tristeza, pasión... ¿Qué he hecho para merecer esto?. Siempre me negué a enamorarme, pero  siempre hay una primera vez para todo, dicen por ahí.

Lo que siento es inexplicable, por eso temo salir lastimada algún día. He llegado al punto de preocuparme por la más pequeña cosa y a recordar cada detalle de nuestros momentos juntos.

Escucho ruido y gotas cayendo en el techo de la casa del árbol. Miro por la ventana y me doy cuenta que ha empezado a llover. Tomo mi celular para chequear si ha llegado algún mensaje de Tomás pero me topo con la decepción de que no hay ninguna notificación de el. Alguien toca la puerta de la casa del árbol y me lleno de ilusiones al pensar que probablemente es Tomás, pero mi ilusión se desvanece al ver entrar a Francisco empapado por la lluvia.

—¿Tienes tiempo para mi? —consulta quitándose sus zapatillas de fútbol que se encuentran mojados y la franela blanca con negro de su equipo dejando desnudo su abdomen marcado y su pecho, quedando solo en short.

—Que pregunta tan incoherente —espeto poniendo ojos en blanco.

—Necesito hablar contigo —comunica sentándose en el piso de madera —. Se que tu me escucharás.

—¿De qué quieres hablar? —lo miro con el ceño fruncido, y no me cabe duda de que quiere hablar de Sthep.

—Sobre Sthep —suelta. ¡Bingo!, ya lo sabía —. Ayer la vi.

—¿Es en serio Francisco?. No es novedad que la veas si vives aquí, a la vuelta —meneo la cabeza y el imita el gesto.

—Ósea si, pero esta vez la vi con alguien más..., con un chico —menciona y recuerdo.

—¿Hablas de Vicent?.

—¿Te habló de el? —interroga y asiento.

—Osea que están saliendo —deja escapar un suspiro de preocupación.

—Francisco, entiende, Sthep y tu ya no están. Tiene todo el derecho de salir con alguien, mientras tu ya estabas con alguien más cuando estabas con ella.

—Ese es el estúpido problema —me mira a los ojos —. Sthep no me ha querido escuchar desde que leyó los mensajes de Ivanna.

—¿Por qué ha de hacerlo? Todo quedó clarísimo ¿No? —suelto y Francisco me lanza una mirada asesina.

—¿Te vas a poner como ella? —se queja y me encojo de hombros —. Eso no fue lo que pasó—demanda.

—¿Entonces qué fue lo qué sucedió? —encuesto.

—Si me prometes que me ayudaras a volver con Sthep —pide a cambio.

—No te aseguro nada, pero vale.

—Sucedió qué si, me había visto con Ivanna, pero no como ustedes creen —explica —. Solamente me topé con ella en “Cherry Creek s
Shopping Center”. Platicamos un rato y luego...

—¿Y luego qué? —interrumpo curiosa.

—Me besó —declara y le doy una mirada de desaprobación.

—Te besó... ¡Claro! —digo con sarcasmo — Y tu le seguiste el beso ¿No?.

—¡No! —me mira incrédulo —. No me gusta Ivanna. Desde aquel día no ha parado de acosarme.

—¿Que dices? Ivanna es una chica sencilla y muy linda persona —lo miro confundida.

—Nunca sabemos lo que hay detrás de una apariencia —se levanta del suelo y se sienta al lado de mi en una silla —. Recuerdo que terminé con ella por que era muy tóxica. Se ponía celosa por todo, quería tomar el control de toda mi vida, hasta quería que abandonara el team.

—¡Wow!. Debe tener un tornillo suelto o algo parecido —miro a Francisco de reojo.

—Desde que me besó ese día no para de enviarme mensajes —revisa el bolsillo delantero de su short, saca su celular y este está húmedo.

—¿Y cuando fue eso? —pregunto intrigada.

—Un día antes de que Sthep viera el mensaje —contesta indagando en su celular y curvo los labios —Mira —me muestra su celular y lo agarro chismoseando toda su conversación con Ivanna.

Me quedo perpleja leyendo todos los mensajes de Ivanna y Francisco, pero como toda observadora me fijo hasta en si las horas cordinan.

Jamás creí que enserio Ivanna acosara a Francisco. ¿Por qué hay tanta gente loca en este mundo?

—Pero... —no sé que decir ante leer toda su conversación —Dime que no eliminaste ni un mensaje.

—Me conoces, sabes que nunca borro las conversaciones —comenta y le doy su celular.

—¿Por qué no la bloqueas? —sugiero.

—La tengo bloqueada —asegura —. Pero necesito que me ayudes con Sthep. Ha sido un infierno estar casi dos semanas sin ella por un mal entendido y por el hecho que ni siquiera me quiere dirigir la palabra.

—Es muy duro para ella Francisco, entiende, ella te ama —espeto.

—Pero está saliendo con otro idiota, ¡Que manera de amarme! —dice demostrando sus celos.

—El amor no desvanece de un día para otro Francisco. Ella puede salir con alguien pero eso no significa que te dejó de amar. Sabes que Sthep tiene toda una vida enamorada de ti, ¿En serio crees que te dejará de amar en menos de un mes por estar saliendo con un chico que ni siquiera conoce bien? Vamos, abre los ojos, Sthep te sigue queriendo.

Francisco se queda pensativo por un momento mientras de la nada mi celular empieza a sonar. Miro la pantalla de mi celular y es Maritza quien está llamando.

¡¿Maritza?! ¿Para que ha de llamarme?. Ni siquiera nos llevamos bien ahora.

—¿Hola? —digo compartiendo una mirada confundida con Francisco.

—Hola Brina, quiero hablar contigo personalmente —responde con un tono de voz muy serio y que a la vez me causa intriga.

—¿De que quieres hablar? —interrogo y arqueo una ceja.

—Te veo a las 9:00P.M. en Starbucks —dispone y cuelga la llamada.

Okay... Eso estuvo muy raro, ¿De que querrá hablar Maritza conmigo?. Al parecer es algo urgente e importante.

"TE ESPERARÉ EN LA CASA DEL ÁRBOL". ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora