Capitulo 50

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capítulo 50.

Sabrina.

Estamos desayunando en el comedor junto a mamá y a papá contándoles un poco de como la pasamos en la fiesta de Francisco y Jaden.

Amelía parece estar un poco pálida y creo que es por la resaca, pero no sé, en realidad...  Últimamente la he visto muy ausente estos días.

—¿Y qué tal están en sus relaciones con Tomás y Dylan? —pregunta papá haciendo que la pregunta sea un poco incomoda así que doy un largo trago a mi vaso con jugo de durazno.

—Todo bien, por ahora. La confianza y la comunicación ha tomado posesión de mi relación con Tomás desde un principio... O Bueno. Eso creo yo.

—Eso está súper bien. Cuando tu madre y yo teníamos sus edades no teníamos mucha confianza que digamos, pero luego con el tiempo fuimos madurando y confiando uno en el otro.

Mi madre mira a mi padre con una sonrisa, se ven tan lindos. A pesar de que son cuarentones mantienen su amor como desde el primer día.

—Con Dylan también tenemos comunicación, pero se puede decir que la que desconfía en la relación soy yo, pero igual lo sigo querien...—Amelía comienza a hacer gestos para vomitar y se levanta inmediatamente de la mesa y se va al lavabo.

—¿Amelía hija todo bien? —mi madre se levanta de la mesa preocupada y se dirige a el lavabo.

Mi padre y yo nos miramos de reojo. No es normal que Amelía tenga nauseas, algo debe estar pasando con ella.

Espero que no sea lo que creo que es, por que si es así probablemente todo se vaya a la mierda.

                              —*~~*–

Amelía.

Dos semanas...

Dos jodidas semanas con el periodo atrasado. Todo me da náuseas y siento mareos repentinos. No me queda otra opción... Tengo que hacerme una prueba de embarazo.

Paso por la farmacia y pido tres prueba de embarazo.

Decir que estoy nerviosa es poco, decir que estoy algo asustada es poco.

Dylan no sabe aún nada, pero me haré la prueba. Si sale negativo estaré aliviada, pero si sale positivo la verdad es que no sé que haré.

Llego a mi casa y me voy directamente al baño aprovechando que mis padres ya se han ido para evitar todo tipo de preguntas incómodas.

Orino en las tres pruebas de embarazo pero no me permito ver el resultado. Salgo del baño y me dirijo nuevamente a fuera al jardín, subo a la casa del árbol donde siempre se encuentra Brina.

—Tengo miedo —mis ojos se llenan de lágrimas mientras extiendo mi mano a Brina para que vea por mí el resultado de las pruebas de embarazo.

Brina me mira seriamente mientras toma las pruebas y me mira nuevamente sorprendida.

—Salieron positivas Amelía —todas mis fuerzas se desvanecen y mis lágrimas comienzan a salir sin control.

¡Joder! Siento como la presión me baja y me vuelve a subir constantemente. ¡¿Por qué carajos no me cuidé?!.

—Tienes que hablar con Dylan —miro a Brina quien me está mirando seriamente de brazos cruzados.

—Esto no puede ser posible —logro decir solloza.

—Amelía las tres salieron positivas, claro que es posible —mi respiración cada vez se vuelve más lenta mientras mi mente todavía está vuelta un completo caos —Llama a Dylan, tienes que contarle —la miro y asiento.

Brina me presiona a llamar a Dylan y la verdad es que tengo miedo a cual pueda ser su reacción.

—Hola amor, ¿Todo bien? —el pánico me invade y un nudo se forma en mi garganta.

—Crees que puedas venir a mi casa— mi voz se quebranta y mis manos están temblorosas.

—Si por supuesto, voy para allá —se escucha preocupado mientras mi estómago se revuelve causando una sensación desfavorable en mi.

—Te esperaré en la casa del árbol —digo solloza y como pude colgué la llamada.

Brina me abraza y dejo caer todas mis lágrimas en su hombro. La responsabilidad de traer un niño al mundo no es para nada fácil y mucho menos a una edad tan joven para mí.

                             —*~~*–

Esperamos unos cuantos minutos y en eso llega Dylan. Al momento de mirarlo me toma y me da un abrazo mientras mis ojos se vuelven a inundar de lágrimas.

—Yo... Los dejaré a solas para que platiquen —Brina se retira de la casa del árbol dejándome con Dylan a solas.

—¿Qué ocurre? —toma mi rostro en sus manos mirándome a los ojos en busca de una respuesta, pero no en la que yo le estoy por dar.

—Estoy... Estoy embarazada —mi voz se rompe y Dylan retrocede un paso.

—¿Te hiciste la prueba? —puedo notar como el pánico se apodera de el.

—Si, me hice tres— tomo las pruebas del escritorio de Brina y se las entrego en sus manos.

Me siento en uno de los muebles y el se sienta en el otro. Un silencio invade toda la habitación causando estragos en mi interior.

—Ese bebé no es mío —sus palabras me golpean justo en el corazón. ¿En serio me está diciendo esto?.

No dudo ni dos veces en darle una bofetada en la cara.

—No seas poco hombre. Si no quieres hacerte cargo solo dímelo, yo veré que hago.

—Perdón Amelía, solo que no estoy preparado para ser padre —seco mis lágrimas con la palma de mi mano y lo fulmino con la mirada.

—¡¿Y tu crees que yo si?! —exclamo y ni siquiera es capaz de mirarme a los ojos.

—¿Y si abortas? —lo miro incrédula y comienzo a llorar nuevamente pero por la ira.

—¿Enserio me estás diciendo eso?. Como te dije: Si no quieres hacerte cargo solo dímelo —el silencio vuelve a gobernar entre nosotros y decido levantarme de golpe. No soporto esta situación.

—Amelía espera —me toma del brazo para que no pueda irme —Te amo ¿Vale?, tengamos al bebé juntos —la verdad es que mi cara está hinchada de tanto llorar, pero esto es lo único bueno que puedo rescatar de ello.

"TE ESPERARÉ EN LA CASA DEL ÁRBOL". ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora