Amelía.Estoy con Gino caminando por las calles de la ciudad, pero mi mente no se encuentra aquí con el. Cada vez que estoy con el me siento cada vez culpable por lo que hizo Dylan, pienso que le siguió la cuerda a Maritza por el hecho de verme aquella vez con Gino besándonos y me duele... Me duele mucho más de lo que imaginé.
—Amelía —dice Gino tomando mi mano con delicadeza.
—Si, dime.
—He estado pensándolo mucho —comenta —Y quiero pedirte que vuelvas a ser mi novia —me quedo sin palabras, la verdad no me esperaba esto.
—Emm... Gino —murmuro y bajo la mirada—. La verdad es que no lo sé.
—Vamos Amelía, esta vez no me iré. Te lo prometo —agrega y le da un beso a mi mano.
—La verdad es que... —clava sus labios en los míos de una manera tierna —Estoy enamorada de otra persona —suelto al separar mis labios de los suyos y me doy la vuelta chocando con la mirada de Dylan que tiene los ojos clavados en mi desde la otra cera. ¿Nos estaba siguiendo?.
—Es Dylan ¿Verdad? —pregunta Gino y asiento —. ¡Sabes que ese idiota jamás te dará el lugar que te mereces! —dice alto y Dylan logra escuchar desde el otro lado de la calle y camina hacia nosotros.
—Lo sé, pero es inevitable el sentimiento que siento hacia el —me encojo de hombros —Y espero que estemos equivocados —repongo y Gino me toma del brazo.
—Espera Amelía no te vayas.
—¿Te está molestando este imbécil? —interviene Dylan señalando a Gino con el dedo indice.
—No. Ya me iba después de todo —digo poniendo ojos en blanco.
—¿¡Con qué moral me llamas imbécil cuando el que la hace sufrir eres tú!? —suelta Gino fastidiado.
—¡Cállate! —advierte Dylan.
—¿Qué pasa amigo? Es doloroso ver que le he sacado sonrisas cuando tu solo dejas que de sus ojos caigan lágrimas —comenta Gino y no puedo negarlo, es la verdad, Gino me ha apoyado últimamente y cada vez que salgo con el las sonrisas no pueden faltar.
—Jamás es mi intención lastimarla.
—Pero lo haces, eres todo un capullo —dice Gino remarcando la última palabra.
Dylan le suelta un puño en toda la nariz y Gino le devuelve el golpe, los dos se empujan y se mandan golpes mutuamente, Dylan trata de esquivar los de Gino y en un momento desprevenido Dylan le planta un golpe en el ojo.
—¡Dylan ya! ¡Déjalo!—grito una y otra vez hasta que interfiero entre los dos—. ¡Ya es suficiente!. ¡Son un par de idiotas!.
–*~~*–
Llego a mi casa junto con Dylan que no quiso que viniera sola a estas horas de la noche. Lo miro fríamente ante su absurda reacción ante Gino, durante todo el trayecto de venida no nos dirigimos la palabra.
Voy a la cocina y el me sigue, saco del refrigerador una bolsa de hielo y se la ofrezco.
—¿Por qué te fuiste a los golpes? —rompo el silencio entre nosotros.
—Me hervía la sangre mientras ese imbécil decía todas esas necedades —comenta y lo miro incrédula.
—¿Crees que es una necedad sufrir por ti?—digo airada —. ¿Dylan que pasó con todo aquello que dijiste?. ¿Me quieres o no?—digo directa.
—Claro que te quiero, ¡Joder!—suelta alterado—. Pero no parece que me quieras tu a mi —nos señala con su dedo índice.
—Ah, okay...—hago una pausa respirando profundo —Me dices que me quieres, pero ¡WOW! que gran forma de demostrarlo... Me ignoras dos semana, no respondes mis llamadas, cancelas cada salida del team, te besas con Maritza y quien sabe hasta que más. ¿Eso es amar? —chillo y mis ojos se inundan de lágrimas al recordar aquella humillación.
—¿Sabes lo que me dolió verte besándote con Gino? —me mira fijamente con los ojos igualmente llenos de lágrimas.
—¿Y yo qué? —pregunto solloza —¡Vi como mi estabilidad emocional se destruía mientras te besabas con Maritza! —grito.
—¡Yo no la quiero a ella! —suelta.
—Pero tus acciones demuestran lo contrario Dylan —digo entre lágrimas.
—Te quiero a ti Amelía —dice tomando mi rostro con sus manos.
—Si me quieres, demuestramelo Dylan. Ya estoy cansada de solo escuchar palabras que parecen esfumarse con el viento —digo y me aparto de el.
Puedo escuchar que alguien entra por la puerta principal y seco mis lágrimas inmediatamente.
—Mmm...—Brina entra a la cocina y nos mira extrañada —¿Todo bien? —pregunta arqueando una ceja.
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"TE ESPERARÉ EN LA CASA DEL ÁRBOL". ©
Fiksi RemajaSabes que nada dura toda la vida, puede que esto sea solo una ilusión, en cualquier momento desaparecerá y todo volverá a ser igual. . . . . . . Todos los derechos de esta historias están reservados a Gili Jiménez. Cualquier tipo de copia será sanc...