Checkmate | HANMA SHUJI | TOKYO REVENGERS

17 - Valhalla.

¡Hola hola! ¿Me extrañasteis? Han sido unos días muy movidos por aquí: me examiné del carnet de conducir, presenté un paper para un congreso y he adoptado una perrita (Himawari). Con todo, sentí que tenía que desconectar un poco! Las actualizaciones diarias me estaban quemando un poco, así que pasaré a hacerlo cada 2-3 días, y así hago caps más largos!

Nos leemos en los comentarios ~~

POV _____

No podía entender nada de lo que estaba pasando, pero mi mejor amigo me había echado de su vida. No sólo eso, sino que todas las cartas que le había escrito durante dos años, por algún motivo no le habían llegado. Ni a mí las suyas. Pero con mi hermano no había pasado lo mismo. ¿Estaría prohibida la correspondencia femenina en el correccional? No tiene mucho sentido...

Mi hermano me despidió entre sollozos, prometiéndome que hablaría con él para aclararlo todo. No me bastaba, era yo quién tenía que arreglar las cosas con Kazu, pero si no quería ni verme... no me quedaba otra opción.

Ese no era Kazutora, se parecía a él físicamente, pero no era él. El Kazutora que recuerdo era amable, tímido, un poco bruto - era amigo de mi mellizo, al fin y al cabo -, pero mantenía las formas en todo momento. Algo había tenido que pasar.

Gritó que le habían abandonado, y lo hizo desde el dolor más absoluto, realmente sentía que todos lo habíamos dejado de lado, menos Baji. ¿Qué diantres había pasado?

Me senté en un banco del parque, esperando a calmarme y dejar de llorar y luego volví a mi casa, dándole vueltas a la breve conversación que habíamos tenido. No me encajaba nada de nada.

- ¡Oh! ¡_____!

"El que me faltaba".

Me giré hacia la voz que me había llamado. Kisaki caminaba hacia mi dirección, con las manos en los bolsillos y la mayor sonrisa de satisfacción que había visto en días. Se le notaba incluso excesivamente contento.

- Kisaki - saludé con un leve movimiento de cabeza, y seguí caminando. 

No necesitaba hablar con nadie, menos con él, y menos si venía con esa alegría. Saqué unos auriculares que llevaba en el bolso y me puse la canción que tenía en la cabeza esos últimos días. 

- Vaya, para una vez que no te chocas conmigo, y decides ignorarme. Yo que pensaba hasta celebrarlo.

Intentaba provocarme, lo sabía muy bien, pero no iba a caer en su estúpida trampa. Otro día, de mejor humor, me lo pensaría.

Pasé por su lado sin hacerle el mínimo caso. Por un segundo frunció el ceño, y me agarró de la muñeca, obligándome a girarme para mirarlo a la cara.

- Eh, ¿qué te pasa? ¿Estás bien?

- Sí - me solté de su agarre de forma brusca -. No quiero hablar contigo ahora, así que déjame en paz.

- Te dije que quería ser tu amigo, que podías contar conmigo... ¿por qué no me cuentas lo que te pasa? Soy bueno escuchando, y al parecer dando consejos. A nuestro amiguito no le han ido mal, al parecer - me guiñó un ojo y soltó una sonrisa pícara. 

Claro, evidentemente él había estado detrás de que Shuji viniese, me pidiera perdón, me entregase el peluche y demás. Suspiré, realmente planteándome si lo había juzgado mal, si no era tan mala persona al final, y si podía confiar en él. Mi instinto más básico me seguía diciendo que no era trigo limpio, que no me fiase de sus "buenas" intenciones, pero...