28. "Periodo de prueba"

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POV _____

La reunión se hizo bastante corta, se notaba el ambiente tenso, y ninguno de los dedos quiso dar información demasiado exacta al respecto de sus hallazgos. 

- Esto es ridículo - me levanté del sillón en el que estaba sentada -. No hace falta que digamos el nombre de la Kanto Manjikai entre susurros ni busquemos sinónimos. Hanma Shuji ahora es el "once", es uno más de nosotros, no hay vuelta de hoja, y tenéis que confiar en él, como lo hacéis entre vosotros.

- Con respeto, líder - Mitsumi Hotaro se levantó del sillón -, creo que es muy pronto para pedir eso, más aún sabiendo quién es, de dónde viene y... lo que hizo. No puedo permitir que alguien así se acerque a ti... no puedo permitir que te hagan daño... tu eres mi salvadora, te debo mi vida entera... - fulminó con la mirada Shuji, que se encontraba a mi lado.

Había conocido a Hotaro recién llegada a Japón tras haber estado dos años en EEUU con mis padres. Para entonces, la idea del Sakage todavía estaba en el aire.


"El aeropuerto era un caos absoluto, gente para todos los lados, corriendo a las puertas de embarque, y muchos turistas peleándose con las pobres azafatas porque no lograban entenderse entre ellos.

Colgué la llamada de mi madre, que había pasado la mitad del vuelo intentando convencerme de que en la primera escala que hiciera, regresara con ellos a casa. Pero mi decisión estaba tomada, y no sólo era por mi o mi venganza. Las cosas se habían puesto feas.

En mi ensimismamiento, no vi que un chaval pelo rubio se había acercado hasta ponerse a mi lado, y me miraba, balanceándose sobre los talones, con una amplia sonrisa en la cara. Tardé varios segundos en reconocer a mi amigo y vecino, Chifuyu, que había venido a recogerme al aeropuerto, tal y como habíamos acordado.

- ¡Chifuyu! - solté mis cosas al reaccionar y lo abracé. Él se sobresaltó, no esperaba esa reacción y tal vez yo me había habituado demasiado al contacto físico estado fuera de mi país. 

Me acompañó hacia la salida, actualizándome la situación del momento. Mikey y Draken habían permanecido en la banda, la nueva Kanto Manji, mientras que Chifuyu había decidido dejarla, al igual que el resto de miembros, en parte motivados por un discurso medio alentador del rubio sobre el mal camino que iba a tomar todo por parte de Kisaki. Lo último que se supo del subcomandante era que juró proteger a Mikey, y hacer que no se perdiera. Cosa que, evidentemente, no había logrado.

El tema de Kazutora fue más complicado de tratar, pues Chifuyu aún le guardaba mucha rabia por todo lo que había ocurrido años atrás. Pero al parecer, gracias a mi testimonio (un poco adornado, cosa por la que podría ir a la cárcel yo y era consciente), habían reducido su condena a libertad vigilada con trabajos en beneficio de la comunidad, y permanencia en casa durante los fines de semana. Nada que no pudiéramos manejar, y que era de lejos mucho mejor que permanecer diez años en prisión.

Entre chismorreos y parloteo vario, salimos del aeropuerto, nos subimos en una moto y condujimos hasta mi casa provisional. No podía volver a mi residencia, y había conseguido entrar con un nombre falso en el país. Un poco hipócrita por mi parte el combatir una banda criminal realizando actos criminales, pero bueno, es lo que tenía que hacer.

Era de noche, había caído una niebla bastante espesa y decidimos ir despacio. En uno de los callejones antes de llegar mi casa, se había agrupado un buen número de muchachos, de nuestra edad aproximadamente, que hacían corrillo. 

Hice señales a Chifuyu de que detuviera la moto, y aunque al principio se negó, acabo cediendo, permitiendo que me bajara y sujetando mi casco mientras me acercaba a ver qué ocurría. Llevaba una chaqueta deportiva con capucha, así que me la coloqué para impedir que me viesen el rostro.

Checkmate | HANMA SHUJI | TOKYO REVENGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora