Capitulo 52

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Sabrina.

Estoy en casa de Tomás. ¿En que momento llegué aquí?.

Mis ojos viajan por el color blanco de las paredes mientras subo las escaleras de mármol. Un horripilante frío invade la casa causando escalofríos en mi piel. Me detengo al final de las escaleras y doy unos cuantos pasos a la habitación de Tomás.

La puerta está entreabierta y solo escucho risas, su risa tan sexy y no puedo distinguir bien la risa de la otra persona. Me asomo un poco para ver con más claridad y está ahí en la cama con Kendall, riendo y acariciándose.

—¿Que hay de Sabrina? —la voz de Kendall suena en un tono burlón.

—Ya te lo he dicho —Tomás pone ojos en blanco —Brina solo es una diversión —mi vista se nubla al contener las lágrimas y ellos continúan riéndose.

—¿Crees que Sabrina sea una tonta? —Kendall lo toma del cuello acercándose más a el.

—Se enamoró de mi, una más para mi lista —Tomás da una sonrisa sínica y lentamente con los ojos llenos de lágrimas retrocedo.

¡Joder! Choco con un adorno de vidrio lo cuál ha caído ocasión ruido y rompiéndose completamente.

—¿Quien está ahí? —Tomás sale de su habitación y el pánico se apodera de mi cuerpo al encontrarse nuestras miradas —Ah eres tú, te puede largar— dice sin importancia y lo miro incrédula.

—Enserio me estás pidiendo que me vaya en tanto tu estás con aquí con Kendall burlándose de mi.

—Creo que escuchaste lo que dije ¿No?, Jamás me importaste Brina.

—¡Brina despierta! —la voz de Tomás me saca de mi profundo sueño.

—¿Qué sucede?— gruño despertando y miro su cara de preocupación mientras siento mi cara húmeda.

—Estabas llorando— sus ojos encuentran los míos y ahora comprendo que todo fue un sueño.

Me había olvidado de que Tomás estaba durmiendo una vez más conmigo en mi habitación.

—No fue nada— me doy la vuelta para darle la espalda y tratar de seguir durmiendo.

—Dicen que si no cuentas las pesadillas se pueden hacer realidad —dice a mis espaldas y bufo. No pienso decirle nada en absoluto.

—Tengo sueño ¿vale?— digo cortante y cierro los ojos para volver a quedarme pero eso no pasa.

Pasan unas cuantas horas y sigo sin poder dormir. El sueño o mejor dicho pesadilla, me ha dejado confundida y desconcentrada.

El hecho de ver a Kendall y a Tomás juntos me revuelve el estómago, una sensación horrible corre por mi cuerpo desde que desperté.

Mis miedos han renacido nuevamente.

                             —*~~*—

Ya es de mañana, los rayos del sol entrando por la puerta transparente que divide la habitación del balcón y su luz me ha hecho despertar. Las cortinas están abiertas y me levanto de la cama a cerrarlas para que la luz del sol no me moleste. Tomás no está, se ha ido y de seguro se fue por las escaleras del balcón, a de ser por eso que las cortinas estaban abiertas.

Un dolor de cabeza amenaza con hacer de esta mañana la peor así que voy al baño y tomo una pastilla para el dolor de cabeza del botiquín. Miro mi reflejo frente al espejo y... vayaa... Parezco un zombie con estas ojeras que cargo. Lavo mis dientes y mi cara para luego secarla con una toalla.

Camino a la cocina buscando algo que comer y lo primero que se me ocurre es hacer cereal con leche: fácil, sencillo y nutritivo.

Sirvo leche en un plato ondo y después mi cereal favorito: "Froot Loops". Me siento en el comedor pensando en Amelía y el hecho de que ahora seré tía.

Seré tía sin primero ser millonaria, no viviendo en el extranjero y en una relación... Preocupante, muy preocupante.

Todo es preocupante: El sueño que tuve preocupante, ser tía preocupante, estar en la universidad preocupante, vivir es preocupante.

¿Que no es preocupante en esta vida?.

Hasta los animales se preocupan cuando sus amos no están en casa o cuando ven a sus amos con semblantes deprimidos.

El teléfono de la casa comienza a sonar y me levanto del comedor para tomar el teléfono.

—Familia Tiffin —digo algo obstinada.

—Brina soy Jaden —escucho su voz y hago una sonrisa de lado —Te he dejado como diez llamadas pérdidas a tu celular.

—Está en mi habitación —informo y pongo ojos en blanco —¿Qué ocurre?.

—Es el momento.

"TE ESPERARÉ EN LA CASA DEL ÁRBOL". ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora