"TE ESPERARÉ EN LA CASA DEL ÁRBOL". ©

Capitulo 55

Amelía.

Hoy es el baby shower de mi pequeña bebé Melanie quien viene en camino. Jamás pensé enamorarme de esta hermosa criatura que llevo dentro de mi sin saber que ahora mi felicidad es cargar con el mundo entero dentro de mi.

He invitado solo a mis amigos más cercanos que son el team y algunos cuantos amigos de la universidad y Dylan también invitó a unos amigos de el.

Toda la decoración está lista en el jardín: Un hermoso arco de globos de color blanco con rosado y plateado, una cortina blanca en medio del arco, el nombre de melanie en dorado, unas bases de cartón relleno de globos que dicen baby y una mesa angosta repleta de bocaditos. Algo sencillo por que somos unas veinte personas o treinta.

Yo ya estoy casi lista, solo me falta amarrar mis sandalias de tira, pero no quiero esforzarme mucho así que llamo a Dylan:

—¡Cariño! —grito y escucho sus fuertes pisadas al caminar hacía la sala —Amarra mis sandalias por favor —pido y el obedece y demora unos cuantos minutos.

—¡Listo!, te ves preciosa —halaga y me sonrojo un poco.

Llevo un vestido blanco largo de la tienda Zara, mis sandalias de tira doradas y en cabello algunas ondas y una peineta de flores.

—¡Gracias!, también te ves muy guapo —sonríe y nos unimos en un beso corto.

—¡Hey, pequeña! —dice en un susurro y se pone de rodilla ante mi rodeando mi barriga con sus brazos —Te contaré una linda historia que siempre te recordaré cuando estés en mis brazos ¿Vale? —sonrío juguetona y el prosigue —Había una vez un niño muy alegre, demasiado alegre. En su primer día de clases muchos de los niños que estudiaban con el le hacían mucho bulliyng y lo humillaban demasiado sus compañeros de clases. Ese niño pasó de ser alguien feliz a una persona triste... Muy triste. Hasta que un día muchos de los compañeros de clases se reunieron para golpear a ese niño, pero una niña pelirroja muy hermosa intervino para que no le echaran una paliza a ese niño. Esa niña de tanto carácter hizo que jamás lo volvieran a molestar. El niño desde aquel día admiraba a esa chica por su valentía... Ahora esa niña y ese niño ya son adultos. Ese niño jamás pudo ver a esa niña con otros ojos que no eran de amor y esa niña jamás pudo ocultar el amor que sentía por ese niño... Hoy en día los dos son novios y están a tan solo tres meses de tener a su primera niña para compartirle del amor que tienen por darle y de que sus tíos y padrinos también tienen por brindarles.

—Una historia muy corta, fuera de contexto, pero muy linda —opino una sonrisa honesta.

A pesar de que aún somos jóvenes (Dylan con veintidos años y yo con casi veinte) creo que podemos ser unos exelentes padres. Aunque las personas nos señalen y nos critiquen nosotros igualmente somos felices ¿Y por qué no serlo?, después de todo nos amamos y la clave para todo es el amor no el que pensar de las personas.

—Ya están llegando los invitados, ¿Vamos? —dispone y asiento.

Han llegado unas cuantas personas y por supuesto los únicos que no podían fallar el team cachorros en exclusión de Tomás quien no ha podido venir porque está fuera de la ciudad.

Me gano unos cuantos halagos de las personas que están aquí y me dirijo a donde están los chicos.

—¡Pero miren que hermosa! —tira Jaden tomando mi mano haciéndome dar una vuelta mientras sonrío.

—¿Dónde está la sobrina más guapa que ha de tener la tía? —Brina pone sus manos en mi barriga y en eso la bebé comienza a dar unas pataditas y no podemos evitar reír sorprendidas.

—Yo seré la mejor madrina que pueda tener — espeta Sthep dándome un beso en la mejilla

—Y yo el mejor padrino —Francisco me da un abrazo.